En un mundo donde las tradiciones patriarcales dictan el poder, Arya Eryndor, la hija menor de una familia noble, lucha por demostrar que es digna de liderar su clan. Tildada de inútil y subestimada por sus tres hermanos mayores—Aric, Magnus y Kael—, Arya enfrenta conspiraciones internas y externas mientras intenta consolidar su posición como líder legítima.
Su vida da un giro inesperado cuando hereda una vasta fortuna y propiedades tras la muerte de un benefactor secreto, lo que le da los recursos para enfrentarse a sus enemigos y reconstruir la posición de su familia. Sin embargo, la traición dentro de los Eryndor no tarda en surgir, con Aric liderando los esfuerzos para desacreditarla y Magnus y Kael urdiendo planes que pondrán en peligro no solo su reputación, sino también su vida.
En medio de estas tensiones, Arya invita a Darian Arkavian, un enemigo histórico de los Eryndor, a un festival con la esperanza de negociar la paz y desarmar las hostilidades. Pero la llegada de Darian
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La confrontación con Kael
El amanecer cubrió la fortaleza Eryndor con una luz dorada, pero Arya sabía que las sombras seguían acechando. A pesar de haber expuesto la traición de Magnus, no podía permitirse bajar la guardia. Las tensiones en el consejo continuaban, los vasallos estaban inquietos, y los rumores de movimientos enemigos al norte se volvían cada vez más insistentes.
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Arya caminaba por los jardines interiores cuando encontró a Kael, quien parecía estar sumido en sus pensamientos. Desde su regreso, su hermano menor había sido un enigma: observador, reservado, pero sin comprometerse del todo con su causa. Arya decidió que era momento de enfrentarlo.
"Kael," llamó, haciendo que él se girara hacia ella. "Necesito saber dónde estás parado en todo esto. No puedo permitirme dudas dentro de mi propia familia."
Kael suspiró, su mirada fija en el suelo antes de encontrarse con los ojos de Arya.
"No quiero que esta casa se desmorone," respondió. "Pero me preocupa que en tu lucha por protegerla, estés destruyendo algo más importante: nuestra humanidad."
Arya apretó los labios, sintiendo la verdad en sus palabras.
"No estoy destruyendo nada, Kael," dijo finalmente. "Estoy tratando de salvar lo que queda. Si crees que puedes hacer las cosas mejor, entonces dilo. Pero no te quedes al margen como un espectador mientras yo llevo este peso sola."
Kael la miró con una mezcla de respeto y frustración. "No quiero estar en tu contra, Arya. Pero si sigues manejando esto como una guerra personal, podrías perder algo que ni siquiera sabes que tienes."
Antes de que Arya pudiera responder, un mensajero apareció en el jardín, interrumpiéndolos.
"Mi señora," dijo, inclinándose. "Lord Thane solicita su presencia en la sala del consejo. Hay noticias urgentes."
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La sala del consejo estaba llena de murmullos cuando Arya llegó. Lord Thane estaba de pie frente al mapa central, y su expresión era grave.
"Hemos recibido informes de que tropas desconocidas han comenzado a moverse cerca de nuestras fronteras norteñas," anunció. "No son fuerzas de Aric, pero su intención no parece ser amistosa."
Arya se acercó al mapa, estudiándolo con cuidado. "¿Tropas desconocidas? ¿Podrían ser mercenarios?"
Lord Thane asintió lentamente. "Es posible. Pero aún no sabemos quién los envió ni cuál es su objetivo. Lo único claro es que están demasiado cerca para ignorarlos."
Uno de los consejeros habló. "Deberíamos enviar una delegación para negociar. Tal vez podamos evitar un conflicto abierto."
Otro se opuso rápidamente. "¿Negociar? Podría ser una trampa. Necesitamos enviar soldados y prepararnos para defender nuestras tierras."
Arya levantó una mano, silenciando la discusión. "No tomaremos decisiones apresuradas. Primero necesitamos más información. Enviaré exploradores para evaluar la situación. Una vez que sepamos a qué nos enfrentamos, decidiremos cómo actuar."
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En las tierras de los Vendel, Sienna se encontraba en el centro de una prueba impuesta por Lord Alaric para evaluar su valor. La tarea parecía simple: escoltar un convoy de suministros hasta un puesto avanzado cercano. Pero lo que Sienna no sabía era que el camino estaba plagado de desafíos.
Mientras viajaban, el convoy fue emboscado por un grupo de bandidos que habían estado aterrorizando la región. Sienna, con la ayuda de los guardias Vendel que la acompañaban, luchó con ferocidad, demostrando que no solo era una estratega, sino también una guerrera capaz.
Cuando el convoy llegó al puesto avanzado sin mayores pérdidas, Lady Ilena la recibió con una sonrisa aprobatoria.
"Impresionante," dijo Ilena. "Mi padre tenía dudas sobre ti, pero creo que acabas de demostrar que los Eryndor son dignos de nuestra alianza."
Sienna limpió el polvo de su armadura, sin ocultar su satisfacción. "Esto es solo el comienzo. Si los Vendel se unen a nosotros, podemos poner fin a esta guerra antes de que llegue a nuestras puertas."
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De vuelta en la fortaleza, Magnus permanecía en sus aposentos bajo custodia, pero su influencia seguía extendiéndose. A través de sirvientes leales y mensajes codificados, Magnus comenzaba a sembrar discordia entre los vasallos más descontentos.
En una reunión secreta con uno de sus aliados, Magnus habló con calma pero con una determinación peligrosa.
"Arya puede tener el consejo de su lado ahora, pero las alianzas son frágiles," dijo. "Todo lo que necesitamos es un pequeño empujón para que su aparente control se desmorone."
El aliado asintió. "¿Qué sugieres?"
Magnus sonrió lentamente. "Deja eso en mis manos. El primer paso es asegurarnos de que esos exploradores nunca regresen con noticias del norte."
