NovelToon NovelToon
Obligada A Amarte

Obligada A Amarte

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Mujeriego enamorado / Posesivo / Atracción entre enemigos / Arrogante / Amor-odio
Popularitas:7.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Crisbella

Siempre pensé que mi destino lo elegiría yo. Desde que era niña había sido un espíritu libre con sueños y anhelos que marcaban mi futuro, hasta el día que conocí a Marcelo Villavicencio y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados.
Él era el peligro envuelto en deseo, la tentación que sabía que me destruiría, y el misterio más grande: ¿Por qué me había elegido a ella, la única mujer que no estaba dispuesta a rendirse? Ahora, mí única batalla era impedir que esa obligación impuesta se convirtiera en un amor real.

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo XIV Tratando de mantener distancia

Punto de vista de Diana

Cuando Marcelo se fue al dormitorio, yo inmediatamente entré a la biblioteca. Lo primero que hice fue llamar a Irene. Ella debía estar preocupada por mí, y por eso quise hablarle y decirle que estaba bien.

—Diana, amiga, ¿qué está pasando? —fueron sus palabras apenas la llamada se conectó. Su voz era una mezcla de alarma y chisme.

—¿A qué te refieres? —pregunté, haciéndome la que no sabía de qué hablaba.

—Déjate de juegos y dime, ¿cómo es eso que ahora eres la señora Villavicencio? Apenas ayer empezaste a trabajar en la empresa y hoy ya eres la dueña —Irene estaba sorprendida y al mismo tiempo confundida, una reacción típica de mi entorno.

—Las cosas se dieron y ya. Marcelo y yo ya nos conocíamos y la llama del amor surgió nuevamente entre nosotros —mentí de manera descarada, sintiendo que la mentira se hacía cada vez más fácil.

—No me mientas, te conozco muy bien y sé que algo está pasando. Sé que tienes tus razones para no contarme la verdad, solo quiero que sepas que siempre contarás conmigo —Sabía que sus palabras eran sinceras. Irene siempre me había demostrado ser una buena amiga.

—Tú siempre tan comprensiva, amiga. No sabes cuánto te quiero.

—No te pongas cursi, mejor dime si ya te comiste a ese bombón del jefe. Te tengo tanta envidia, ja, ja, ja. —Sentí cómo mis mejillas se sonrojaron al escucharla hablar de forma tan abierta sobre la intimidad entre Marcelo y yo, algo normal en ella, pero que a mí me incomodaba profundamente.

—Sabes que no te voy a hablar de eso, así que no preguntes —respondí, evadiendo su pregunta.

—Déjate de tonterías. Muchas quisieran estar en tu lugar, así que disfruta de ese manjar y si necesitas consejos, sabes que puedes contar conmigo. Además, él es tu esposo. Si el matrimonio se acaba, no pasa nada porque eres la legítima esposa y siempre quedarás como la señora Villavicencio, no como un desquite de una noche.

Irene y yo continuamos hablando por una hora más, hasta que su hora de descanso terminó. Después de colgar la llamada, tomé un libro, me senté frente al gran ventanal y empecé a leer. No supe en qué momento me ganó el sueño, quedándome profundamente dormida en el cómodo sillón. Por primera vez desde que toda esta locura había empezado, pude descansar.

El sonido de las olas del mar era como una canción de arrullo que me hizo entrar en un sueño inusual. En este, me encontraba en la orilla de la playa contemplando la inmensidad del mar cuando Marcelo llegó, sujetándome por la espalda en un movimiento muy íntimo. Nos besamos con pasión y poco a poco nos fuimos dejando caer en la blancura de la arena.

Un fuerte sonido me despertó en el momento más íntimo del sueño. Al abrir los ojos, me di cuenta de que nada de eso había pasado, pero la sensación de sus manos sobre mi cuerpo aún se sentía tan real que me quemaba. Decidí ir al balcón y dejar que el frío viento golpeara mi piel, pensando que con eso sería suficiente para dejar atrás el deseo que se estaba despertando en mí.

Estaba distraída viendo las estrellas cuando sentí unos pasos acercándose. Giré a ver de quién se trataba, como si en este lugar hubiera alguien más, y ahí estaba él: mi esposo, usando solo un pantalón de pijama y su torso descubierto. Mis ojos no podían dejar de ver la musculatura bien trabajada de ese hombre, y aquel fuego que intentaba apagar volvió a surgir de manera más vivaz, subiéndome el rubor hasta las orejas.

—¿Qué haces ahí?, te puedes resfriar —regañó Marcelo, ignorando el rubor en mis mejillas y acercándose.

—Solo necesitaba un poco de aire fresco —estaba siendo sincera, aunque el "aire fresco" era él.

