Después de 100 Días

Resulta que tomar medicamentos no era suficiente para aliviar el dolor de estómago que sufría Aryan. Esa misma noche, el asistente llamó inmediatamente a una ambulancia para llevar a Aryan al hospital.

"Kak Aryan... Lo siento. Realmente olvidé que Kak Aryan no puede comer picante", dijo Luna entre sollozos.

Aryan, que yacía en la cama del hospital con el rostro pálido, solo podía permanecer en silencio. Sus fuerzas aún no se habían recuperado. No era capaz de decir ni una sola palabra.

Solo Luna seguía parloteando, lo que le impedía descansar en absoluto. Aryan solo quería dormir un poco. Esperaba que, cuando volviera a abrir los ojos, su dolor hubiera desaparecido.

"Kak Aryan, ¿por qué estás callado? ¿No quieres perdonarme?", continuó Luna.

Como realmente no pudo soportarlo más, Aryan le dio una señal a su asistente para que sacara a Luna.

"Señorita Luna, el señor Aryan necesita descansar lo suficiente. Por favor, regrese primero a su apartamento", dijo con franqueza el asistente personal de Aryan.

"No quiero", se negó Luna. "Quiero quedarme aquí. Quiero acompañar a Kak Aryan aquí".

"El señor Aryan no quiere que se canse. Por lo tanto, el señor Aryan ya ha dispuesto un conductor para que la lleve de regreso al apartamento".

"Pero, ¿con quién estará Aryan aquí?", preguntó Luna de nuevo.

"Conmigo", respondió el asistente dándose una palmada en el pecho.

Luna asintió. Honestamente, se sentía muy aliviada de que Aryan le permitiera irse a casa. Pasar la noche en el hospital seguramente sería incómodo. La cama no era tan suave como la cama del apartamento. Además, cuidar de un enfermo también sería muy molesto. A Luna no le gustaba.

"Está bien. Kak Aryan, me voy primero. Mañana por la mañana, volveré a visitarte. ¡Que te mejores pronto!"

¡Cup!

Luna besó la mejilla de Aryan y se fue rápidamente. Como si temiera que Aryan cambiara de opinión y la obligara a quedarse en el hospital.

Eso hizo que Aryan recordara repentinamente a Anjani. Si su esposa supiera que estaba enfermo, seguramente lo seguiría inmediatamente hasta aquí e insistiría en cuidarlo hasta que se recuperara por completo.

Sí, Anjani era así de atenta. Desafortunadamente, para Aryan, toda la atención de Anjani era algo muy inútil. Después de todo, Aryan realmente planeaba dejar a Anjani.

"Señor, ¿debería informar a la señorita Anjani sobre su estado?"

"No es necesario", negó Aryan. Informar a Anjani solo haría que la mujer entrara en pánico y se atreviera a seguirlo hasta esta ciudad.

Eso sería muy peligroso teniendo en cuenta que Luna también estaba aquí, incluso vivía en el mismo apartamento que él. Aryan no quería que hubiera una pelea entre su esposa y su amante.

"En ese caso, ¿debería pedir la receta de la papilla que la señorita Anjani siempre le prepara cada vez que le duele el estómago?"

"Sí", asintió Aryan de acuerdo. Realmente necesitaba esa papilla en este momento. Solo la papilla hecha por Anjani siempre lograba que su dolor de estómago mejorara gradualmente.

"Pero, no digas que estoy enfermo. Solo di... que tengo muchas ganas de comer esa papilla", agregó Aryan.

"Bien, señor."

Al día siguiente, cuando Aryan se despertó, un tazón de papilla ya estaba sobre la mesita de noche cerca de su cama. La papilla emitía un aroma característico. Sin embargo, por alguna razón, Aryan sintió que el aroma de la papilla era ligeramente diferente del aroma de la papilla que siempre hacía Anjani.

"Tal vez, solo sea mi imaginación", murmuró Aryan en su corazón.

"Señor, ¿ya se ha despertado?"

El asistente personal de Aryan, que originalmente estaba concentrado en trabajar en su computadora portátil, se levantó de inmediato y se acercó a Aryan, que parecía tener dificultades para sentarse. El hombre ayudó de inmediato a Aryan sin muchos preámbulos.

"¿Quién cocinó esta papilla?", preguntó Aryan con voz débil.

"El chef experto que está en el apartamento, señor", respondió el asistente.

"El aroma es un poco diferente", murmuró Aryan.

