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Herencia De Sombras

Herencia De Sombras

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Traiciones y engaños / Reencuentro / Hija rica en bancarrota / Cambio de Imagen / Venganza de la protagonista
Popularitas:3.9k
Nilai: 5
nombre de autor: DL700

Isabella Dupont ha pasado su vida planificando una venganza que espera borrar el dolor de su infancia. Abandonada a los cinco años por su madre, Clara Montserrat, una mujer despiadada que traicionó a su familia y robó la fortuna de su padre, Isabella ha jurado destruir el imperio que su madre construyó en Italia. Bajo una identidad falsa, Isabella se infiltra en la constructora internacional que Clara dirige con mano de hierro, decidida a desmantelar pieza por pieza la vida que su madre ha levantado a costa del sufrimiento ajeno.

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Capítulo 4

Regreso al presente

El cielo gris de París parecía llorar junto a Isabella Dupont mientras las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer sobre el panteón de Père Lachaise. Era un día sombrío y frío, adecuado para la tristeza que envolvía el funeral de Jean-Luc Dupont. Alrededor del sencillo ataúd, un pequeño grupo de personas se había reunido para despedirse del hombre que alguna vez había sido un arquitecto de renombre, pero cuya vida había sido arruinada por el abandono de su esposa y las desgracias que le siguieron.

Isabella, vestida de negro, con un abrigo largo que la protegía del frío, se encontraba de pie junto a la tumba recién excavada. Su rostro, aunque sereno, mostraba el dolor profundo que sentía por la pérdida de su padre, el único ser querido que le quedaba. Sus ojos verdes, hinchados por las lágrimas, miraban fijamente el ataúd mientras era bajado lentamente al suelo. A su lado, Colette Moreau, la mujer que había sido como una madre para ella, su verdadera Madre, sostenía su mano, intentando ofrecerle algo de consuelo en ese momento tan difícil.

—Isabella, —dijo Colette con voz suave—, sabes que siempre estaré aquí para ti. No estás sola.

Isabella apretó la mano de Colette, sintiendo la calidez de su apoyo, algo que necesitaba más que nunca.

—Gracias, Colette —murmuró Isabella, su voz apenas audible por encima del sonido de la lluvia—. No sé qué habría hecho sin ti. Has sido casi como una madre para mí… —Su voz se quebró, pero rápidamente se recompuso, inclinándose hacia Colette y abrazándola con fuerza.

Colette le devolvió el abrazo, acariciando suavemente su espalda mientras las lágrimas de ambas se mezclaban en ese gesto de consuelo mutuo. Sabía cuánto había sufrido Isabella, cuánto dolor había soportado al ver cómo su padre se destruía lentamente bajo el peso de sus fracasos y el alcoholismo, y ahora, el último vínculo que la unía a su pasado se había roto.

Cerca de ellas, el doctor Lefevre, el médico que había atendido a Jean-Luc durante sus últimos años, observaba la escena con una mezcla de tristeza y resignación. Conocía a Jean-Luc desde hacía años, había visto su declive y, al igual que Colette, había intentado ayudarlo a mantenerse a flote, aunque sabía que poco se podía hacer cuando el hombre había perdido toda esperanza.

Isabella se separó de Colette, limpiando sus lágrimas con la manga de su abrigo. Su corazón estaba roto, pero también lleno de una furia que había estado creciendo en su interior durante años. Una furia dirigida a la mujer que lo había comenzado todo, la mujer que los había abandonado.

Mientras la ceremonia llegaba a su fin, los pocos asistentes comenzaron a dispersarse lentamente. Isabella se quedó un momento más junto a la tumba, mirando el ataúd de su padre mientras la tierra empezaba a cubrirlo. Era un adiós final que nunca pensó que llegaría tan pronto.

De repente, sintió la presencia de alguien acercándose. Levantó la vista y vio a un hombre de mediana edad, bien vestido, con una expresión que mezclaba incomodidad y arrepentimiento. Philippe Marchand, uno de los antiguos socios de su padre, se detuvo a pocos pasos de ella, con una expresión seria pero amable.

—Isabella… —saludó Philippe con voz grave—. Siento mucho lo de tu padre. Era un buen hombre… un gran arquitecto.