—Ven, mejor entra y cierra esa ventana y me acompañas a preparar la cena.

No sabía si iba a poder manejar lo que estaba sintiendo estando cerca de él, y menos con esa ligereza de ropa con la que andaba. Tampoco quería que se diera cuenta de mi deseo, así que inventé una excusa para mantenerme alejada de la tentación.

—Tranquilo, puedes seguir descansando que ahora me toca a mí preparar la cena —dije con algo de incomodidad.

—¿Te sientes bien? Te noto algo extraña —dijo Marcelo acercándose cada vez más, analizando mi expresión.

—Sí, sí lo estoy. Ahora déjame trabajar y ve a hacer algo por ahí.

Intenté por todos los medios mantener mis ojos lejos de los bíceps bien definidos y esos cuadritos en su abdomen. Sacudí los malos pensamientos y me puse a preparar la cena; aunque Irene me había dado un consejo, yo no planeaba seguirlo. Tenía que mantener mi actitud y alejarme de la tentación.

Marcelo se alejó, sentándose en el sillón de la sala, mientras yo me concentraba en la cena. Sería algo ligero, ya que él aún debía tener malestar en el estómago por la úlcera.

Preparé un poco de ensalada, evitando cualquier vegetal ácido o irritante (como tomate, cebolla cruda o cítricos), optando por hojas suaves, un poco de calabacín cocido y pechuga de pollo a la plancha, todo con un toque de aceite de oliva crudo y hierbas suaves.

Mientras cocinaba, podía sentir la mirada de Marcelo sobre mí. La temperatura de la cocina era alta, pero la de mi cuerpo subía aún más bajo su escrutinio. No me atrevía a mirarlo, pero sabía que él estaba disfrutando de mi incomodidad.

Finalmente, serví la comida. Era la primera vez que cocinaba en su casa, y la primera cena que compartiríamos juntos como marido y mujer. Puse su plato y el mío en la pequeña mesa de la cocina.

—La mesa está servida —anuncié, sin dirigirme a él específicamente.

Marcelo se levantó de su sillón, con esa lentitud deliberada que me sacaba de quicio, y caminó hacia mí. Su cuerpo casi desnudo era una distracción constante. Me senté en la silla más alejada.

—Parece que mi esposa, además de ser bella, es una excelente cocinera —comentó, sentándose frente a mí.

—Solo es comida, Villavicencio. Come antes de que se enfríe.

La tensión se había convertido en un plato más en la mesa, pero esta vez, yo no huiría.

1
Maricruz Felix
Muy interesante que irá a pasar???
Emperatriz Reales
Nunca entiendo, porque esconder la verdad, peor es q la traidora de fabiana, la destruya, todo por callar, ella sabra como cuidarse
Alejandra Revelante
autora no q le diga la verdad mentirle es peor , el la hace débil y no es así q ella se entere y lo enfrente así el le explica por q lo hizo
Alejandra Revelante
autora no q le diga la verdad mentirle es peor , el la hace débil y no es así q ella se entere y lo enfrente así el le explica por q lo hizo
Emperatriz Reales
Que tipo tan desagradable, sera q el cree q tiene el pito de oro, y las dos se mueren por el
David Aparicio
Hola autora, felicidades está buenísima la novela, solo espero que Marcelo tenga la suficiente confianza para contarle a Diana lo que está pasando y así evitarse futuros problemas
Maria Garcia
me encanta su novela
Alejandra Revelante
autora no hagas q dude al contrario q el le diga lo q esta pasando y luchen por su amor y por sus hijos por fi te mando regalos y votos , por q esas arpías no pueden salirse con la suyas
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay chica deja la paranoia, ojalá el se sincere con ella creo que la confianza es importante en un matrimonio
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Debería de decirle a Diana para que ella también esté alerta a cualquier cosa
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que susto por un momento pensé que iba a tomar esa porquería 😭😭😭😭
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Ojalá la capturen y la manden en una bolsa negra para la casa por malvada y arpía
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Doble bendición 🥰🥰🥰
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Saliste romántico Marcelo 🥰
Maria Gonzalez Gonzalez
wey yo quiero un trabajo así, con departamento y super sueldo 😃🤣
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
No es Sergio no nada Marcelo es la actitud de todos los que la rodean está astiada y tú no ayudas mucho
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que porquería de padre ojalá sufra en carne viva
Martha Divas Delgado
y de algo se dio con urgencia acaba en amor hay diana no te Ballas a poner muy 🥰 por k a él le urge
Martha Divas Delgado
jajaja jajaja jajaja si iiiiiiiii 🥰
Martha Divas Delgado
me gusta k ya empiece a sentir cosas por el así como el las siente por k el está enamorado asta las manitas por ella
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play