El asistente en realidad escuchó, pero eligió no comentar. El aroma no era un problema. Lo más importante era el sabor.

"¿Quiere comer ahora?", preguntó el asistente.

"¡Dámelo! ¡Puedo comer solo!", ordenó Aryan, negándose a ser alimentado por el asistente.

El hombre obedeció y le dio el tazón de papilla a Aryan. Dio un paso atrás. Esperando recibir la siguiente orden de Aryan.

"El sabor es diferente. Esta no es la papilla que Anjani suele hacer", protestó Aryan. Arrugó el ceño y escupió la papilla de nuevo en el tazón.

"¿No le gusta?" El asistente inmediatamente tomó el tazón de papilla.

"No", negó Aryan. "El sabor es extraño. Tal vez, la receta está mal".

"Es imposible que haya un error, señor. La señorita Anjani fue quien envió la lista de ingredientes".

"Entonces, ¿por qué el sabor es diferente?"

"Yo tampoco lo sé", respondió el asistente confundido.

"¿Anjani no preguntó, por qué de repente quería comer esta papilla?"

"No", negó el hombre con un poco de rigidez. "Cuando le pregunté por la receta, la señorita Anjani respondió de inmediato y me dijo todos los ingredientes. Después de eso, la señorita Anjani colgó inmediatamente el teléfono".

Sin darse cuenta, la palma de la mano de Aryan se apretó con fuerza. ¿Cómo era posible que Anjani no preguntara por él en absoluto? ¿Acaso Anjani no era la persona que más se preocupaba por él?

Casi cada hora, Anjani seguramente enviaba un mensaje preguntando por su estado o sus actividades. Sin embargo, ya habían pasado más de cuarenta días y Anjani no había preguntado por él en absoluto.

¿Por qué la actitud de Anjani cambió repentinamente? ¿Fue por la solicitud de divorcio presentada por Aryan?

"¡Kak Aryan!", exclamó Luna con su voz mimosa y coqueta.

Su figura, que siempre parecía infantil, era lo que antes llamaba mucho la atención de Aryan. Sus acciones eran muy adorables. Haciendo que Aryan siempre se sintiera necesitado.

"¿Qué haces aquí?", preguntó Aryan.

"Te traje estofado de carne para Kak Aryan. ¿Qué tal si comemos juntos?"

"¡Señorita Luna!", llamó el asistente de Aryan. Inmediatamente detuvo la mano de Luna que iba a alimentar a Aryan.

"¿Qué pasa? ¡Suelta mi mano!", respondió Luna con un tono severo.

"El señor Aryan tiene problemas estomacales. Por el momento, no puede comer ese tipo de comida".

La mano de Luna se relajó inmediatamente. Dejó caer la cuchara en la lonchera.

"Lo siento, Kak. Otra vez no lo sabía. Soy una tonta", dijo Luna, dejando caer lágrimas de nuevo.

"Si ya sabes que eres una tonta, entonces retira rápidamente esa comida de la vista del señor Aryan. ¡Rápido!", ordenó el asistente de Aryan con un tono firme.

Luna resopló con rudeza. Se levantó con una sensación de irritación y volvió a guardar la lonchera que había traído.

Antes de irse, miró al asistente de Aryan con saña. "¡Ten cuidado, Doni! Después de que me convierta oficialmente en la esposa legítima de Kak Aryan, serás la primera persona que eliminaré!"

Pateando el suelo, Luna salió de la habitación.

"¡No seas tan rudo con Luna! Tenle lástima", dijo Aryan suspirando profundamente.

El asistente de Aryan, cuyo nombre era Doni, reaccionó. "¡Lo siento! Pero realmente no puedo soportar el comportamiento de la señorita Luna. Ha sido demasiado lejos. No es la primera vez que hace que le vuelva a doler el estómago".

"Todavía es una niña. No seas demasiado calculador, Doni", replicó Aryan con una pequeña sonrisa.

Doni chasqueó la lengua con cinismo. "¡Tsk! ¿Una niña? Solo es una semana más joven que la señorita Anjani. Pero la señorita Anjani es claramente más madura y atenta que ella".

Las palabras de Doni hicieron que Aryan se quedara pensativo. Había olvidado que Anjani y Luna solo se diferenciaban en una semana de edad. Pero, ¿por qué Anjani podía ser tan madura? ¿Por qué Anjani podía ser tan comprensiva, responsable y cumplir todas sus tareas correctamente? Mientras que Luna era todo lo contrario.

Luna siempre dependía de Aryan o de sus padres para resolver sus problemas.