Simoné es una chica de 25 años que lucha por obtener siempre lo que le gusta. Nada la detendrá por lograr sus objetivos, aunque tenga que luchar con su propia... ¡madre!
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Nada ni nadie nos podrá separar
Los siguientes días Simoné se dedicó a buscar trabajo.
Como era muy eficiente pronto encontró trabajo en una empresa muy importante...
Tienes suerte, el gerente general renunció hace dos días, justo íbamos a anunciar la vacante, has llegado en el momento justo.
Zoraida te mostrará todo el trabajo que harás, y te dará un tour por la empresa. Aquí se venden los mejores autos del país.
Preséntate mañana a las 9:00 am, sé puntual, por favor, aquí el tiempo vale oro.
Sí, don...
Braulio, para servirte.
Gracias, don Braulio. Mañana aquí estaré.
Simoné salió muy contenta de ahí, tenía trabajo, además, le iban a pagar más que en el otro trabajo.
No cabe duda que estoy de suerte. Este trabajo es mejor que el otro.
Cuando estaba llegando a su casa, pasó por el gym que estaba a dos cuadras. Varios hombres se ejercitaban ahí. Al observarlos bien, se dio cuenta de que Iván se encontraba ahí. Su cuerpo musculoso sobresalía de los demás.
No cabía duda, era el hombre más guapo y hermoso que sus ojos hubieran visto jamás. Era un poco mayor que ella, pero eso no sería impedimento para que ella "le echara los perros".
Estaba decidida a quitarle el novio a su madre. "Ella ya está vieja, ya no está en edad para arrumacos", se dijo a sí misma a modo de convencerse que era lo mejor para ambas.
"No quiero que mi madre se vea ridícula a su lado, hasta pensarían que es su tía, o su abuela"...
Decidida entró al gym...
Hola, Iván... dijo ella, todos los hombres que estaban ahí voltearon al oír su voz.
Señorita, este lugar es para hombres, haga el favor de salir.
Lo siento, solo vine a saludar a Iván, es mi padrastro.
Los presentes la observaron con admiración...
Pues serás una hija muy joven, parecerás su hermana menor.
Simoné se sonrojó, será mejor que me vaya.
Los hombres que estaban presentes le aventaban chiflidos y piropos.
Bueno, ya basta, dijo Iván, molesto. Y tú, haz el favor de largarte a tu casa.
Simoné le lanzó una mirada de odio y salió ante la mirada de lujuria de los hombres que abarrotaban el lugar.
Iván les advirtió a todos... Tengan cuidado de tocar siquiera un pelo a esa mujer, o se las verán conmigo.
No nos digas que quieres a tu hijastra para ti. Es muy hermosa.
Otro hombre dijo: ¿O sea que quieres a la madre y a la hija para ti solo?, no seas envidioso, comparte.
Iván no se pudo contener y le lanzó un golpe en plena cara.
Será mejor que te tragues tus palabras, esa mujer se respeta, y la madre de ella también.
El dueño del lugar optó por decirle a Iván que abandonara el recinto.
Está bien, me voy, pero le advierto que soy un buen cliente, cualquier otro gimnasio aceptará gustoso que yo entrene ahí.
Mire, vamos a hablar a mi oficina.
Usted puede entrenar aquí cuando guste, solo le voy a pedir que no vuelva a venir esa señorita, ¿para qué se arriesga a que le falten al respeto?
Tiene razón no se volverá a repetir.
Iván se dio una ducha y después fue a ver a Teresa.
Pero al llegar, fue Simoné la que lo recibió.
Hola, Iván, gracias por defenderme de esos hombres.
A ver, no te equivoques, yo solo impedí que ocurriera un desastre en el gym, nada que ver contigo.
No seas así, yo solo quería saludarte y darte la buena noticia.
¿De qué hablas?, preguntó Iván.
Ya tengo trabajo. Mañana mismo empiezo, es mejor que el otro.
Ah, pues que bien por ti, así al menos te mantienes ocupada en algo bueno.
Dame un abrazo de felicitación.
Y uniendo el dicho a la acción se le lanzó a los brazos repegándole el cuerpo, él sintió las formas de Simoné, y se iba a soltar cuando Teresa bajó las escaleras y los vio.
Mmhm, se dio a notar. ¿Pueden compartir conmigo su felicidad?
Mamá, ya tengo trabajo, dijo Simoné soltándose de los brazos de Iván.
Iván se acercó a Teresa para darle un beso...
¿Fue mi imaginación, o Teresa volteó la cara?, pensó Simoné. "Parece que se puso celosa". "Y eso que solo lo abracé", "no quiero ni pensar qué haría si supiera que Iván me ama a mí, aunque él no se haya dado cuenta aún".
"Ay, mamita, eso te pasa por confiada". "Cuando sepas que Iván y yo nos vamos a casar, se te caerá el teatrito, porque él me gusta mucho, y no pienso renunciar a él".
Amor, ¿nos vamos?, dijo Iván con una sonrisa.
Teresa tomó el brazo que le ofrecía Iván, y salieron juntos ante el despecho de Simoné.
Una vez que salieron de ahí, Teresa le pidió que se estacionara en la plaza más cercana.
¿Qué pasa, amor?, preguntó Iván con desconcierto.
Eso mismo te pregunto yo. ¿Qué está pasando entre tú y mi hija?
Pero amor, ¿por qué me preguntas eso?
¿Acaso crees que no me di cuenta cómo se abrazaban?, no parecías para nada compungido, al contrario, te veías feliz de tenerla en tus brazos.
Iván sonrió, dejando mostrar su dentadura completamente blanca. ¿No me digas que estás celosa?
¿Celosa yo?, ¿y de mi hija? Estás loco, dijo ella tratando de no parecer muy ansiosa.
Pues tu boca dirá una cosa pero tus ojos dicen lo contrario.
Mira, te voy a decir, Simoné ya tiene trabajo y estaba feliz por eso me abrazó, pero te juro que yo solo le seguí la corriente, no pasa nada. Sabes muy bien que mi amor es solo para ti, hermosa.
Mi amor, yo sé que tú lo haces sin dolo, pero conozco perfectamente bien a mi hija y sé que lo hace solo por molestar.
Por favor, mantente lo más alejado posible que puedas de ella.
Te lo prometo, hermosa princesa, pero ya vámonos al cine que se nos hace tarde ya mero empieza la función. Acuérdate que después de ahí te voy a llevar a "La Concordia", para que cenemos y nos demos un taco de ojo. Jajaja...
Por favor, Iván, no me causa ninguna gracia eso que acabas de decir.
Perdón, solo fue una broma.
Tú me vuelves a hacer una broma como esa y te juro que terminamos.
No te enojes, mi amor. Te prometo que no vuelve a suceder. Ahora, dame una sonrisa, ¿quieres?
Teresa sonrió, Iván la abrazó y la besó, ella correspondió, ambos se amaban tanto, que pensaban que nada ni nadie los iba a separar.