Mildred es una mujer que siempre se ha dedicado a su marido y a sus hijos, dejando su carrera en segundo plano. A cambio, su esposo se quedó con su mejor amiga, lo que le costó su amor y ahora lucha por reiniciar su vida. Ella todavía lo ama y lo que más desea es olvidarlo.
Valentín comenzó desde cero y se convirtió en uno de los mayores empresarios de Nueva York y de los Estados Unidos. Es un hombre frío, calculador y extremadamente sistemático. Le gusta aparecer con mujeres hermosas y jóvenes. Tuvo un romance de un año con una modelo considerada la más bella del país. Tuvieron un par de gemelos, pero antes de que nacieran los niños, ya no estaban juntos. Las mujeres dicen que no tiene corazón, que es frío, sistemático y temido. Sin duda, es una persona muy importante e imponente; se dice que trabaja con la mafia, y algunos incluso especulan que es parte de ella.
La Navidad se acerca y él necesita urgentemente ayuda con su familia; ella, por su parte, necesita dinero y una oportunidad para mudarse de ciudad. Sus destinos se cruzan y, de un lado, hay un corazón roto que quiere olvidar un amor; del otro, un corazón que nunca ha amado ni se ha dejado amar. Dicen que en Navidad suceden milagros, ¿será cierto?
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Capítulo 24
Valentín
Vuelvo a casa y decido entrenar en mi gimnasio. Mis amigos me llaman enseguida para confirmar la comida.
Me doy una ducha, miro el correo electrónico...
Aprovecho para llamar a mis padres, están muy emocionados de pasar la Navidad conmigo y aún más de conocer a Mildred.
Si fuera hace dos días estaría en pánico, pero ahora que sé cómo es, me está gustando la idea y esta semana tengo que comprar los anillos de compromiso. Y tienen que ser imponentes, quiero que todos vean que estamos casados, ¡comprometidos!
Mis padres nos vieron en las noticias, a Mildred y a mí. Mi madre me dijo que le pareció muy bien, ¡una mujer madura! Espero que les guste, de verdad que no me importa si a mis hermanas no les gusta, a mí sí...
Joder, me gusta demasiado...
Después de la pelea que tuve con Ayla no hemos vuelto a hablar, solo hablé con Amalia.
Las horas pasan rápido, me arreglo y voy a buscar a mi novia y espero que Linda venga también.
Me gusta esa niña, parece mi hija.
Mildred
Le dije a Linda que a Valentín le gustaría que almorzara con nosotros y para mi sorpresa se puso muy contenta.
Quién diría que a Melinda le gustaría tanto Valentín. Parece que se conocieran de toda la vida, tuvieron una conexión feliz. Admito que me encantó, pero aun así tengo miedo de cuándo terminemos.
Nos arreglamos y ahora solo queda esperar
Melinda: En 5 minutos llega Valentín como máximo.
Mildred: ¿Cómo lo sabes?
Melinda: ¡Es igual que el abuelo Xavier y que Ben, puntual!
Ade, Leo y Mille se ríen de ella
Adelaide: ¿No te parece aburrido?
Melinda: No, sabes que quiero a la tía Ade, lo aprendí de mi hermano y cuando mamá y papá se separaron me quedé con mamá en casa de los abuelos, aprendí muchísimas cosas.
Se ríen de cómo lo ha dicho
Leoni: Pero pareces una muñeca
Melinda: Gracias
Llega Valentín y ellas se van
Valentín baja y se dirige a ellas
Valentín sonriendo: Qué lindas estas chicas o puedo decir mis chicas
Mildred pensando ¡no! No...
Ellas: Gracias
Valentín le da un ligero beso a Mildred, pero nada de piquito, luego un abrazo y un beso en la mejilla a Linda, que le corresponde
Se van
Mildred
Vi a Ade y Leo espiando y riéndose, son increíbles. Los adoro.
Vamos directo al restaurante charlando mucho, a Valentín le gusta hablar y eso es bueno.
Al llegar al restaurante
Mildred
Llegamos, los chicos ya nos están esperando y Alicia y Ruy llegan prácticamente al mismo tiempo que nosotros.
Valentín presenta a Melinda a todo el mundo muy animado, y ella, como es un encanto, saluda a todos con educación y simpatía. Dejando a los amigos encantados con ella.
Nos acomodamos y por supuesto que hubo fotos y muchas.
Entonces ocurrió algo muy gracioso, mi hija cogió la manía de su hermano, cuando almorzamos fuera o en casa, todo tiene que estar de la manera correcta.
Siempre me gustó enseñar a mis hijos buenos modales e hice un curso de protocolo en la mesa y empecé a usar varias copas, cubiertos y a practicar,
Brian lo encontraba ridículo, a Benjamín y a Linda les encantaba y no me dejaban volver a usar solo vasos, así que se acostumbraron.
Hoy doy gracias a Dios o no sabría ni por dónde empezar. ¡Porque el restaurante en el que estamos es muy elegante!
Volviendo a lo que pasó, las copas estaban colocadas en el orden incorrecto y sin que nadie dijera nada, tanto Linda como Valentín rápidamente las colocaron en el orden correcto.
Melinda: No puedo dejarlo mal
Valentín: Yo tampoco, me irrita
Melinda: Muy irritante la verdad
Hector riendo: ¿Seguro que no son padre e hija?
Valentín sonriendo: Nos gustan las cosas seguras, ¿verdad Linda?
Melinda: Exactamente, sobre todo en un restaurante
Ruy riendo: ¿Cómo es eso Melinda?
Melinda: Es obligación de ellos hacerlo
Mildred: ¡Linda!
Valentín sonriendo: Tiene razón, eso mismo Linda, es obligación de ellos.
Mildred: ¡No! la gente tiene derecho a equivocarse cariño, sucede
Martín riendo: Dos sistemáticos
Mildred: No me lo digas, mi padre es así y mi hijo mayor, solo que Linda no era tan así
Siguen conversando
Valentín
Linda me encanta, qué niña tan educada, qué querida, no se inmiscuye en las conversaciones, come bien, sabe usar los cubiertos, las copas, todo y además es ordenada. Adoro a esa niña.
Vi que mis amigos también quedaron encantados con su comportamiento y si ella es así, se lo debe a su madre. Joder Mille me estás volviendo loco por ti o más loco...