Amor En Desequilibrio

La relación entre Nia y Ethan había superado ya varios retos, pero la sombra de Claire parecía alargarse más de lo que ambos habían previsto. Aunque Ethan siempre defendía su compromiso con Nia, la presencia de Claire seguía siendo una constante incómoda, especialmente después del almuerzo que habían tenido.

Una semana después de aquel tenso encuentro, Claire organizó una cena en su ático en el Upper East Side. Era una reunión exclusiva de amigos y conocidos de Ethan, con Nia incluida. Aunque Ethan había prometido que estaría con ella en todo momento, Nia no podía ignorar el leve nudo en su estómago al pensar en Claire y lo que podría surgir esa noche.

Cuando llegaron, Claire los recibió con su habitual sonrisa impecable, vistiendo un vestido rojo que parecía calculado para llamar la atención.

—Ethan, Nia, qué alegría que pudieron venir —dijo, abrazando a Ethan más tiempo del necesario antes de volverse hacia Nia con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

Nia, manteniéndose tranquila, respondió con cortesía.

—Gracias por la invitación. Tu casa es preciosa.

Claire asintió, como si estuviera evaluándola.

—Lo es, ¿no? Aunque no tan impresionante como las vistas que Ethan solía admirar en las oficinas de Amara. ¿Te ha hablado de ella?

El nombre de Amara cayó como una piedra en medio de la conversación. Ethan se tensó, y Nia sintió que su sonrisa vacilaba por un segundo antes de recomponerse.

—No, no me ha hablado de ella —respondió, manteniendo la calma a pesar de la evidente provocación.

Claire sonrió con un destello de satisfacción y añadió:

—Ah, Amara... Ella y Ethan compartían una visión tan similar sobre la vida y los negocios. Era como si se entendieran sin necesidad de palabras. Siempre pensé que hacían una pareja ideal.

Ethan, visiblemente incómodo, intervino rápidamente.

—Claire, eso fue hace mucho tiempo. No veo cómo sea relevante ahora.

Pero el daño estaba hecho. La curiosidad y la inseguridad empezaban a instalarse en la mente de Nia, aunque intentaba no dejarlo ver.

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Más tarde, durante la cena, Nia no podía evitar observar cómo Claire dirigía la conversación con maestría, introduciendo pequeños comentarios sobre Amara. Mencionó cómo ella y Ethan habían trabajado juntos en varios proyectos importantes y cómo "Amara siempre sabía exactamente qué decir para sacar lo mejor de Ethan".

Ethan apretó la mano de Nia bajo la mesa, un gesto que ella valoró, aunque no podía evitar sentir que había una historia que desconocía.

Cuando finalmente regresaron al apartamento de Ethan, Nia estaba más callada de lo habitual. Ethan notó de inmediato que algo no estaba bien.

—Nia, ¿qué pasa?

Ella se giró para mirarlo, con el ceño ligeramente fruncido.

—¿Quién es Amara, Ethan?

Él suspiró, pasándose una mano por el cabello.

—Es una historia del pasado. Amara y yo salimos hace unos años. Trabajábamos juntos en varios proyectos, y por un tiempo, pensé que nuestra relación podría funcionar. Pero nuestras prioridades eran muy diferentes.

Nia lo observó con atención, buscando cualquier indicio de que estuviera ocultando algo.

—¿Por qué nunca me hablaste de ella?

—Porque no tiene importancia para mí ahora. Lo nuestro terminó de manera amistosa, y no he tenido contacto con ella desde entonces.

Nia asintió, aunque no pudo evitar sentir un pequeño vacío en el pecho.

—¿Crees que Claire mencionó su nombre por casualidad?

Ethan negó con la cabeza.

—Claire siempre ha tenido una forma de... intentar manipular situaciones. Probablemente pensó que traer a colación a Amara te haría dudar de mí.

—¿Y por qué haría eso? —preguntó Nia, su voz más baja.

—Porque no está acostumbrada a que alguien como tú esté en mi vida.

El comentario, aunque bien intencionado, dejó a Nia con más preguntas que respuestas.

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Los días siguientes, Nia trató de concentrarse en su trabajo, pero la imagen de Amara seguía rondando en su mente. ¿Cómo era? ¿Qué había significado para Ethan? La confianza que sentía en su relación era sólida, pero ahora tenía que lidiar con una sombra del pasado que no sabía cómo enfrentar.

Decidió no guardar sus sentimientos y hablar con Ethan al respecto una noche, después de que él regresara de una reunión.

—Ethan, sé que me dijiste que Amara es parte de tu pasado, pero no puedo evitar sentir que no sé toda la historia.

Él dejó su taza de café en la mesa y se sentó frente a ella, mirándola con seriedad.

—Nia, entiendo que esto sea difícil. Amara y yo estuvimos juntos durante casi dos años. Fue una relación intensa porque también trabajábamos juntos. Pero ella siempre priorizó su carrera por encima de cualquier otra cosa, y aunque yo admiraba su ambición, eso nos distanció.

—¿Y Claire? ¿Por qué insiste tanto en mencionarla?

Ethan suspiró.

—Claire siempre ha tenido esta idea de que Amara y yo éramos "perfectos" porque venimos del mismo mundo. Pero lo que Claire no entiende es que ese mismo mundo nos separó. Yo no quiero una relación basada solo en ambición o conveniencia. Quiero algo real, algo como lo que tengo contigo.

Nia respiró profundamente, dejando que sus palabras calaran en su mente.

—No dudo de lo que tenemos, Ethan. Pero quiero que seas honesto conmigo, siempre. Si algo del pasado regresa, prefiero saberlo por ti antes que por otra persona.

Ethan tomó sus manos, sus ojos reflejando una sinceridad absoluta.

—Lo prometo, Nia. No hay nada que quiera ocultarte.

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Las cosas parecieron calmarse por un tiempo, pero el nombre de Amara volvió a surgir en un contexto inesperado. Un día, mientras Ethan estaba en una reunión, Nia recibió una llamada inesperada de Claire.

—Nia, pensé que deberías saber que Amara está de vuelta en Nueva York. Al parecer, quiere colaborar en un nuevo proyecto con Ethan.

La noticia dejó a Nia sin palabras por un momento.

—¿Y por qué me dices esto?

—Porque creo que deberías estar preparada. No me malinterpretes, Ethan está comprometido contigo, pero Amara siempre ha sabido cómo ganarse su atención.

Nia apretó el teléfono con fuerza, luchando contra el impulso de responder con enojo.

—Gracias por tu preocupación, Claire. Pero confío en Ethan.

Aunque había intentado sonar firme, la llamada dejó a Nia con una sensación de inquietud. Sabía que tendría que hablar con Ethan nuevamente, esta vez sobre el posible regreso de Amara y cómo podría afectar su relación.

Esa noche, cuando Ethan llegó a casa, Nia lo esperó con un nudo en el estómago.

—¿Es cierto que Amara está de vuelta? —preguntó directamente.

Ethan, sorprendido, asintió.

—Lo supe esta tarde. Me llamó para proponer un proyecto, pero aún no he decidido si voy a aceptar.

Nia lo miró, con una mezcla de comprensión y preocupación.

—Entonces necesitamos hablar sobre esto, Ethan. No quiero que el pasado se interponga en lo que estamos construyendo.

Ethan se acercó, tomándola en sus brazos.

—Nada ni nadie se interpondrá entre nosotros, Nia. Te lo prometo.

Mientras se abrazaban, Nia sabía que el desafío aún no había terminado, pero también que estaba lista para enfrentarlo, siempre y cuando Ethan estuviera a su lado.