Amor En Rojo

El viento soplaba muy fuerte, Karoly sabía que estaba prácticamente en el aire, los brazos de Carpio son lo único que evita que caiga al abismo.

Ella olía a fresas silvestres, aquel lado del bosque se llenaba de esa planta en esa época del año, Carpio apreciaba ese aroma impregnado en la mujer que lo ha besado con una intensidad imposible de olvidar.

- "Me ayuda a regresar a tierra firme, o me deja caer. Decida de una vez, Alteza Real, no vaya a ser que terminemos en el fondo los dos", dijo Karoly sin atreverse a mirarlo. El príncipe sonrió, era la primera vez que ponía nerviosa a la niña salvaje.

El príncipe la ayudó a regresar a tierra firme, Karoly miró el cielo, se había oscurecido repentinamente; sabía que debía buscar refugio, pronto llegaría la tormenta.

- "Hay una residencia real a unos metros de este lugar, no soy de los hombres que se propasan, y tú no eres una frágil flor en peligro, me acompañas o te arriesgas a pasar la tormenta acompañada de la naturaleza", dijo Carpio con una sonrisa de autosuficiencia.

- "Llevo varios días disfrutando la naturaleza, no se preocupe por mí, avance no le gustaran los animales por estos lugares", expresó Karoly y siguió caminando.

- "Está en mis tierras, ¿cree que no sé como son?; y no me preocupa usted, solo lo hago por no angustiar a la reina Krasa, si le pasa algo a su torpe amiga que no sabe aceptar ayuda", dijo Carpio y empezó a caminar al lado contrario.

Karoly se volteó a mirarlo, solo a una persona en todo el mundo le permitía llamarla torpe y no era precisamente a ese engreído príncipe, además parecía coquetearle en un punto y luego le recordaba su preocupación por Krasa, esa actitud le molestaba. Los truenos y relámpagos hicieron su aparición, la lluvia cayó copiosamente y la tierra bajó los pies de Karoly la hacían hundirse.

- "Tal vez conozca el lado de Rojo que pertenece a Fontana, el lado de Susumira es diferente en varios aspectos, es más agreste e impredecible. Puedes decidir hundirte en el lodo o aceptar ayuda", expresó Carpio levitando con su magia y extendiendo su brazo hacia Karoly.

La hija menor del duque de Husag miró al pelirrojo frente a ella, la lluvia apenas lo dejaba observarlo, pero la luz de los relámpagos hacían resaltar sus ojos violetas; él se veía más colosal que lo habitual bajo la tormenta, ella no tenía más opción, estiró la mano y aceptó la ayuda.

Pronto, Carpio la tenía de la cintura sujeta de un costado, levitando juntos, ella no decía palabras, él notaba que estaba nerviosa, por alguna razón parecía gustarle ganarle esa extraña batalla a la jovencita de cabellos castaños, de pronto llegaron a una especie de pared de enredaderas.

- "Estira tu mano", dijo Carpio luego de pisar suelo firme.

- "¿Para qué debo estirar mi mano?, ¿dónde está la supuesta residencia?, no me gusta que jueguen conmigo, y no te confundas con el beso, no soy una chica fácil", expresó Karoly renuente.

Carpio jaló la mano de Karoly y le puso una especie de nueces de color rojo brillante, ella las miró extrañadas.

- "Tira una a la enredadera", ordenó Carpio.

Karoly algo confusa tiró la nuez roja, la enredadera se llenó de una luz brillante y se abrió en dos, dejando relucir una gran puerta, que se abrió dejando ver unas escaleras hacia abajo.

Carpio le hizo una señal a Karoly de que avance, ella lo hizo, él la siguió, la puerta se cerró tras ellos, y afuera la enredadera volvió a cubrir completamente la puerta. Las nueces en la mano de Karoly alumbraban mientras bajaban.

- "Está es la residencia de Rojo, es el lugar más mágico de Susumira, un refugio en caso de ataques de gente de fuera de Hurmaya. Hay muchas reliquias mágicas en este lugar, cualquiera que no tenga derecho a ellas muere al intentar sacarlas", dijo Carpio mientras bajaban.

