El Omega Del Dragón.

Beryl camina por el jardín, siendo seguido de cerca por Angela, al detenerse frente al muro, observa el lugar y recuerda a aquel hombre que vio anoche, ¿quien era?, quizás era uno de los guardias, bueno, eso no importa, lo que importa es pensar en que hará, ¿en verdad el dragón lo dejaría ir?, de ser así, ¿a donde irá? Es solo un omega sin familia y además debilucho, sus brazos parecen un par de fideos, por pura suerte no fue exprimido como tómate maduro cuando el dragón lo agarro en sus garras.

Deja escapar un largo suspiró.

— señorita Angela, ¿que posibilidades hay de que un omega sobreviva solo?— pregunta curioso.

— siendo sincera, no mucha, los omegas a veces son atacados en especial cuando tiene su ciclo, que es cuando son vulnerables.— explica.

Cierto, había olvidado ese detalle, los omegas tienen un periodo de celo que dura tres días y suele presentar cada tres meses, durante ese tiempo, emiten sus feromonas y son blanco fácil para abusadores. Si sale de ese castillo correría peligro, pues aunque pueda hacerse de un negocio, no deja de ser omega, lo peor de todo, es que le toco un cuerpo débil. Tal vez debería quedarse y aprovechar para pedirle a los guardias del castillo que lo entrenen, quizás así pueda ser fuerte.

— la magia, ¿todos poseemos magia?, ya sabes, por eso del mana...— pregunta curioso.

— ¿de verdad no sabe?, Rina dijo que es usted un omega noble, se supone que esa información se lo dan los maestros.— menciona con curiosidad Angela.

— soy hijo bastardo, era tratado como sirviente, no se nada de eso. Si usted sabe, le agradecería esa información.— lo mira con ojitos de gatito bebé.

— ¡ejem!, el mana lo tenemos todos, solo es cuestión de entrenar para poder hacer magia, aunque no todos lo logran. Yo solo se un par de hechizos de sanación.— explica.

— ¡oh! Eso es útil, ¿no? ¿Que otras cosas se pueden hacer?— ya le pico la curiosidad.

— si practica, puede aprender varios hechizos, tanto de ataque, como de defensa. Venga.— le hace una seña la chica.

Tras caminar un par de minutos, llegan a una biblioteca y Angela busca algunos libros.

— ¿sabe leer?, si no, yo puedo leer por usted.— le muestra un libro.

Eso no lo sabe, así que toma el libro y lo abre, observando el contenido, las letras eran muy diferentes, pero, podía entenderlas, así que asiente.

— se leer un poco. ¿Con esto puedo aprender?— pregunta.

— si, solo debe saber como funcionan los hechizos, lea todo lo que quiera y después puede practicar.—

Beryl agradece que Angela sea amable, ya que le esta siendo de mucha ayuda, hace poco de reencarno e ignora muchas cosas.

Angela le recomienda ir a la sala de lectura que esta a lado de la biblioteca, ahí hay grandes ventanas que le ayudan a tener mejor luz y nadie puede molestarlo, ya que vio que otros sirvientes entraron para limpiar los estantes. Beryl accede, pero al entrar, una joven de pelo oscuro y ojos castaños, estaba en aquel lugar, luce joven y elegante, como una dama de sociedad.

La chica al ver a Angela y después a Beryl frunce los labios se veía descontenta ante la presencia de ambos.

— ¿que hacen aquí?, los sirvientes no tienen permitido entrar a esta sala.— expresa con enojo.

— el joven no es ningún sirviente y ha venido a leer, hasta donde sé, la sala no es privada y no eres la dueña.— reclama Angela.

Beryl solo se queda tras la doncella, cargando un par de libros, aunque no sabe bien que esta pasando.

— soy la esposa del amo de este castillo, me debes respeto, una sirvienta no puede ser arrogante con su ama.— la joven se ve molesta.

— ¿esposa?, la ceremonia nisiquiera tiene validez y en dado caso que sea así, pues estas ante la actual esposa del amo.— señala a Beryl.

— ¿que?, no, yo no soy...—

— que tontería, jamás tomaría de esposa a un sucio omega, la esposa soy yo, soy la que posee los privilegios de señora de la casa, ahora salgan de aquí y echen a ese omega de mi castillo.— ordena furiosa.

— bien, veamos que dice el amo.—

Angela le pide a Beryl seguirla, irán a otro lado, pero mientras caminan, era obvió que Angela estaba furiosa.

— ¿q-quien era?, ¿en verdad es la esposa?— pregunta Beryl.

— fue el sacrificio hace diez años, ella tenía quince años, el amo le permitió quedarse porque se veía tan miserable, pero ahora, se toma atribuciones y se cree la señora de la casa porque el amo le dio el trabajo de ser su asistente.— explica Angela.

— mmm...y me llamo sucio omega...— frunce los labios.— ya verás que te hace este sucio omega.

Si hay algo que conserva de su vida anterior, es que es muy rencoroso. Angela lo llevo al invernadero, donde podría leer libremente, ahí, ella le señala las cortinas, diciendo que tras de estas hay un sofá, donde puede sentarse a gusto, mientras tanto, ella va por algunos bocadillos. Beryl deja los libros sobre la mesa de té que esta cerca para explorar el lugar, era un lugar bastante grande, al ver que hay una especie de cortinas, se asoma en ella, encontrando a un joven atractivo recostado sobre un elegante sofá. El chico tenía el cabello rojo y viste de manera elegante, más que un guardia parece una especie de príncipe.

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