Ya No Te Amo

...Xénorix....

Tenía diez años cuando aquella mujer llegó a mí casa.

Aquélla mujer de cabello rojizo, acompañada de un niño con el mismo cabello que ella.

Miré a mí madre; quién los observaba con confusión.

—¿Puedo ayudarla, señorita? –Preguntó mí madre, dirigiéndose a la mujer más joven ante ella–.

Aquélla joven la observó con fingida inocencia pero, todavía recuerdo aquélla sonrisa burlona que amenazaba con aparecer en su rostro.

—Estoy buscando a Luca D'Agostino. –Respondió ella–.

Mí madre frunció el ceño al oír el nombre de mí padre salir de sus labios.

—¿Por qué quieres ver a mí esposo? –Indagó mamá–.

La mujer ya no pudo soportarlo y sonrió, soltando varias carcajadas.

—Yo soy Natalia Maynard, su amante. –Sonrió con sorna–. Y éste –Señaló al niño– Es Kendric, nuestro hijo. –Afirmó, terminando de destruir el mundo que conocíamos–.

Pude ver cómo el corazón de mí madre se destruyó en ese mismo instante.

Eso fue debido a que mí padre nunca fue un santo, pero en aquella época; ellos estaban intentándolo una última vez.

—Mi reina. –La voz de mí padre, quien bajaba de la escalera sin notar a su amante–. ¿Qué opinas si hoy vamos a comer afuera? –Se detuvo en seco, cuando vió el rostro de mí madre repleto de lágrimas y decepción–.

Y sus ojos se llenaron de ira al ver a su amante con su hijo ilegítimo en nuestra casa.

—¿Qué demonios hacés aquí? –Soltó en un gruñido–.

Su amante se encogió de hombros, sonriendo.

—Me echaron del alquiler, así que traje a Kendric a conocer a su padre y hermano. –Fingió inocencia–.

—No soy su padre. –Afirmó–. Y Xénorix no tiene hermanos, así que larguense de aquí.

Esas palabras hicieron que aquél rostro que nos miraba con burla, se convirtiera en uno repelto de rabia.

—¡NO PUEDES HABLAR EN SERIO, LUCA! –Gritó–. ¡KENDRIC ES TU HIJO, AL IGUAL QUE ESE BASTARDO! –Me señaló–. ¡¿ACASO YA OLVIDASTE COMO LO HICIMOS?! –Dió un paso al frente, acercándose a mí padre–. Yo todavía lo recuerdo... –Sonrió con picardía–. En tu oficina, me llenaste el coño con tu semen, una; dos; tres... Más veces de las que puedo contar. –Se burló, observando directamente a mí madre–.

Mí padre levantó su mano derecha y abofeteó a aquélla mujer, arrojándola al suelo.

—¡GUARDIAS! –Gritó y rápidamente la seguridad de nuestro hogar llegó a la escena–. ¡Llevense a esa mujer lejos de aquí! –Sus ojos se posaron en el niño–. Y a ese bastardo, llevenlo a un orfanato.

Tanto la mujer como el niño gritaban y trataron de soltarse de las garras de los guardias, pero fue inútil.

Cuando se fueron, el silencio reinó nuestro hogar.

Mí padre trató de acercarse a mí madre, pero ella retrocedió.

—Linda... Déjame explicarte, por favor... –Suplicó–. Es cierto, ella era una de mis amantes del pasado. Pero te juro que la abandoné hace muchísimo tiempo. –Tomó el rostro de mí madre en sus manos, acariciándola–. Por favor, no dejes que ésto destruya lo que tenemos, mí amor... –Murmuró–.

Mí madre negó, apartándose.

—Una cosa es una amante del pasado, Luca. Pero, es muy diferente una mujer que aparece en mí puerta con un hijo tuyo. –Soltó secando sus lágrimas–. Ya he perdido la cuenta de cuántos errores has cometido en nuestro matrimonio, en nuestra familia. –Habló con dolor–. Se acabó, Luca, se acabó.

La venida de aquélla mujer; causó destrucción en nuestras vidas.

Mis padres se divorciaron al poco tiempo.

Mamá se fue, aunque aún mantengo contacto con ella.

Papá, bueno... Désde que perdió a mamá, ha estado solo. Todo el tiempo dice; No seas el hombre que fuí, si tienes algo precioso, cuídalo como si tu vida dependiera de ello.

