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Seraph, Un Amor Imposible.

Seraph, Un Amor Imposible.

Status: En proceso
Genre:Amor eterno
Popularitas:723
Nilai: 5
nombre de autor: Tintared

En un mundo donde los ángeles guían a la humanidad sin ser vistos, Seraph cumple su misión desde el Cielo: proteger, orientar y sostener la esperanza de los humanos. Pero todo cambia cuando sus pasos lo cruzan con Cameron, una joven que, sin comprender por qué, siente su presencia y su luz.

Juntos, emprenderán un viaje que desafiará las leyes celestiales: construyendo una Red de Esperanza, enseñando a los humanos a sostener su propia luz y enfrentando fuerzas ancestrales de oscuridad que amenazan con destruirla.

Entre milagros, pérdidas y decisiones imposibles, Cameron y Seraph descubrirán que la verdadera fuerza no está solo en el Cielo, sino en la capacidad humana de amar, resistir y transformar la oscuridad en luz.

Una historia épica de amor, sacrificio y esperanza, donde el destino de los ángeles y los humanos se entrelaza de manera inesperada.

NovelToon tiene autorización de Tintared para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Sombras y celos

La ciudad respiraba la calma ruidosa de la noche, un murmullo de tráfico y neón. Seraph, sin embargo, no podía descansar. El aire, denso y cargado de emociones humanas, vibraba con la presencia de Cameron, y cada risa, cada suspiro que él percibía, atravesaba su corazón como un filo invisible.

Esta vez, no los siguió al parque para evitar la monotonía, sino que esperó el encuentro casual. Cameron acababa de terminar su turno en una pequeña editorial universitaria, donde trabajaba como correctora de estilo. Su trabajo, silencioso y minucioso, consistía en pulir las ideas de otros, un reflejo irónico de la tarea que Seraph se había impuesto.

Salió del edificio con una pesada bolsa de libros, sus hombros curvados por el cansancio y el duelo. Mientras esperaba el autobús, Jhon apareció doblando la esquina, su rostro más iluminado que de costumbre, probablemente buscando el mismo banco de siempre en el parque.

Seraph flotaba a media distancia, invisible. Su corazón, ahora una caja de resonancia de la emoción, palpitaba de manera irregular: cada gesto de Jhon hacia Cameron, cada intento de cercanía, le provocaba un dolor dulce y punzante al mismo tiempo. Nunca había sentido celos; ahora, ese sentimiento era tan intenso que lo consumía, una llama fría y destructiva.

Cameron, ajena a la tensión invisible, se giró al sentir una calidez en el aire, una sensación familiar de ser observada.

—Siento… que alguien está aquí —susurró Cameron, deteniéndose de repente y mirando hacia la calle vacía.

Jhon la miró, preocupado por la melancolía persistente.

—¿Qué? ¿El guardia de seguridad?

—Es una tontería quizás… —dijo ella, frotándose el brazo. —Es como si algo en mi interior se calmara… y al mismo tiempo… me asusta. Es una presencia muy fuerte.

Seraph contuvo la respiración. Podía sentir cómo ella lo percibía a través de ese hilo tenue, un lazo invisible que lo conectaba con su corazón humano de una manera que nunca había experimentado. Pero también era un recordatorio cruel de que Jhon, el mortal, estaba peligrosamente cerca de ella.

Jhon se acercó a Cameron, la empatía dominando su timidez. Estaba a punto de tocarle el hombro para reconfortarla, un gesto simple que sellaría la conexión.

En ese instante, Seraph intervino con furia silenciosa.

Con un esfuerzo de voluntad, no solo movió el aire, sino que levantó el polvo y la arena fina acumulada en el borde de la acera, dirigiendo una ráfaga precisa hacia el rostro de Jhon.

Jhon se detuvo, frunció el ceño, confundido. La tierra había caído directamente en uno de sus ojos, haciéndole soltar una exclamación y obligándolo a cubrirse el rostro con ambas manos.

Cameron, la pena olvidada por el instinto de ayuda, se acercó de inmediato.

