Entregando Mi Corazón 7 - Mi Espíritu Libre

^ No hay manera en el mundo que pueda pagar por todo lo que hiciste y haces por mi. Tu y yo sabemos que nuestro gran amor, el de los libros que te gustan leer, todavía no llegan. Por mi lado, ya me quedé sin tiempo; pero no es tu caso, Claire. Sal, cambia de espacios, si te quedas aquí nunca lo encontrarás. Ya hablamos de esto y siempre me dijiste que no hay manera de que me dejes. Piensas que si encuentras ese amor, mientras yo voy muriendo, te haría egoísta. Claire si hay alguien que merece ser egoista y amada demasiado, eres tú. Eres una persona maravillosa, que merece alguien maravilloso. Tu y yo también sabemos que no soy yo. Pusimos de nuestra parte para ser ese alguien, pero no. Te conozco. Sé que por más que te diga esto, por más que sepas que lo correcto es que rehagas tu vida, no te irás. Entonces, lo haré yo. Si tuviera muchos años, créeme que pagaría todo lo que haz hecho por mi todos los días de mi vida, pero lamentablemente no tengo ese privilegio. Me iré porque ya no puedo seguir acumulando deudas que no podré pagar. Te amo, Claire.

Me tengo que ir, porque hay otra cosa que le quite. Su voz. Ella dejó de hablar al mismo tiempo, para ser "empática" y lo odio. En ningún momento dejé de verla. Vi cuando le salieron dos lágrimas, las conté. Ella solo me miró y contrario a lo que pensé, sus ojos estaban claros y llenos de vida, llenos de emoción. Algo más está pasando, pero no habla ni gesticula. Besa mi mejilla y sale de la habitación. Le pido a Dios, con lo último que queda de mi, que le de un amor para atesorar toda su vida.

Durante mi tiempo en el hospital, programé mi eutanasia en Luxemburgo para mi próximo cumpleaños. Siempre y cuando llegue a ese tiempo. Por como van las cosas, estoy empezando con los medicamentos fuertes. Paso los siguientes 7 meses viajando y faltando 2 meses para la fecha, decido ir al Tibet. El paisaje es impresionante, tengo la mandíbula desencajada por mi enfermedad, pero incluso sin ésta también la tendría así por lo asombroso.

Sigo admirando el lugar, cuando alguien me empuja y caigo de bruces al suelo. Felizmente, hace frío y tengo bastante ropa, si no esa caída me habría mandado al hospital. Tal vez no deba hacer esa caminata. Si con un ligero empujón me tiene la cabeza zumbando, la caminata será una pesadilla. Cuando estoy pensando en cancelar la caminata, me giro a duras penas y veo una mano frente a mi rostro. Quiero gesticular, pero veo un ángel. Tal vez la caída me mató y un ángel ha venido a llevarse mi alma. Sin dudarlo extiendo mi mano y tomo la suya.

Llévame contigo, bello ángel.

La escucho hablar, disculpándose y sigue sin parar. Me gustaría hablar con Claire y decirle que la encontré. Antes de sentirme triste, solo puedo agradecerle a Dios, por poner excelentes personas en mi vida y dejarme vivir este sentimiento.

Gracias, Dios, por seguir bendiciendo mi vida incluso al final de ésta.