Tercer libro de la saga Lobo.
"En el mundo de la mafia italiana, Emiliano y Efraín, primos y futuros líderes, están destinados a heredar el poder. Sin embargo, su vida de lujo y violencia les deja un vacío que no pueden llenar.
Mientras tanto, en Cartagena Colombia, las gemelas Abigail y Ashley, bailarinas de 23 años, sueñan con encontrar su príncipe azul, inspiradas por el ejemplo de su padre, un hombre íntegro y recto.
Cuando Emiliano y Efraín llegan a Cartagena en busca de pistas que relacionan a una de las gemelas, mencionada por la fallecida Madeleine, no esperan quedar cautivados por el baile y la belleza de las gemelas.
Pero a medida que se enamoran, deben enfrentar los secretos y la violencia de su vida u profesión. ¿Podrán dejar atrás su sed de venganza y encontrar el amor verdadero, o estarán condenados a repetir los errores del pasado?
'Prisioneros de las bailarinas'
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Misión.
El avión privado de la familia Lobo aterrizó en en Inglaterra, de inmediato los Lobo, buscaron sus respectivas camionetas blindadas que ya sus hombres tenían preparados para ellos. Efraín y Emiliano, acompañados de sus padres, Phillips y Maximiliano Lobo, subieron a los vehículos con una determinación férrea en sus rostros.
Su misión era clara: castigar a Wilfred Davis por atreverse a intentar secuestrar a sus hermanas. La familia Lobo no toleraba la traición ni la deslealtad, y Wilfred Davis había cruzado una línea que no se podía cruzar y puso sus ojos en quien no debía, pero el error más grande había sido intentar tenerlas a la fuerza y contra de su voluntad.
_ Estamos aquí para hacer justicia con nuestras propias manos. _ dijo Maximiliano Lobo, su voz firme y autoritaria. _ Wilfred Davis piensa que puede jugar con nosotros, pero se equivoca. Le vamos a enseñar lo que significa ofender e intentar tocar a la familia Lobo.
Phillips, Efraín y Emiliano asintieron con la cabeza, sus ojos brillando con una determinación férrea. Estaban listos para enfrentar a Wilfred Davis y hacerle pagar por su traición, esta era una guerra jurada entre la mafia italiana y la mafia inglesa, aquí correría sangre.
La familia Lobo se dirigió hacia dónde sus hombres les habían indicado que se encontraba Wilfred Davis y donde también los esperaban para abriles el camino. Los coches comenzaron a avanzar y se dirigieron hacia la mansión de Wilfred Davis, en el campo inglés.
La venganza estaba cerca, y la familia Lobo estaba lista para hacer pagar la ofensa de Davis.
La familia Lobo llegó a la mansión de Wilfred Davis. La mansión era impresionante, con jardines perfectamente cuidados y una fachada de piedra que parecía haber sido sacada de una película de época.
_ Tan linda la mansión, lástima que tenga que ser derrumbada. _espetó Phillips sediento de sangre.
La primera detonación se escuchó y todos estaban alerta esperando la indicación para avanzar y de inmediato la segunda y la tercera, los soldados le darían paso a sus jefes para que ingresaran a la mansión en donde se escondía el inglés, Wilfred Davis.
Efraín y Emiliano eran los más ansiosos , se acercaron hasta quedar a unos veinte metros de la puerta principal de la mansión. Phillips y Maximiliano Lobo los siguieron de cerca, sus rostros serios y determinados, con algo muy claro, eliminar al traidor inglés.
Los soldados de los lobo, eliminaron a la mayoría de los hombres del inglés. Davis quien al ser avisado de su fallido plan, ya estaba listo para salir del país, pero no lo logró y ahora se escondía en su despacho subterráneo con dos de sus hombres de confianza.
Los empleados del servicio estaban nerviosos, no sabían que sucedía y trataban de esconderse para no ser asesinados por los enemigos de su jefe.
El líder y el Sottocapo fueron los primeros en ingresar a la propiedad cuando fue dada la señal, con arma en mano iban en busca del hombre que quiso dañar a sus hijas.
