Te daré un millón de dólares por pasar 30 días con tu mujer- dijo con ese tono altanero que lo caracteriza desde el primer día que lo escuche hablar.
Debes estar loco- contesto mi esposo sin dudar un solo segundo.
Acepto- dije recibiendo las miradas de todos los presentes. Quizás nadie lo entendería pero era la única manera de salvarla y darle todo aquello que luego de la operación necesitaría.
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capitulo 4
Narra Antony.
Debo reconocer cuando sé que mi esposa está enojada y esta vez tiene toda la razón, no voy a intentar justificarme con nada, solamente me queda ganar su perdón y esperar que aún en su corazón haya un poco de ese amor desmedido que siempre me dio.
Las cosas con Belén (madrina de Hannah y mejor amiga de Cass) se dieron cuando más hundido en mi miseria estaba. Aun recuerdo como se me tiro encima cuando llego a mi casa. Ella sabía que yo estaba colapsado emocionalmente por la enfermedad de mi pequeña y que luchaba todos los días con intentar que Cass saliera aunque sea a la puerta del hospital a respirar aire fresco, supongo que por eso estuve tan vulnerable cuando se ofreció a hacerme masajes para liberar tensiones. Nunca espere ni en mis sueños que pasará lo que luego paso y para cuando me di cuenta ya la había convertido en mi amuleto de relajación. La primera en enterarse o mejor dicho en descubrirnos fue mi hermana mayor, aún recuerdo el sermón qué me dio y dejo de hablarme por meses, solamente llamaba a Cass cuando quería saber de su sobrina. Hasta llego a decirme que no merecía lo que tenía y que deseaba que mi esposa fuese lo suficientemente fuerte como para dejarme, incluso se lo contó a toda mi familia y gracias a esos mi padre aún no me hablaba.
Mi madre y hermanas menores entendieron de mala gana que era algo necesario para que aún estuviese cuerdo por toda la situación que estábamos pasando. Aparte siendo sinceros desde hace un año que con mi esposa no teníamos ni siquiera caricias en la intimidad, ella siempre pendiente de nuestra hija, a tal punto que se demacró, perdió tanto peso que aun recuerdo como lloraba en la pieza porque toda su ropa era grande. Recuerdo ver su hermoso cabello azabache esparcido por el suelo del baño, aun cuando siempre se encargaba de barrerlo. Fui una basura, un tremendo hijo de puta, porque jamás pensé en ellas y en lo que sufrían, solamente quería sentirme un poco mejor yo. Probé de todas las maneras posibles demostrarle lo arrepentido que estaba y que en verdad quería su perdón, aunque siendo sinceros no lo merecía. Yo seguramente no le habría perdonado algo así.
Durante la cena de hoy, estaba hermosa. Radiante igual que en los días en que la conocí, en que todo esto nos desbordara. Su sonrisa tan genuina con Hannah y tan fingida conmigo se notaba a kilómetros. Ella lo sabía, como se enteró creo que jamás lo sabré. Quizás fue mi hermana quien se lo contó o lo descubrió por su cuenta no tengo ni idea, pero de algo estoy seguro, haré lo que sea para recuperar a mi familia.
Cuando llegamos a la habitación veo como va a dejar a Hannah en su cama y toma su ropa para bañarse, esta es mi única oportunidad quizás y no pienso desaprovecharla. Me sirvo un poco de Whisky para darme el valor que necesito y voy al baño a enfrentarla. Cass enojada tiene un carácter de los mil demonios, pero siempre supe que era la única mujer a la que iba a amar por el resto de mi vida.
Golpeó suavemente la puerta y escucho él adelante desde adentro. Al pasar trago pesadamente la saliva que se había acumulado en mi boca, es una obra de arte, desnuda cubierta solo por la espuma de vaya a saber que le puso al agua. Su pelo negro haciendo contraste con la blanca bañera y sus piernas saliendo por el otro extremo. Por dios como deseo devorarla suavemente y hacerla volver a gritar mi nombre en esos momentos de placer que solamente conoció conmigo.
