El corazón de Alessia es destrozado en pleno debut, el príncipe heredero le había prometido amor, pero ha anunciado a otra como su prometida, Magenta, la hermana de Alessia, quien siempre la ha despreciado por ser hija de una concubina. Alessia ahora debe casarse con el gran Archiduque, un hombre con la fama de asesinar a sus prometidas, pero no todo es como dicen, esos son solo cuentos y Alessia, pronto descubrirá que secretos se ocultan en el Archiducado, incluso sabrá quién es ella en realidad…
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Cap. 5 ¿Ella está en camino?
Alessa se subió a la carroza elegante acompañada de su fiel Celia, aunque la relación entre ellas es más cercana de la que todos creen, Celia en realidad es media hermana de Alessa, la hija de una sirvienta, se dieron cuenta después de un tiempo, aunque tienen la misma edad, la madre de Celia era una sirvienta, pero su padre, llevó a la niña diciendo que era una huérfana hija de un amigo y que estaba sola, la Duquesa no sospechó, ya que Celia no se parece en nada al Duque, pero tiene una marca de nacimiento que comparte con la hermosa Alessa, es así como ellas descubrieron la verdad, ellas callaron para que la Duquesa no maltrate a Celia como a las otras chicas.
Las niñas estaban en silencio, el camino al norte es largo, será una larga semana, mientras que la mujer que lleva a las niñas solo las mira, ve como ambas se toman de la mano, están asustadas, pero se ve a leguas que esa relación es más profunda que el de solo una doncella y su ama.
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Mientras tanto, en el Ducado Duncan, el Duque se desplaza en silencio por pasadizos secretos y llega al jardín posterior donde un hombre encapuchado lo espera.
— ¿Ella está en camino? — dijo mirando al hombre con ansiedad.
—Sí, va en la carreta con el ama de llaves del Archiducado, ella está a salvo mientras ella esté, a su hija pronto le pasará lo que todas esas mujeres reciben, es cuestión de tiempo — dijo el hombre mientras se acomoda la capa.
— ¿Estás seguro de que ella estará bien, lejos y a salvo?, me dijiste que las jóvenes que fueron como prometidas del Archiduque fueron enviadas a otro lado, libres y se han casado con buenos hombres, no quiero que a mi Alessa la encuentre la Duquesa y mi hija mayor, sé que corre grave peligro cerca de ellas y peor aún al llamar la atención del príncipe heredero — dijo el Duque mientras mira a ese encapuchado que asiente con seguridad.
—Se lo aseguro, yo mismo vi a esas jóvenes en otros países, ellas son felices, fueron cuidadas bien hasta que encontraron a sus esposos, ellas huyen de sus ambiciosas y malévolas familias, quienes no dudaron en entregarlas a un Archiduque con fama de asesinar a sus prometidas, ellas resienten a sus progenitores, pero ahora son felices — dijo el hombre mientras mira al Duque Duncan con calma.
—Bien, bien, te daré dinero para que se lo entregues, dile que es una dote que dejó su madre para ella, no le digas que he sido yo, no quiero que ella se acerque a mí, eso la pondría en peligro, la conozco, mi hermosa Alessa es una mujer con un corazón de oro como su madre, no le digas nada sobre mí, cuídala bien, avísame cualquier cosa — dijo el Duque con lágrimas en los ojos, aunque sabe que su hija debe estar con el corazón destrozado, esto es lo mejor, sacarla de ese nido de víboras.
La Duquesa es en realidad quien tiene más poder económico en su ducado, fue por eso que se casó con ella, sabe lo cruel y malvada que es esa mujer, y su querida hija es una piedra en el zapato de esa mujer arrogante y malvada, cuando vio su verdadera cara, ya era tarde, su amada había muerto dejando a la dulce Alessa indefensa, así que había ideado la forma de sacarla de ese lugar, aunque no lo lograba, por fin se le había presentado una verdadera forma de hacerlo y era comprometiéndola con el Archiduque de quien se dicen muchas cosas, pero él se había enterado sobre las prometidas, el hombre era frío y muy desalmado, pero jamás con niñas que estaban siendo usadas como rameras, él las ayudaba, así que esta sería la mejor forma.
El Duque volvió a la mansión con un semblante sombrío, era la primera noche que su Alessa pasa fuera de su techo y cuidado, es la primera vez en su vida que no sabe dónde está su querida niña en ese preciso momento, aunque no mostraba mucho apego por ella, era precisamente por Magenta y la Duquesa, sabía que la pondría en más peligro si mostraba su favoritismo de forma clara, solo dio un suspiro para después alejarse a su despacho, dormiría ahí, no quería escuchar a esa mujer jactarse sobre qué Magenta es la princesa heredera, ese puesto era de su Alessa, era su niña quien se había ganado el corazón del príncipe heredero, pero cuando vio que ese joven no luchó por ella, está seguro de que él no la mercería, si no veía lo especial que era, no sé la mercería en absoluto.
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Mientras tanto, en el palacio del príncipe heredero, el joven príncipe está furioso, no puede creer que su madre lo haya engañado y se deshaga de Alessa de esa forma, todos saben lo sanguinario que es ese hombre, aunque Draco es joven y solo tiene 25 años, todos conocen su terrible temperamento y su crueldad, a los 14 años Draco fue a una guerra, con esa edad ya era alto y muy fuerte, arrasó con el ejército enemigo, su Archiducado tiene hombres fuertes y son destacables, más que cualquier otro ejército.
—Allen, ve a buscar un grupo de soldados, quiero que secuestres a la señorita Alessa de forma sigilosa, que se disfrace, sé que ese maldito se lleva a sus prometidas en la madrugada, no voy a dejar que la asesine como lo hace con todas, así que debemos adelantarnos — dijo Renan muy molesto y preocupado, tenía la esperanza de buscar una forma de tener a Alessa de su lado, no quería a Magenta de ninguna manera, sin embargo, su egoísmo lo retaba llevando a cometer error tras error.
Allen salió del lugar para cumplir su designio, llevaría a Alessa con su familia para salvarla de su cruel final, pero grande fue su sorpresa cuando se enteraron de que el Archiduque ya se había llevado a su prometida y les llevaban horas de viaje, además de que para nadie era desconocido, que los caballos del Archiduque, eran extremadamente veloces y resistentes, nadie conocía su raza, pero eran animales que estaban por encima de cualquier otro congénere.
Cuando Renan se enteró de esto, estaba más furioso, hablaría de esto con su madre, jamás permitiría que Alessa sea asesinada por ese bastardo de Draco Weerwolf.
— ¿Ella está en camino? Allen, envía un espía para allá, debemos traer de vuelta a Lady Alessa, hablaré con mi madre, esto no puede quedar así — Dijo el joven príncipe mientras se jala de los cabellos por la preocupación.