Luna después de tener lujos y unos padres amorosos, conoce a Joseph; un hombre carismático y guapo.
fue amor a primera vista, dándole lugar al amor en su corazón.
Joseph tiene un hijo de 3 años, llamado Esteban, el cual llegara a ser la mayor debilidad de Luna y por quien estará dispuesta a dar su vida.
Pero Joseph no es nada de lo que aparenta, y detrás de esa fachada, oculta un lado psicópata, en dónde lo único importante para él, es él mismo.
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Me hiciste un favor
Mariano: que has hecho?
Asistente: señor, ya tenemos toda la información con respecto a la mujer de Joseph. Vamos a comenzar a esperar el momento para capturarla.
Mariano: ok! Ya voy saliendo para allá. Cuando la tengan, la llevan al galpón.
Asistente: si señor!
Mariano había ido a visitar a sus abuelos el fin de semana y se había quedado a dormir todos esos días.
Su abuela lo atendía como a un niño pequeño. Él amaba estar con ellos, pero también tenía demasiadas ocupaciones que lo alejaban por semana de la compañía de ellos.
Anastasia: hijo, que ha pasado?
Mariano: voy a viajar hoy mismo y a solucionar este problema.
Anastasia: sabes que cuentas con nosotros, si necesitas algo.
Mario: déjalo vieja! Él es un hombre y tiene que afrontar estás cosas solo.
Anastasia: es verdad! Pero es mi único nieto. ¿A quien más le voy a dar mi apoyo?
Mario: es cierto! Pero recuerda que nosotros no viviremos para siempre, él tiene que afrontar sus problemas y conseguir una solución.
Anastasia: es verdad cariño! Bueno mi niño, cuídate y nos mantienes comunicados.
Mariano: claro que sí abuela.
Anastasia: Natalia me visitó la vez pasada, qué ha pasado entre ustedes?
Mariano: nada abuela! Pero esa mujer no es la indicada.
Anastasia: ella es de una familia muy importante aquí. Fue criada en este mundo y puede ser una gran mujer para ti.
Mariano: abuela! Me dijiste que respetarías mi decisión de buscar a mi mujer.
Anastasia: si! ¡Pero la edad sigue avanzando y aún nada!
¿Que estás esperando? ¿Que me muera?
Mariano: claro que no abuela! Muy pronto te la traeré.
Mariano se levantó y beso la frente de su abuela, se despidió de ambos y tomó rumbo a Canadá.
Llegó a la ciudad sin que nadie supiera, fue aún hotel privado que tenía en la ciudad y del que nadie sabía. Era un hotel importante, Pero jamás había mencionado que era de él.
Sus aliados solo sabían que él tenía un departamento en el país, así que ese era el que mantenían vigilados sus enemigos.
Ocupo la suite más lujosa del hotel, y se quedó a esperar la llamada de su asistente.
Por otro lado.
Luna había ido a comprar las frutas Catalina; fue rápidamente al mercado y compro todo lo que ella le había pedido.
Mientras iba de regreso, fue interceptada por los hombres de Mariano. Le colocaron un pañuelo en la cara y la durmieron.
La amarraron en una silla y se comunicaron con Mariano.
Este llegó al galpón y vio a la mujer que estaba desmayada.
Se veía bastante descuidada y delgada, además que no parecía ser la esposa de un hombre con tanto dinero como Joseph.
Mariano: están seguros de que está es la mujer?
Asistente: sí señor! Ella es la mujer de Joseph.
Luna se fue despertando de a poco, estaba bastante mareada; se intentó mover, pero se dio cuenta rápidamente que estaba amarrada.
Comenzó a moverse intentando liberarse, pero fue inútil.
Mariano: es inútil! Estás bien amarrada.
Luna: dónde estoy? Por qué me tienen aquí? Yo no hice nada malo.
Mariano: es verdad! Pero tu marido si, así que te trajimos aquí y solo te dejaremos ir, cuando él me dé lo que quiero.
Luna: por favor! Yo no sé nada, déjenme ir. Tengo un niño pequeño que espera por mí.
Mariano: Dónde está tu marido?
Luna: noo! No lo sé... por favor! Ya les dije, yo no sé nada.
Mariano: eres su mujer, cómo no vas a saber nada?
Luna: Yoo... yo no soy su mujer, buenooo... lo soy, pero no su mujer.
Mariano: me crees idiota? Ni tu misma sabes lo que dices.