¿podemos hablar?- le digo y bajo la tapa del inodoro para tomar asiento así y verla directamente a los ojos, esos mismos faroles que siempre alumbraron mi camino y que siendo sinceros no se que haría si cada vez que despierto no estuviesen a mi lado. La amaba locamente pero también la había herido de manera atróz.
Vienes a contarme de tu aventura con Belen- me dijo sin darle vueltas al asunto. A pesar de saber que ella sabía no pude evitar sorprenderme por la tranquilidad que me hablaba, hubiese deseado que me gritara qué me arrojara algo, pero esa calma era lo que venía antes de la tempestad y yo lo sabía perfectamente.
Quiero que solucionemos esto, perdóname aunque se que no lo merezco, sabes que te amo más que a mi vida- empecé a llorar como niño pequeño, ella era mi felicidad absoluta y por idiota la había perdido.
Quiero el divorcio cuando regresemos de Estados Unidos- me dijo sin mirarme a la cara, mis lágrimas cayeron más deprisa. La frialdad con la que me hablaba me dejaba en visto que la había perdido, ella ya no me amaba y no podía culparía había sido yo quien la había llevado hasta el límite y le había soltado la mano en medio del abismo.
No pude contestarle, me quedé un rato más llorando y luego me fui, me rompió mi corazón igual que yo rompí el de ella. Me lo merecía, pero aun tenía la fe de que habría algo de perdón en su alma para mi. Me acerque nuevamente a la barra y me serví otro trago de Whisky, ella me había pedido algo que quizás desde hacía tiempo que lo quería y yo iba a dárselo sin pelear, no la merecía y quería que fuese feliz aunque se que en su futuro ya no estoy yo. Negué con la cabeza, antes de darle el divorcio pelearía por recuperarla. Tenía dos meses para eso y lo lograría aunque fuese lo último que haría recuperaría a la única mujer que me amo más que a su propia vida.
Tome mi celular y llame a la única persona que se que podría ayudarme con esto, mi padre, el mismo que no me hablaba desde que se había enterado, pero que sabía que me aconsejaría siempre lo mejor para su nieta que era la luz de sus ojos. marque con miedo su número y rogué que no me diera el mismo sermón qué mi hermana, que comprendiera que necesitaba su ayuda.
Hola papa, necesito tu ayuda- le dije ni bien atendió y procedí a explicarle todo. Escuche un suspiro del otro lado y comprendí que lo que diría no sería de mi agrado.
Déjala ir- dos palabras que me rompieron de nuevo. Mi propio padre me pedía que me rindiera, apretaba con tanta fuerza el celular que no entendía como todavía no se había rotó.
No puedo, sé que soy egoísta, pero no quiero perderla, no soportaría verla en brazos de otro- le dije llorando más fuerte y casi a los gritos. Aunque me contenía por mi pequeña que dormía en su habitación.
No seas egoísta Antony, yo no te críe así. Si realmente la amas tanto como profesas, entonces déjala ser feliz, no ves que la lastimaste, la heriste cuando más te necesitaba y esperas que te perdone tus estupideces. Si realmente estaban unidos el uno para el otro un tiempo separados les hará bien, si no entonces acepta que fuiste un idiota y déjala ser libre y feliz. Concéntrate en darle a Hannah lo mejor y en hacerle entender que la familia se terminó por tu error- eran demasiadas palabras para procesar. Jamás me había hablado tanto estando tan enojado. Podía sentir al otro lado de la línea como intentaba desquitarse con algo y en algún punto agradecí no estar frente a él o me hubiese golpeado.
Ni siquiera conteste nada a todo lo que me dijo, solamente corte la llamada. Si antes tenía la idea de pelear, mi padre me había dejado en claro que eso sería perder el tiempo. Por ahí tenía razón, separados cada uno puede pensar bien en lo que quiere y podría recuperarla enamorándola como cuando éramos más chicos. Bien ya lo había decidido, disfrutaríamos de este viaje como una familia y al regresar le daría el divorcio para luego pelear por hacer que me ame como antes.
Feliz navidad 🥰