Me mantuve al lado de mí padre luego de saber lo que hizo, por razones egoístas; no iba a dejar que esa mujer y ese niño vinieran aquí y trataran de quitarme lo que era mío.

Ya lo hicieron con mí madre, no lo harán conmigo.

Me convertí en empresario, igual que papá.

Ahora dirijo su empresa hotelera, me va increíble.

Pero, nunca he olvidado a aquél niño.

Siempre me ha preocupado que venga a querer quitarme lo que es mío, así que lo investigué.

Siempre supe dónde estaba, sabía lo que hacía, comía, estudiaba; todo.

Supe que en el orfanato, a la edad de quince años; un anciano y su esposa lo adoptaron.

Pero el maldito busca la forma de estar cerca de mí, porque no es casualidad que su mejor amigo, sea el hermano menor de mí asistente.

Kendric es un idiota que quiere ocupar mí lugar, se viste como yo; habla como yo; camina como yo.

Es por eso que vengo aquí todo el tiempo, para observarlo.

Lo vi cerca de Aspen, así que si ella es su novia, podré quitarle información.

Pero, con lo que Gian dijo, tengo entendido que es soltera.

Es decepcionante pero me alegra, de cierto modo.

...Kendric....

Cuándo tenía siete años de edad, el casero de nuestro hogar, nos echó a mamá y a mí por falta de pago.

Ella estaba muy molesta, recuerdo que dijo; Vamos a buscar a tu maldito padre.

No sabía a qué se refería, yo no tenía papá.

Siempre habíamos sido mamá y yo.

Caminamos mucho tiempo, porque no teníamos dinero para el autobús.

Al llegar, vi una enorme mansión; parecía un castillo de cuentos de hadas.

Me emocioné y recuerdo que pregunté.

—¡Mami! ¿Vamos a vivir aquí?.

Mamá observó el lugar y sonrió con sorna asintiendo.

—Sí, Kendric. Vamos a vivir aquí, todo ésto es tuyo, te pertenece. Porque tú eres el heredero D'Agostino.

No sabía a qué se refería, porque mí apellido era Maynard, pero no cuestioné.

En primera, porque era un niño. Y en segunda, porque la emoción de vivir en ese castillo era más grande que cualquier duda.

Al llegar a la puerta, una hermosa mujer de cabello negro largo y ojos verdes nos atendió, era tan bella y elegante; parecía una reina.

Y junto a ella, un niño que parecía un poco más grande que yo, se veía idéntico a ella; excepto por los ojos.

Ambos nos observaban con confusión.

Me sorprendí cuando la mujer bella comenzó a llorar, cuando mami le dijo que era una Amante.

En aquél entonces no lo sabía, ahora lo sé. Mí madre era la otra.

Y cuándo papá llegó, quise abrazarlo.

Nunca tuve un papá, y ahora mamá dijo que yo era su hijo.

Eso significaba que podíamos vivir aquí, y ya no en aquél horrible lugar.

Pero en lugar de recibirme con los brazos abiertos, él sólo dijo.

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¿Quién es Xénorix? ¿Era ese niño?

Todavía recuerdo como mí padre se puso en frente de ambos, protegiéndolos de nosotros. Como si fuéramos villanos.

Cuándo los guardias nos llevaron de la mansión, mamá me gritó; ¡El único heredero D'Agostino eres tú, Kendric. Debés recuperar lo que es tuyo, lo que es nuestro!

Esa fue la última vez que vi a mamá, porque ese mismo día me enviaron a un orfanato.

Un orfanato horrible, sucio y asqueroso, dónde me trataban mal.

Vivi en ese lugar hasta los quince años, dónde mí abuelo Lalo me adoptó.

Fuí feliz con ellos, pero nunca olvidé aquél día.

Nunca olvidé como se llevaron a mí madre.

Ni si quiera sé si ella vive o no.

Pero, ahora tengo treinta y nueve años. Y en todo éste tiempo mí odio hacia Xénorix sólo ha crecido.

Lo que él tiene es mío, y no voy a descansar hasta obtener lo que me pertenece, porque el único heredero D'Agostino soy yo.

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...Que fuerte......

...¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Háganmelo saber en los comentarios, ya saben que siempre los estoy leyendo. ;3...