—¡Oh, Jhon, por favor! ¿Estás bien? Déjame ver —preguntó Cameron, su voz llena de preocupación genuina.

—He estado peor… —dijo Jhon, rascándose la nuca con la mano libre mientras ella soplaba suavemente en su ojo.

Seraph se ocultó en el oscuro resplandor de una farola, su pecho ardiendo por la extrema cercanía entre ellos. Cada pequeña acción, cada intento de alejarlos, resultaba en vano; la interferencia de Seraph solo conseguía que terminaran más cerca, con una sonrisa o una preocupación compartida que le helaba el corazón. Nunca había imaginado que el amor pudiera ser tan doloroso en su impotencia.

Mientras avanzaban lentamente hacia una cafetería abierta, Cameron se detuvo frente a un gran escaparate que reflejaba su imagen.

—Necesito un café doble —murmuró—. Este trabajo me está matando.

—¿Eres correctora, verdad? —preguntó Jhon, ofreciéndole la taza que acababa de comprar.

—Sí. La gente no sabe escribir —dijo con una sonrisa cansada—. Corrijo el mundo.

—Y yo estoy tratando de reordenar el mío —respondió Jhon, con la cara cercana, lleno de gratitud.

Seraph sintió un escalofrío. Ella corregía el mundo de la palabra; él corregía el mundo del espíritu. Y él estaba entre ellos.

—Tal vez sea ella, Linda, la que nos está cuidando sin que la veamos —murmuró Jhon, sintiéndose más audaz.

—Sí… —susurró Cameron, con un tono que hizo que Seraph se estremeciera con la certeza—. Es triste… pero reconfortante. Es un consuelo muy real.

El ángel flotó detrás de ellos, invisible y silencioso, consciente de que no podía tocarla, pero sintiendo su presencia más cercana que nunca. El vínculo se volvía tangible, casi sobrenatural. Y sin embargo, Jhon seguía ganando terreno en el corazón de Cameron, aun sin saber que competía contra un ser de luz.

Seraph sintió un repentino y violento latigazo de agotamiento. El viento cambió de dirección, y Seraph se retiró rápidamente, el esfuerzo de manipular la materia lo había dejado exhausto. Su poder, aunque disminuido, seguía vinculado directamente a sus emociones; sus celos y su dolor lo debilitaban físicamente.

Se retiró a un callejón oscuro y cerró los ojos, respirando con la dificultad del cuerpo mortal.

—No puedo perderla… —susurró, la voz rota—. Pero tampoco puedo quedarme sin hacer nada. Cada acción que intento los acerca… me duele ver que Jhon parece estar predestinado a ser su compañero. Estoy atrapado entre el cielo y la tierra, entre deber y deseo… y no sé cuánto más podré resistir este dolor.

Cuando la noche cayó por completo, y una luna tan hermosa iluminaba la calle con una luz plateada, Jhon se sintió lo suficientemente cómodo para tocar. Acarició la espalda de Cameron, quien lloraba en silencio por la pérdida de Linda. La conexión era innegable, humana, sanadora.

Después de unos minutos, ambos se despidieron con una emoción contenida.

—Nos vemos otro día —dijo Cameron, con una sonrisa suave que parecía prometedora.

—Eso me encantaría —respondió Jhon, con una mirada que reflejaba esperanza y emoción.

Seraph los vio alejarse, invisible, con una mezcla de satisfacción por la sanación de Jhon y desesperación por su propia condena. Había protegido su vínculo, pero lo había sufrido más que nunca.

Comprendió que su amor por Cameron no era solo un obstáculo, sino una fuerza que lo enseñaba a sentir, a sufrir y a comprender la verdadera naturaleza humana.

Y mientras flotaba entre las sombras, una promesa se formó en su corazón roto: no permitiría que nada ni nadie rompiera la delicada línea que unía a Cameron y Jhon… aunque eso significara que él mismo quedara atrapado en este limbo entre el deber y el deseo para siempre. Se había convertido en el guardián de una felicidad que nunca podría ser la suya.

1
Andre
Bella forma de narrar, atrapante
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