Luna: por favor, déjeme ir. Cualquier cosa que tengas que hablar con él, solo búscalo. Yo no tengo nada que ver con sus negocios.
Mariano: cállate! Cubran su boca.
Uno de los hombres trajo un pañuelo y cubrió la boca de Luna. Está se movía y lloraba, solo pensaba en Esteban y en lo que le podría ocurrir si ella no estaba.
Mariano marco el número de Joseph, este se tardó en responder, cosa que molesto a Mariano.
Cuando al fin contestó, este le hablo con algo de pereza en la voz.
Joseph: Qué quieres? Estoy ocupado.
Mariano: mira desgraciado, me enteré de lo que hiciste.
Joseph: Entonces? ...
Mariano: ahhh! Con que está muy sobrado, solo porque mis enemigos te están cubriendo las espaldas.
¿acaso piensas que no puedo llegar a ti?
Joseph: claro que no puedes. Un idiota como tú, jamás podrá tocarme.
Mariano: con que muy machito! Tengo a tu mujer;
Ahora! Si no quieres que le pase nada, entrégame mi Casino.
Joseph: ja, ja, ja! ~~ Joseph se comenzó a reír como loco, cosa que sorprendió a Mariano.
Que era tan gracioso para que ese idiota se estuviera riendo.
Mariano: Qué te parece gracioso?
Joseph: justamente la había mandado a matar hoy!
Él hablaba con tanta naturalidad, que Mariano se sorprendió.
El teléfono estaba en alta voz, así que Luna estaba escuchando la conversación y se sorprendió al igual que Mariano, cuando escucho que la había mandado a matar.
Muchas preguntas se formaron en su cabeza y entendió en ese momento, porque no le dejaron ir con Esteban.
Ya ellos habían planeado todo.
Joseph: no sabes todo el tiempo y dinero que me estás ahorrando. Me hiciste un favor! Jaja
Mariano: Cómo dices? ¿Acaso estás loco?
Joseph: esa inútil ya no me servía, ya saqué lo que necesitaba de ella.
Así que lo último que le iba a sacar, era con su muerte. Tiene un seguro de vida bastante millonario y como todo estaba planeado, yo lo cobraría.
Tú me ayudaste al secuestrarla; cuando la mates, mándame el cuerpo o solo una foto para el seguro ja, ja, ja.
Mariano: eres un psicópata!
Joseph: solo hago lo que sea necesario para tener poder. Pásamela, le tengo un recado antes que la mates.
Mariano: … Adelante.
Joseph: entonces ella está escuchando!
Mariano le mandó quitar la venda, quería escuchar lo que ese hombre le diría a esa chica.
Joseph: gracias por tu estúpida existencia! Ahora muerta, me darás más dinero. Con respecto al bastardo, ya lo mandé a un internado, dónde espero que se muera.
Luna: eres un animal! Es tu hijo... Por favor, por lo que más quieras, no le hagas eso a Esteban.
Joseph: ese mocoso no me importa! Nunca me importo; ya mi verdadero amor, tiene a mi futuro heredero.
¿Te acuerdas de tu mejor amiga? Ella ha sido mi mujer desde el principio, fue ella la que me ayudó a que cayeras en mis manos y es ella, la única que tiene el derecho a disfrutar mi fortuna.
Luna: bastardo! Los dos son unos bastardos...
Joseph: adiós!
Joseph colgó el teléfono, no sin antes haber grabado toda la conversación. Necesitaba sacar una pequeña parte, para demostrar al seguro que su esposa había sido secuestrada y asesinada.
Luna gritaba y lloraba, mientras que Mariano aún no procesaba lo que acababa de escuchar.
¿cómo ese hombre había traicionado a esa mujer de esa manera? Cómo había mandado a matar a su esposa y esperaba la muerte de su propio hijo?
Para ellos, la familia es lo más importante y jamás se le traiciona de ese modo.
Se quedó viendo a la mujer, que estaba devastada en la silla.
Asistente: señor! ¿Que hacemos con ella?
Mariano aún intentando pensar que hacer? Si la liberaba y la dejaba ir, él de igual forma la mataría.
Él no quería hacerle nada, ya que se dio cuenta de que ella era una víctima más, de ese hombre.
Mariano: suéltala...
Asistente: pero señor!
Mariano: acaso no me escuchaste?
Varios se acercaron y la liberaron.
Luna cayó al suelo y seguía llorando; ella sabía que su final era inevitable, pero como su bebé iba a acabar así?