- "Piensa que soy una ladrona y me lo advierte", expresó Karoly tratando de disimular la curiosidad que despertó cada palabra de Carpio.

- "No tiene cara de ladrona, pero si de curiosa, jamás nadie que no sea de Susumira ha pisado este lugar, solo personas fuertes pueden sobrevivir en un ambiente como este, algo me dice que no tendrás problemas con eso", manifestó Carpio para luego guiñarle el ojo a Karoly.

Karoly le volteó los ojos, cuando terminaron de bajar las escaleras llegaron a un piso empedrado, había una pileta en el medio, en un costado había caballos, el príncipe se acercó al suyo.

- "Llegaste a casa a salvo compañero, tuve que desviarme un poco del camino", expresó Carpio acariciando al hermoso equino, Karoly se sorprendió de lo afable que se veía el príncipe en ese momento.

De pronto salió una mujer, que emocionada se acercó presurosa al príncipe, sonriéndole y empezando a acariciarle la espalda. Carpio se alejó de inmediato y puso mirada seria.

- "¿Qué haces en este lugar, Senswal?, preguntó Carpio.

- "Me dijeron que habías venido por estos lares, y me dije que tal si vengo con el nuevo grupo de empleados y tal vez tenga la suerte de encontrarte, y vaya que tuve suerte, quizás esta vez la diversión pueda ser toda la noche", expresó Senswal de manera provocativa, buscando la manera de acariciar al príncipe, quien se alejaba incómodo.

Pronto, una señora mayor se acercó al lugar, miró a Karoly de pies a cabeza, nunca la había visto antes, jamás imaginó que el príncipe trajera una aventura a Rojo, ya tenía bastante con soportar a la orgullosa hija del duque de Berahi. Karoly miró diciendo que ella tampoco estaba a gusto ahí, llegó a ese lugar obligada por las circunstancias.

- "Bienvenido, Su Alteza Real", dijo la mujer mayor.

- "Doña Martha, me alegra verla. Sé que vengo a darle más trabajo", manifestó el príncipe alejándose de Senswal.

En ese momento, la hija del duque de Berahi pudo percatarse de la presencia de Karoly, aunque estaba algo sucia por el lodo y vestida con ropas masculinas, la belleza de la joven de Fontana era imposible de ocultar.

- "Le pido que arregle una habitación para Lady Karoly, será mi invitada", manifestó Carpio.

- "No hay más, será mejor que se vaya", se apresuró a decir Senswal, de manera caprichosa.

- "Su primo Kevin también ha llegado, su Alteza Real, las habitaciones más grandes han sido ocupadas, podré acomodar una más pequeña para la señorita", dijo doña Martha con solemnidad.

- "Prepare la habitación principal", expresó Carpio de manera seria.

- "No puedes darle la habitación de los reyes a esa sucia niña mal vestida", manifestó Senswal con soberbia.

Karoly había escuchado calmadamente la conversación y realmente hubiese dormido con las criadas sin problemas, solo era para pasar el temporal, pero aquella mujer la había llamado sucia, y por la apariencia casi podía jurar que se trataba de la mujer con quien Krasa había sorprendido a Carpio, siendo la razón de la anulación del compromiso que alguna vez su mejor amiga tuvo con el príncipe de Susumira.

- "No se preocupe, Su Alteza Real, no es necesario que alisten nada, puedo dormir en su habitación esta noche", expresó Karoly abrazándose al brazo de Carpio, quien hizo una sonrisa graciosa.

Carpio podía oler la revancha de Karoly, estaba empezando a comprender a la "niña salvaje", Senswal la había llamado sucia y la niña necesitaba vengarse.

A su vez, él quería deshacerse del asedio de Senswal, quien si bien le parecía una mujer muy atractiva, no había más que le gustara de ella, convirtiéndola en una amante complicada de la cual deshacerse.

Aunque había tratado de alejarla, ella siempre regresaba usando el hecho de ser la hija de uno de los duques más importantes de Susumira y las otras damas interesadas en el príncipe Carpio, parecían rendirse cuando ella se encargaba de asustarlas; sin embargo, estaba por toparse con su peor pesadilla, el huracán llamado Karoly.

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