El Hombre Que Más Odio

Narrador

Esa semana Ximena se sentía tan sola extrañaba llegar y contarle su día al abuelo como siempre lo hacía desde que se había mudado a la ciudad.   

El día sábado llegó había pasado más de una semana desde que el abuelo se había marchado ella ya había hablado con él  y por eso estaba muy tranquila, como el fin de semana no iba a clases así que no me levantaba temprano pero ese día Luz  tocó a su puerta y le indico

-Ximena el señor Tomas llego y me dijo que te espera en el despacho en media hora- ella se tapó con la almohada y puso una cara de asco pero respondió a Luz con una sonrisa fingida – voy en seguida-  y pensó, ese hombre aquí no el abuelo indicó que teníamos que vivir juntos pero ¿tan pronto?. Se vistió con lo primero que encontró, no le interesaba para nada ese hombre arrogante y salió de la recámara lista para hablar con ese hombre que odiaba por arrogante y frívolo.

Al entrar al despacho lo vio leyendo unos papeles en el estudio con la puerta abierta él volvió a verla e  indicó -entra cierra la puerta- ella entró  cerró la puerta y se sentó en frente del escritorio.

-Ximena Guzmán, ¿tu sabias quien era yo en nuestros encuentros anteriores verdad?, ¿Por qué nunca me lo comentaste?- ella lo miró con ira

-¿para qué comentarlo?, éramos felices viviendo cada quien su vida ¿no crees?-el alzo la ceja y comento

-vaya que eres cínica y mi abuelo que te tiene como un legado de virtudes y tu – dijo menospreciando

-¿y yo qué?- ella contestó retándolo.

-¿viviendo tu vida poniéndome el cuerno no? – dijo muy frío

-jajá, mi querido marido no hables de poner el cuerno ¿no estás con Alondra? ¿No eres el novio de ella? ¿Y cómo ella cuantas más?,  pero sabes no me importa lo que hagas con tu vida solo déjame vivir la mía y estaremos felices- soltó con desprecio

-para tu información no es mi novia, pero no te voy a negar que ella si es guapa y se merece el título de esposa no como tú, pero como el abuelo no me dejó de otra – dijo con mucha frustración.

-por mi puedes tener las novias que quieras, yo haré lo mismo y estos tres años se pasaran tan rápido -

-no tientes a tu suerte mujer, mi abuelo habla de ti como toda una mujer casta y pura, con buenos modales y según él la perfección andante pero tú, te le pasas en peleas y quien sabe con cuantos tipos ya están en tu lista pero no permitiré que tengas ese comportamiento además que no importara ser uno más de tu lista,  tengo todo el derecho de hacerlo como tu legitimo esposo, pero no te hagas ilusiones niña tonta eres tan insípida que no me despiertas en mí,  ese tipo sentimientos-

-me alegra escuchar eso porque estoy en la misma sintonía, eres tan arrogante que me das asco- el solo asintió con la cabeza

-bien que bueno que estemos de acuerdo, otra cosa me mudare a partir del día de hoy no quiero que me relacionen contigo me daría vergüenza eres tan fea, y no te permitiré ningún tipo de relaciones sexuales con ningún tipo odiaría que mi abuelo se decepcionara de ti o me obligara a reconocer a un bastardo, tendrás que hacerte un examen de embarazo para estar tranquilo-

-no te preocupes maridito no soy tan estúpida para salir embarazada no lo haré hasta que estos malditos tres años se cumplan y nunca decepcionará al abuelo lo respeto y lo quiero mucho-

-espero que así sea por mi parte  te prometo fidelidad no tendré ninguna novia, pero solo es por respeto para mi abuelo no para ti, pero tú me debes de prometer lo mismo-

Ella hizo una cara de asco pero le indico – bien si tu cumples tu promesa, yo lo prometo no tendré ningún novio en estos malditos tres años, pero gracias a Dios podré librarme de después –

-eso espero pero necesito tu examen de no embarazo cuanto antes-

-bien si eso es todo me retiro y tan indiferente como siempre adiós- se levantó y salió de ese cuarto  de verdad que ese hombre la asfixiaba.

