(+ 18 ) Alessandra, es la amada hija del gran empresario Alessandro Sandoval.
Ella hasta los 18 años vivió en burbuja, escondida del mundo real y en una vida de cuento de hadas.
Pero un día se entera que ha vivido en una mentira, se da cuenta que para enfrentar la vida, debe ser fuerte y hacer cosas que jamás imaginó, como cumplir con la voluntad de su Padre, que le pide casarse con su mejor amigo.
Ella cree que será un matrimonio ficticio, pero su deseo por el mejor amigo de su Padre, la hará empezar un juego de seducción inocente, que hará enloquecer a Nicolás su distinguido esposo, y desencadenará una pasion tan desmedida que no podrá ser controlada.
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17- La despedida...
(Nicolás)
Después de explicarle todo sin excepción alguna a Marlen y haberla visto llorar tan amargamente.
Le digo.
—Marlen yo tengo que irme, tengo que hacer los tramites de las actas de defunción, después debo ir al hospital, a recoger el cuerpo de Alessandro.
Pero antes llamaré a la Universidad, para pedir unos dias de permiso, yo lo puedo hacer, soy el representante legal de tu hija y su apoderado para manejar sus negocios, mandaré a mi chofer por Ella, cuando esté aquí le diré todo de la misma manera que te lo dije a Ti, si quieres quédate aquí, en ese pasillo la habitación del medio, era la de Alessandro, puedes pasar, Él tenía muchas cosas aquí, pues era el lugar donde de lunes a viernes, se mantenía la mayor parte de la noche.—Le digo a una mujer que muestra un dolor tan profundo en sus ojos, pero ya está más serena y consiente de todo.
—Nicolás, gracias, y claro que pasaré a esa habitación si me lo permites lo haré después, ahora quisiera ayudarte con algo, sé que Alessandro te pidió hacerlo todo, y hacerlo rapido, pero si crees que hay algo que Yo pueda hacer, me gustaría ayudar.—Me dice la hermosa mujer a la que mi amigo amó hasta el último de sus días.
—Marlen, yo quisiera que descansaras, son las 10 am, pero dependiendo de la hora en que tu hija esté lista, iremos ahora mismo a despedir el cuerpo de Alessandro, lo haremos ahora, tal como mi amigo lo quiso y como el mismo lo dejó organizado.
Pero si crees que puedes hacer algo, cómprame el depocito que le llevaré mañana a la madre de Alessandro, ya pensaré en que cenisas puedo poner allí.—Le digo.
—Si, Yo puedo hacerlo, y también puedo ayudarte con las cenizas, son de un perrito callegero que Alessandra rescató, estaba muy enfermo no lo pudimos salvar, Alessandro lo mandó a cremar y se lo llevó en un cofre a su hija, para que ella lanzara las cenizas donde quisiera.
Pero Ale, nunca lo quizo hacer, asi que creo que esas cenizas pueden servir.
La verdad me siento mal por mentirle a la Señora Sandoval, pero respetaré la voluntad de mi Alessandro.
El sabía por que decidió hacerlo así.—Me dice Marlen.
Y Yo que conozco a Andréa Sandoval, sé porqué Alessandro decidió hacer esto, a esa mujer jamás le importó ni un poquito la felicidad de su hijo, no me siento nada mal.
Hay que le lloré a un perro callejero, si es que podrá llorar esa mujer sin corazón.
Salgo de mi apartamento después de ponerme de acuerdo con Marlen, pues ella quiere que yo mismo le diga a su hija todo como se lo dije a Ella.
Y lo haré, porque también me lo pidió Alessandro.
Supongo que será mas fácil, pues ella aun es adolescente, y a esa edad las mujeres están enfocadas en sus amigos y novios.
Salgo con un profundo pesar, hago todos los tramites, paso por las cosas de Alessandro al hospital, su movil, su laptop, una agenda, y un caja de terciopelo que parecebser un regalo. Tambien hay una caja dirigida a Marlen, está abierta y tiene libros un álbum de fotos y lo que parece ser una libreta de notas personales.
Todo eso ya me dijo que se lo entregue a sus mujeres y así lo haré.
Después llego a la morgue, Alessandro pagó un servicio especial en la morgue y a la gente de la funeraria que ya está aquí, Ellos tienen todas las indicaciones, paso al lugar solo para verificar que todo esté como lo ordenado.
Veo tendido el cuerpo inerte de mi amigo, tiene un traje gris tipo sastre, y una corbata azul claro, su favorita, se la regalé Yo, lleva un pañuelo en el bolcillo del saco, tiene la parte del pañuelo que sobresalen dos iniciales. A y M tiene en su mano una pluma, me contó que se la regaló su hija hace algunos años, amaba esa pluma era con la que firmaba todo documento importante.
Está allí dentro del ataúd de madera tallada, como si estuviera durmiendo placenteramente.
Es increíble, pero el rostro de Alesandro, se ve como si cerró los ojos sintiéndose tranquilo...
Y lloro, lloro al verlo y me quedo un momento hablando con Él.
Cuando veo que todo está bien, les digo a los del carro funebre que retiren el cuerpo, y esperen que yo les de la hora para llevarlo al jardín memorial.
