después lo hago
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CONFESIÓN
Él la miró y aprovechó para decirle.
EMILIANO: Sé que nos acabamos de conocer y que no vas a confiar en mí de buenas a primeras. Pero, ¿qué tal si nos conocemos un poco?
LORAINE: Te dije mi nombre, que soy panadera, ya sabes, hago pasteles, cupcakes, repostería, galletas.
EMILIANO: ¿En qué pastelería trabajas?
Ella se quedó pensando que probablemente no debería dar tanta información a alguien que acaba de conocer, ella le dijo que trabajaba en una pastelería en su barrio, le dijo el barrio pero no el nombre de la pastelería.
Hablaron durante unos minutos, y justo cuando ella se estaba sintiendo cómoda con él, empieza a sonar su celular, ella no contesta solo de dio un beso a él y salió de la suite.
Loraine se subió al transporte y apoyo la cabeza en el espaldar. Por primera vez en mucho tiempo, parece que había olvidado sus problemas por un rato, y eso es una buena sensación para ella.
Ella llega a su casa donde se acaba su tranquilidad, la mujer apenas Loraine entra la recibió con insultos, pero Loraine no dijo nada, no quería que su dichosa madre le dañara su buen humor, ella solo le dijo a su madre que ya estaba en casa y se fue a su habitación, de allí no salió más para no toparse con su madre.
Loraine no podía conciliar el sueño pensando en Emiliano, en todo lo que pasó, ella consiguió cerrar los ojos y luego tuvo que volverse a levantar para ir a trabajar, no durmió casi nada.
Cuando llegó a la panadería, comenzó su trabajo junto a sus compañeras para dejar todo listo para el día, tenia unos cuantos pedidos y eventos especiales que se avecinaban.
Loraine estaba de espaldas cuando alguien llegó y le dijo que si lo podía atender, ella se da la vuelta, y se queda sorprendida al ver Emiliano, ella no recordaba haberle dicho el nombre de la pastelería, pero ya no podía hacer nada. Loraine le sonrió y preguntó.
LORAINE: ¿Qué haces aquí?
EMILIANO: He oído que tienes unos buenos postres.
Loraine estaba nerviosa y volvió a preguntarle a Emiliano.
LORAINE: ¿Qué estás haciendo aquí?
EMILIANO: vine a verte ¿Qué te parece? ¿Tienes unos minutos para sentarte conmigo? Vamos. Podemos divertirnos un poco y así podrás olvidarte de las cosas.
LORAINE: ¿Que cosa?
EMILIANO: Dime tu, se que algo te pasa.
Ella se cruza los brazos, y el pudo ver la expresión feroz en su rostro de que no le agradó su comentario y escuchó cuando le dijo.
LORAINE: necesito de tu lástima, si por eso estás aquí te puedes ir.
Emiliano sonrió y le dijo que de allí salía con ella, el se acercó al hombre que él suponía que era el dueño o administrador y habló con el, después el hombre se acercó a Loraine y le dijo que se podía ir, ella se sorprendió, pero no dijo nada y salió a cambiarse de su uniforme. cuando ella se fue Emiliano le pasó dinero sl hombre, el no lo queria aceptar pero Emiliano lo convenció, el hombre no lo aceptaba porque era mucho dinero.
Él se la llevo a su suite donde ambos disfrutaron una vez más, después ella se bañó dispuesta a salir rumbo a su casa.
Cuando estuvo lista se acercó a él, y se despidió con un beso en su mejilla y se fue a la salida, allí se detuvo y se giró, Loraine se devolvió y fue a sus brazos, el la abrazó fuerte demostrándole que no quería que se marchara, ella lo miró a los ojos y lo besó, fue el beso de despedida, ella se apartó de el y salió con prisa porque llegaría tarde a su casa.
Ella iba en el transporte público con la cabeza recostada a la ventana, iba pensando en lo sucedido con aquel hombre, ella sonrió con amargura porque estuvo en los brazos de un verdadero hombre, aunque desconocido pero lo disfrutó y logró lo que quería.
Cuando se bajó del transporte iba caminando para su casa sintió como su piel se le erizaba su cuerpo le avisaba que algo sucedía o iba a suceder, en ese momento ella dijo que llamaría a Emiliano en cuanto llegara a su casa, le iba a contar todo y le pediría su ayuda para escapar de su madre y del hombre que la había comprado.
Ella no contaba que Gualberto había mandado a buscarla, ella no contaba que las cosas fueran a pasar tan rápido, la felicidad no iba a durar mucho.
Cuando estaba frente a su casa vio dos hombres sospechosos, ella asustada tocó desesperadamente la puerta, los hombres se acercaron a ella y la amenazaron con un arma y le dijeron que no gritara, Loraine se quedó quieta porque pensaba que le iban a robar sus pertenecías, en ese momento la madre abrió la puerta y miró a las tres personas frente a ella.
La sorpresa que se llevó Loraine cuando la madre les dijo que entraran, Loraine miró a su madre en busca de una explicación, la mujer le entendió y dijo.
— Ellos son trabajadores de tu futuro marido, están aquí por ti, para llevarte a tu nueva casa.
LORAINE: ¿Porque eres así? ¿no sientes ni un poco de amor por mi mamá?
— De amor no se vive querida, así que vente con tus empleados.
LORAINE: ¿Porque tienes ese corazón tan malvado? ¿porque me pones a sufrir.
— fue lo que yo recibí, mis padres nunca me quisieron, nunca mostraron un poco de cariño por mi ¿que esperabas? ¿que esperabas, que te diera algo que nunca recibí? yo recibí malos tratos por parte de mis padres.
Loraine quedó sorprendida con la confesión de su madre, pensó que su amargura era por un hombre, nunca esperó que fuera por sus propios padres, pero para Loraine eso no era ninguna justificación y dijo.
LORAINE: ¡hay mami! eso no es ninguna justificación, yo no tengo nada que ver con lo que te sucedió con mis abuelos, sabes lo duro que fue y me lo hiciste pasar, yo no tenía porqué pagar por algo que no hice.