Un Nuevo Amor

...Narra Jessica...

Fue un día muy extraño para mí desde que llegué a la casa de Santiago Echevarría. Conocer a Mau, fue una experiencia única en mi vida. Fue como darle sentido a mi cansada existencia.

Después de la muerte de mamá, todo mi mundo cambio para mal. Mi padre cambio enormemente, de ser ese hombre trabajador y amoroso, se convirtió en alcohólico.

¡Solo tenía 10 años! Una niña que quedó huérfana en un solo día. Aunque he intentado saber la verdad de lo que realmente pasó aquella noche, no he podido.

Mi padre se niega a contarle la verdadera razón por la que mi madre se fue aquella noche de tormenta. Pero siempre he tenido la sospecha de que mi madre tenía un amante de billete.

Ella cada vez que salia, volvía cantando, traía cosas muy bonitas y por lo que lograba entender costaban muchos.

Ella empezó a discutir con mi padre, lo llamaba pobre imbécil. Decía que no se merecía una mujer como ella. Qué tuvo suerte en casarse con ella cuando solo era una adolescente.

Las discusiones entre ellos comenzaron a ser más constantes. Papá empezó a beber una semana antes de que mi madre saliera de la casa con su equipaje.

Esa noche, despertaba de una siesta y la vi empujar a mi padre con fuerza. Él le rogaba que no se fuera, pero ella solo me vio por encima del hombro de mi padre y dijo.

..."No me puedo quedar. Es mi decisión irme y tú no me puedes obligar. Yo merezco una vida mejor, no vivir en esta miseria"...

Desde esa noche todo cambio. A la mañana siguiente, mi padre me dio la noticia de la muerte de mi madre.

Solté un profundo suspiro, a recordar lo que he vivido.

Al regresar a mi casa, busque a mi padre para contarle que no volveré a casa por lo menos en una semana.

Me imaginó como se pondrá al saber que no estaré aquí para darle de comer, limpiar la casa, y buscarlo cuando no llega. Soy la única que se preocupa por él y le prepara la comida, de otra manera, ya se hubiera muerto.

Al ver que no se encontraba en casa, fui a buscarlo al sitio donde se queda de ver con sus amigotes borrachos.

Necesito informarle que no podré a casa. Luego de más de una hora buscándolo, volví a mi cartón.

La puerta de mi humilde casa se encontraba entre abierta, era raro ya que cuando salí a buscarlo la dejé cerrada.

Desde ese instante sentí una descarga eléctrica recorrer todo mi cuerpo. Fue un sentimiento que no puede describir.

El corazón dentro de mi pecho empezó a palpitar violentamente. La sensación de que algo malo sucedió con mi padre se apoderó de mi mente y corazón.

Cada paso que daba hacia la entrada; sentía mis pies extremadamente pesados. Los arrastres con dificultad hasta la entrada.

Mi respiración se volvió lenta, mientras empujaba temerosa la puerta. Cada parte de mi cuerpo se sentía hormigueado, como si me hubieran arrojado a un nido de avispas u hormigas.

Al entrar y ver a mi padre sobre el piso y en su cabeza un charco de sangre, sentí como si algo enorme hubiera caído del cielo sobre mi cuerpo.

Mis piernas se quedaron clavadas en ese lugar. El aire dejó de entrar a mis pulmones. Dejando de respirar por no sé cuanto tiempo. Tarde segundos para asimilar lo que veía.

Alfredo era lo único que me queda en el mundo. No podía perderlo...

..."Papá"...

..."Papá"...

Mis labios se abrieron, mientras que mis lágrimas empapaban mis mejillas. Rápidamente, corrí a donde estaba él, y me arrodilló.

..."Papá"...

..."Papá, no me puedes dejar sola. Eres lo único que me queda en el mundo"...

Me abracé a él, verificando que tuviera signos vitales. Al ver que seguía con vida, me levanté rápidamente en busca del teléfono.

A causa de un poco de sangre en el piso me resbalé, mi cabeza se golpea con la mesa a lado. Aun así, me levanté rápidamente y fui a buscar el teléfono.

_____ 911, ¿cuál es su emergencia?

_____ ¡Necesito una ambulancia urgente, mi padre se encuentra en el piso, tiene un enorme charco de sangre al rededor de su cabeza! ¡Por favor, vengan rápido! ¡No, quiero que muera es lo único que tengo en el mundo!

______ Señorita tranquila, respire hondo. Le tomaremos algunos datos, para enviar una ambulancia.

______ ¡Pero, apúrele, por favor!

Lloré y lloré sin saber que hacer, mis manos temblaban de ansias por contestar toda la información de la mujer al otro lado de la línea.

Le doy toda la información, y al poco tiempo llegó la ambulancia.

Mi padre fue trasladado a un hospital público, donde fue atendido. Durante toda la noche me quedé afuera esperando una información del médico.

Más o menos como a las cinco de la madrugada, aparece Rosario y la señora Rita. Me sorprendí mucho verlas a las dos ahí, ya que no le avisé a nadie de lo sucedido.

Me levanté del piso donde había permanecido el mayor tiempo. Pasé mis manos por mi viejo vestido, no me di cuenta de que traía manchas de sangre en mi rostro.

Hasta que Rosario sacó un pañuelo de su bolso y comenzó a limpiarse la sangre.

_____ Hola, Jessy. Deberías ir para que un médico te revise la herida.

______ ¿Cuál herida? _ Había olvidado que me resbalé y mi cabeza se golpeó con el filo de la mesa.

______ ¿Está? ____ Rosario ejerció un poco de fuerza sobre la herida.

______ ¡AUCH! Me dolió.

_______ Como no te va a dolor, te abriste toda la ceja. Insisto que deberías ver a un médico. Que te haga unos estudios. ____ Insiste Rosario preocupada por mí.

______ ¿Qué me podría pasar? Que me haga más idiota de lo que ya soy. _ Contesté con voz rota.

______ Jessy te estas menospreciando. Deberías. _____ Coloque mi mano en la boca de Rosario, ahora no tenia cabeza para pensar en mí.

Me arroje a los brazos de Rosario, dejando caer mis lágrimas sobre su hombro.

Eran muchas emociones acumuladas, los sentimientos estaban a flor de piel. Solo necesitaba este abrazo, para volverme vulnerable.