Este fin de semana lo evito a toda costa, estaba muy enojada ese hombre la humillaba en todos los sentidos. 

Después de vivir juntos por una semana y comportándose como auténticos desconocidos, un día se le descompuso su automóvil  a Ximena era   un día lluvioso, la casa en donde vivía está alejada de la ciudad y para colmo su celular se le acabó la batería estuvo por más de una hora intentando echar a andar el automóvil o esperar a que alguien  pasara por el camino pero al calmarse la lluvia decidió caminar hacia la casa tenía hambre y no conseguiría nada quedándose ahí

Camino por más de media hora y cuando estaba por llegar  a la casa  resbaló cayendo en un charco de puro sentón al levantarse volvió a resbalar quedando en cuatro patas  ella pensó ya solo falta que me orine un perro y se logró levantar no camino mucho cuando como si llamara a la mala suerte en ese momento pasó el auto de Tomas bañándola lo poco te tenia seco.

Entró a la casa muy furiosa pero ese hombre al verla le indico- báñate eres una autentica perdedora- la miro de arriba abajo y se dirigió al estudio.

Ella gritó para sí, Hay como odio a este hombre arrogante pero tenía razón antes de discutir tenía que bañarse, entró a su habitación y se dirigió al baño tenía que quitarse tanta suciedad.

Al salir ahí estaba Tomás en su habitación sentado en la cama con su cara seria, ella  solo llevaba una toalla de baño envuelta a su cuerpo nunca se imaginó en encontrarlo ahí.

-¿qué demonios haces en mi recamara?-dijo muy alterada el solo la ignoro y comento

- sabes hoy mi abuelo me indico que se someterá a una operación y si es exitosa podrá  regresara antes de lo planeado por lo tanto el querrá que nuestro matrimonio se sepa y no voy a permitir que me dejes en vergüenza,-te indique que tenías que cortar con tu novio y no lo has hecho de verdad que eres cínica pero no más – yo solo lo mire extrañada yo no tengo novio que me está hablando este hombre - ve cortando con ese novio tuyo y no quiero volver a repetirlo- estaba por Salir, cuando ella le gritó

-¿y tú qué?, ¿crees que no también quedar en vergüenza si estas de novio?, además te prometí que si tu cumplías la promesa yo lo haría- él se volvió y la tomó de la muñeca

-mujercita necesitamos poner reglas en esta casa, porque como te recuerdo te tome como esposa solo para complacer a mi abuelo pero tampoco voy a permitir que nuestra familia se quede en total humillación- su aura era estremecedora -¿a qué te refieres?-

-que no te quiero ver con ningún hombre cerca de ti, eres una mujer casada y como tal te debes comportar y no es que a mí me importe tu vida pero por desgracia llevas mi apellido, y yo no tengo ninguna novia, si hay alguien que me gusta pero ella vive lejos y creme que no la buscaré hasta que esto termine-

 Ella solo le sonrió e indicó -está bien si tú no ves a tu novia yo no veré al mío será un amargo sufrimiento para los dos-ella pensó que novio yo no tengo novio pero si puedo hacerlo sufrir de alguna manera lo haré.

Cuando decía esas palabras no se dio cuenta como su toalla cayó al suelo revelando todos sus atributos a ese hombre, tenía unos grandes senos y  para colmo estaba parada de perfil así que dejaba a la vista sus glúteos perfectamente redondos y muy firmes al ser atleta tenía una figura muy bien trabajada y muy firme además que se le notaba muy bien hidratada.  

Tomas solo trago saliva nunca se imaginó que esa chica de ropa tan holgada escondiera una figura perfecta, él nunca en su vida se había sentido tan atraído hacia el cuerpo de una mujer, era cierto a él le gustaba una chica pero nunca le despertó ese deseo por poseerla como lo estaba haciendo Ximena.

-bueno si eso es todo puedes retirarte- indico ella solo ahí Tomas salió de su trance y le contestó

-parece que buscas nuevo amante pero conmigo te equivocas- él se dio la vuelta y salió de la habitación         

 -ella lo miro confundida pero inmediatamente se percató que estaba total mente desnuda y grito con  frustración –eres un idiota-