Voy camino ya casi llegando a mi apartamento. cunado recibo la llamada de Félix, mi chófer.
Le digo que traiga a la hija de Alessandro a mi casa y me preparo mentalmente para conocer al otro gran amor de Alessandro.
Al llegar, veo la puerta de la habitación de Alessandro abierta, me asomo y alli está Marlen sentada con una camisa de El abrazada contra su pecho.
Toco la puerta, ella voltea y le digo.
—Marlen, tu hija viene en 10 minutos.
Son las dos de la tarde, si crees que todo estará bien puedo llamar a la funeraria para que a las 4 :30 p.m. lleven el cuerpo a lugar donde va a descansar.—Veo que ella solo asiente.
—En mi carro tengo el cobre con las cenizas.—Me dice suspirando...
En este momento...El sonido del timbre, nos hace cruzar nuestras miradas, con preocupación, sabemos lo que eso significa.
Ella, agarra sus manos y entrelaza sus dedos, luego dando un suspiro se pone de pie.
Yo dejo que camine primero, al llegár cerca de la puerta, me mira...
Yo entiendo perfectamente alargo mi mano, tomo la manecilla y abro la puerta; quedándome impactado al ver parada a una mujer, como de 170 cm, de cabello oscuro, con la tez tersa y el color de piel más hermoso que he visto en mi vida...
Dios mio, esos ojos, los ojos más preciosos que jamás he visto, esos ojos están fijos en mí, viéndome sin entender lo que está ocurriendo.
Sé que este no es el momento, pero esta niña es de verdad hecha a perfección.
—Mamá... ¿Dime que está pasando?.—Es lo que la escucho decir desviando su mirada de mis ojos.
—Ven... ven cariño.—Le dice su Madre dándole un abrazo y jalándola a la sala.
Yo estoy como paralizado, la verdad creí que me sería más fácil decirle a la hija de Alessandro, pero no contaba con que me quedaría mudo al verla.
Dios de nuevo ayúdame, ahora necesito poder hablar.
—Nicolás, por favor.—Escucho a Marlen llamarme y mirarme con tanta angustia.
Yo camino hasta Ellas están sentadas en el sofá.
Yo tomo asiento frente a Ellas, estiro mi mano para alcanzar la carta que mi amigo me dejo y los documentos médicos y se los paso a Alessandra.
Al estirar mi mano con los documentos, de nuevo nuestros ojos se quedan fijos.
Ella toma los dicumentos y de la misma manera que lo hice con su Madre, le empiezo a explicar todo sin omitir nada.
La situación es la misma, siento el mismo dolor, pero verla a Ella es diferente.
Con Marlen me sentí identificado, con el profundo dolor que ella siente.
Pero al ver Alessandra llorar en los brazos de su madre, tengo un deseo inmenso de abrazarla fuerte y decirle que aqui estoy para Ella.
Quisiera tener el poder para quitar de su corazón, este dolor que está sintiendo.
Porque no es lo que yo imaginé, pensé que la iba a oír gritar llena de remordimientos.
Pero está allí, recostada en las piernas de su Madre, con sus preciosos ojos siendo el inicio de unas cascadas sin fin.
Y Yo no puedo quitar mis ojos de Ella.
Es hermosa... Dios mio es tan Preciosa, la princesa de Alessandro es lo más hermoso que jamás he visto.
En un segundo sus ojos se cruzan de nuevo con los míos, y eso me impacta.
—Tú, tendrías que habernos avisado que Papá estaba en el hospital.—Me dice reclamándome entre lágrimas.
Me quedo mudo por unos segundos, analizando y grabando su hermosa voz en mi memoria.
—¿Acaso, no conocías a Alessandro?, Él era un hombre muy determinado.
Yo se lo pedí pero dijo que no quería ser recordado como un hombre enfermo.
Y conociendolo como lo conocí, se que no hibiera querido verte mal, Tu y Marlen son lo que el más amó en su vida y no quería verlas sufrir.
Yo le juré cumplir su voluntad tal como me lo pidió.—Le digo, viendo sus ojos que no cesan de llorar.
Me levanto y voy a mi habitación para darles espacio a las hermosas mujeres.
Una hora despues salgo, llevando las cartas que Alessandro me dejó para Ellas.
También llevo el sobre que es para la Madre de mi amigo, salgo de mi habitación y están allí Marlen sentada con la cabeza de su hija en las piernas, que esta acurrucada en el sofá.
—Marlén... Alessandra, solo tenemos una hora para irnos a despedir de Alessandro.
Quisiera que puedan comer algo, antes, Yo no tengo nada preparado, pero las puedo llevar a su casa y esperarlas, para que almuercen y se cambien ropa.—Le digo y veo las miradas de Ellas.
Marlen, le habla a su hija que está con su rostro empapado de lágrimas y su cabello mojado de las mismas pegado a rostro y cuello.
—Vamos hija, despidamos a tu Padre.—Le dice Marlen.
Y veo a la Preciosa hija de mi mejor amigo, levantarse y caminar abrazada por su Madre...
Yo abro la puerta para que ellas salgan, iremos en una de mis camionetas,
Le daremos juntos las despedida a mi mejor amigo, como era su deseo.