Víctor, la mano derecha de Phillips reunió a todo el personal de servicio en un amplio salón, mientras los soldados, los líderes y sus hijos seguían buscando por toda la propiedad a Davis, las detonaciones se seguían escuchando, Wilfred temblaba en su escondite...
_ Tienen que sacarme de aquí. _ le exigía el inglés a sus dos hombres. _ No quiero morir a manos de los Lobos.
_ Se lo advertí, jefe, le dije que no se metiera con las princesas Lobo, porque le saldría caro, si ya ellas le habían dejado claro que no querían nada con usted para qué tanta insistencia. _ uno de sus hombres le dejo claro su punto de vista.
_ Mejor cállate, e intenta llamar Vicent y a mis aliados, Necesito ayuda, no tu maldita opinión. _ espetó Wilfred con furia y miedo al la vez.
_ Usted sabe perfectamente que aquí no hay señal satelital, desde este lugar no podremos hacer ninguna llamada y si seguimos aquí, quedaremos sepultados por los escombros en los que se convertirá la mansión por causa de las detonaciones. _ dejo saber el otro hombre de seguridad.
Al no encontrar a Wilfred por ningún lado, los líderes seguidos de sus hijos se dieron al salón en donde estaban los empleados, sabían que wilfred no había salido de la mansión, ellos tenían todas las rutas de escape vigiladas y cerradas.
Maximiliano Lobo se adelantó, su voz firme y autoritaria.
_ Saben perfectamente por qué estamos aquí. _ habló con la voz autoritaria que lo caracterizaba, los empleados temblaban. _ Y saben que no vamos a irnos hasta que nos digan lo que queremos saber, así que evítenme la molestia, comiencen a hablar de una vez.
_ Si, por favor, mi arma desea dejar escapar muchos tiros hoy. _ dijo Phillips hastiado de la situación.
Wilfred Davis se puso pálido y dio un paso atrás cuando escucho la voz de Phillips y Maximiliano Lobo a través de los pequeños altavoces que había al interior del despacho en donde el se escondía. Efraín miraba a todos con una mirada glacial que producía demasiado miedo.
"No intentes escapar, Wilfred. _ grito Emiliano cuando la idea de que había un lugar en donde se escondía su enemigo. _ Sabes que no tienes escapatoria. Has jugado con fuego y ahora te vas a quemar. _ volvió a gritar fuerte.
Efraín y Emiliano se acercaron al que parecía ser el mayordomo, sus ojos brillando con una furia contenida.
_ ¿Donde está tu jefe? _ preguntó Emiliano.
_ En el despacho subterráneo. _ respondió el hombre con voz temblorosa.
_ Indícanos por dónde se accede a dicho lugar. _ exigió Efraín.
El mayordomo señaló el estante de libros que estaba justo detrás de ellos, allí había una pequeña estatua en forma de cuervo, Phillips se acercó y la tocó, al hacerlo una puerta se abrió revelando unos escalones de piedra, tiro una bomba de gas para obligar a Davis a salir por su propio pie y , así fue uno pasaron dos minutos cuando Wilfred y unos de sus hombres salieron, el otro había muerto por la intoxicación pues era asmático.
_ ¿Cómo pudiste hacerlo, Wilfred?. _ preguntó Efraín. _ ¿Cómo pudiste intentar secuestrar a nuestras hermanas?
Wilfred Davis se derrumbó, su cuerpo temblando de miedo.
_ Lo siento. _ sollozó. _ No pensé que las cosas llegarían tan lejos. Me dejé llevar por la ambición y la codicia, las dese desde que las vi por primera vez.
Maximiliano Lobo se acercó a Wilfred y lo miró con desprecio.
_ La ambición y la codicia pueden ser peligrosas si no se manejan con cuidado, Wilfred.
_ Pero lo que es aún más peligroso es subestimar a la familia Lobo. Ahora, vas a pagar por tu error. _ le dejo saber Phillips golpeando su rostro...