Isabella lo miró con frialdad, su rostro endureciéndose al recordar todo lo que su familia había pasado. Sabía quién era Philippe, recordaba cómo había sido un cercano colaborador de su padre durante los buenos tiempos, antes de que todo se viniera abajo.

—Mi padre pasó años en quiebra, Philippe —respondió Isabella, su voz cortante—. Estaba solo y abandonado por todos, incluyéndote a ti. Y ahora que está muerto, ¿vienes a verlo? ¿De verdad crees que eso importa?

Philippe bajó la mirada, avergonzado, sabiendo que no tenía excusas válidas para ofrecerle. Había sido testigo del declive de Jean-Luc, pero al igual que muchos otros, había decidido alejarse cuando la situación se volvió demasiado difícil.

—Isabella, entiendo tu dolor, y no te culpo por estar enfadada —dijo Philippe, levantando la vista para mirarla directamente a los ojos—. Pero he venido porque quiero ofrecerte mi ayuda. Sé que no puedo cambiar el pasado, pero quiero hacer lo correcto ahora. Quiero ayudarte.

Isabella lo observó con desconfianza, sus ojos reflejando el escepticismo que sentía.

—¿Ayudarme? —repitió con una mueca de amargura—. Mi padre me sacó adelante él solo. A pesar de todo lo que pasó, se aseguró de que pudiera estudiar en la **École des Ponts ParisTech**, y me gradué como arquitecta. No necesito la ayuda de nadie, Philippe. Mi padre me enseñó a sobrevivir sola.

Philippe asintió, impresionado por la fuerza y determinación que veía en Isabella. Sabía que esas cualidades eran parte de lo que la había hecho destacar en la universidad y ahora en su incipiente carrera. Pero también sabía que el camino que tenía por delante no sería fácil.

—Lo sé, Isabella, —dijo con sinceridad—. Y créeme, admiro lo que has logrado. Pero sola, te tomará más tiempo llegar a donde quieres estar. Si me permites ayudarte, podrías llegar más lejos, más rápido. Puedo ofrecerte contactos, recursos, oportunidades que quizá ahora mismo no tengas.

Isabella lo miró fijamente, evaluando sus palabras. Había aprendido a ser desconfiada, a no confiar en la gente fácilmente. Pero algo en la oferta de Philippe la tentaba. Sabía que sus recursos eran limitados, y que si quería realmente avanzar en su carrera, necesitaría algo más que determinación.

Pero lo que realmente la impulsaba no era la ambición profesional. Era la sed de venganza, el deseo de destruir a la mujer que había arruinado su vida y la de su padre.

—Si realmente quieres ayudarme, Philippe… —dijo Isabella, acercándose a él, sus ojos brillando con una intensidad casi peligrosa—. Entonces ayúdame a destruir a la persona que provocó todo esto. Ayúdame a destruir a Clara Montserrat.

Philippe la miró sorprendido, no esperando esa respuesta. Pero en los ojos de Isabella vio una resolución inquebrantable, una furia que no podía ser ignorada.

—Clara Montserrat… —repitió lentamente, entendiendo de inmediato el odio que Isabella sentía—. Sabía que las cosas habían terminado mal entre tus padres, pero… ¿realmente quieres hacer esto? Es un camino difícil, Isabella. La venganza…

—La venganza es lo único que me queda —interrumpió Isabella, su voz firme—. Mi padre murió con el corazón roto por culpa de esa mujer. Perdió todo lo que tenía, y lo más importante, perdió su dignidad. No me importa cuánto tiempo tome o lo que tenga que hacer. Pero Clara Montserrat pagará por lo que hizo.

Philippe observó a Isabella durante unos momentos, viendo en ella no solo la determinación de una mujer joven, sino también el dolor de una hija que había perdido a su padre de la manera más cruel. Sabía que no sería fácil, que la venganza nunca lo era, pero también sabía que no podía ignorar su pedido.

—Muy bien, Isabella —dijo finalmente, asintiendo con gravedad—. Si es eso lo que quieres, te ayudaré. No será fácil, y habrá riesgos, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para que consigas lo que buscas.

Isabella sintió una mezcla de alivio y tensión al escuchar sus palabras. Sabía que el camino que estaba a punto de emprender sería peligroso y que no habría vuelta atrás. Pero también sabía que no podía vivir con el peso de la traición de su madre sobre sus hombros sin hacer nada al respecto.

—Gracias, Philippe —respondió, su voz cargada de emoción contenida—. No te arrepentirás de esto. Juntos, haremos que Clara pague por lo que hizo.

Philippe asintió una vez más, y aunque sabía que estaba entrando en un terreno peligroso, no podía ignorar la fuerza de la convicción de Isabella. Sabía que la joven tenía un propósito, y él estaba dispuesto a ayudarla a cumplirlo, sin importar lo que se interpusiera en su camino.

Juntos, se dieron la vuelta y comenzaron a caminar hacia la salida del panteón, dejando atrás la tumba de Jean-Luc. Isabella, con el corazón lleno de dolor y odio, se preparaba para lo que sabía sería una guerra larga y difícil. Pero estaba lista. Ya no era la niña asustada que había sido. Ahora, era una mujer dispuesta a todo por vengar a su padre y destruir a la mujer que había arruinado sus vidas.

1
Estefania Méndez Juez
Excelente
mariela
Mucho cuidado Isabella no sabes realmente quién es Luca nada más y nada menos que tú medio hermano hijo de Clara así que tienes que ser muy meticulosa porque lo que estás haciendo es peligroso tu mejor que nadie conoces lo peligrosa yes tu madre.
mariela
Clara es una mujer astuta y cruel para enfrentarse a ella debe ser fría y calculadora como lo ha sido ella y sin contemplación tendrá que ser muy cuidadosa para que no la descubra porque ya vió a Phillips y es capaz de indagar por ese lado y darse cuenta que ese no es su verdadero nombre.
mariela
Me equivoqué con el nombre de su hija Isabella
mariela
Que mujer tan fría y calculadora su ambición es tan grande que la llevará a la locura en lo que no tenga el control porque es obsesiva y lo y en su mente le estorba lo saca del camino como lo hizo con su ex Jean Luc y su hija Esthercita que no tuvo compasión y así lo hará con la pobre Claudia que está paralítica.
mariela
Así es Isabella segura de ti misma sin dudar de tu capacidad e inteligencia.
mariela
Muere Isabella Dupont para renacer en Isabella Tremblay tienes que ser fuerte decidida para hacerle pagar a tu madre el daño que le hizo a tu padre y el abandono hacia ti que no te tiemble la mano y no sientas compasión porque ella no la tuvo contigo es más no quiere recuerdos de ti y mucho menos el de tu padre no la soporto con su ambición destruyó a un hombre y ser una madre desnaturalizada abandonando a su hija.
mariela
Clara es una mujer demasiado calculadora, ambiciosa, egoísta y no le importa a que costo hacer lo que ella quiere es manipuladora veremos cómo te enfrentas a tu hija Isabella Dupont.
mariela
Pero Clara no perdió el tiempo y se volvió a casar y tiene otro hijo Luca a este si lo quiere como heredero y está embarazada otra vez y porque no quiso a Clara ❓❓❓❓❓
mariela
Que mala suerte la de Isabella y su padre si antes el estaba amargado y desmoralizado ahora será peor porque al faltarle la pierna será peor pobre criatura con 10 años y todo lo que le está pasando.
mariela
Jean Luc se dejó llevar por el abandono de Clara hasta destruirse en el alcohol y llevar a su hija a vivir como indigente después de tener una vida de lujos otra razón más para Isabella llenarse de rencor hacia su madre.
mariela
Clara es una mujer ambiciosa, egoísta, estafadora y desnaturalizada dejando a su hija y robándole todo a su esposo.
Ahora sabemos porque Isabella se quiere vengar de Clara y le doy la razón porque seguro nunca la busco.
mariela
Buen comienzo ahora hay que saber exactamente que fue lo que hizo la desnaturalizada madre para que la odie tanto aparte de abandonarlos para que Isabella quiera vengarse de su madre.
Su padre antes de morir pidió que buscará su felicidad pero me imagino que lo hará después de vengarse.
Ye.
Que triste, pobre hombre.
Ye.
Por qué no lograr ambas cosas. /Chuckle/
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