"Reencarne en la villana de la novela, pero a diferencia de ella, yo dejaré que los protagonistas sean felices, mientras que me centraré en vengarme de la basura que tengo por familia"
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capítulo 20- Regis
Para Regis, toda su tragedia empezó cuando iba rumbo a una expedición junto con sus caballeros, todo pintaba bien y era solo deshacerse de unos cuantos bandidos que molestaban en la zona, fueron rodeados por un gran número de mercenarios, estos atacaron sin compasión, Regis lucho hasta más no poder, pero un fuerte golpe le hizo perder la consciencia, cuando abrió los ojos estaba encadenado en una celda, no sabía que lugar era, pero el lugar tenía ese hedor a muerte y sangre, gruñó al escuchar unos pasos.
La reja se abrió, era un hombre ya mayor, sus ojos eran rojos y su mirada afilada, era la de una persona que no dudaría en matar si así lo quisiera, otros hombres vestidos con uniforme venían con él, debían ser sus guardias por supuesto.
- Regis Chevalier, heredero al trono de Blanc. Si quieres vivir, solo debes darme la información que te pida.
Regis no hablo e incluso desvío la mirada, prefiere que lo maten antes de dar la información que le pidan. El Duque ordena a los hombres que le pongan de rodillas y comienzan a golpearlo con los látigos, Regis sentía como la piel la quemaba en cada golpe, pero no hablaba, apretaba los dientes para no quedarse, los golpes cesaban hasta que él acabará inconsciente en el piso, así volvía a ser encadenado, es así como continúo su calvario durante días o semanas, ya no sabía nada, solo aguantaba cada azote, pero no decía nada sobre lo que preguntaba el Duque. Hasta un día, al abrir los ojos vio entrar a esa sucia celda, a una bella chica, su cabello era brillante como el sol y sus ojos, tenían un intenso color rojo, que hizo saltar su corazón por su belleza exótica, al presentarse supo de inmediato que era hija de aquel hombre, pero para su sorpresa ella actuó diferente, le llevo a una cálida habitación, pero sabía que no era para nada bueno, aunque fue una sorpresa lo que ella le proponía, un favor a cambio de dejarlo huir, era imposible creer eso.
Ella parecía segura de lo que hablaba, pero en cuanto lo soltó no dudo en lanzarse sobre ella y tomar entre sus manos su frágil cuello, para su sorpresa ella nisiquiera suplicó, por el contrario le pedía apretar fuerte con una sonrisa y una voz seductora.
《Loca》
Fue lo que pensó en ese momento y la dejo libre, pero ella se acerco y le beso, no era un inocente beso, era uno apasionado donde sus lenguas jugaban entre si, era intenso e hizo estremecer todo su ser, su cuerpo se estaba calentando, sintió incluso una presión entre sus pantalones, no podía creer que estuviese sintiendo eso por la hija de su captor, pensó en ese momento que solo se debía a que llevaba tiempo encerrado. La apartó y se metió al baño a calmarse con un baño de agua fría.
Los siguientes días tuvo buena comida tres veces al día, podía bañarse y le habían traído ropa cómoda, ella procuraba revisar sus heridas y cambiar los vendajes, aunque no se podía simplemente confiar en ella, podría solo ser una trampa, entonces recordó algo que le podría ser útil.
Cuando Maxine volvió, ella le propuso que debe actuar como esclavo domesticado, era una idea absurda, no actuaría de esa manera como para que luego, solo fuese una trampa de ella para burlarse haciéndole creer que lo dejaría ir, entonces utilizará su último recurso y así hizo un pacto sagrado, donde ambas partes se ven obligadas a cumplir su parte de dicho pacto.
Tal como habían quedado el actuó como la chica quiso, todo para hacer que puedan culpar a la hermana de su escape, Maxine era una chica bastante perversa, su personalidad se podría decir era incluso más retorcida que la del Duque, pero cuando se lo dijo ella lo tomo como halago y en ese momento, la tensión entre ellos era evidente, de una u otra manera, acabaron el piso disfrutando de un apasionante beso, era imposible no dejarse llevar al probar esos exquisitos labios rojos, su mano incluso se colo por debajo de la falda, tocando directamente su piel y si no hubiesen sido interrumpidos en ese momento, estaba seguro que la habría hecho suya, su deseo hacia esa chica iba creciendo con el paso de los días y eso lo hacía enojarse consigo mismo, por desear a una mujer así, pero aunque su personalidad era extraña y parecía una loca, era imposible no sentirse atraído por ella y más cuando la propia rubia a admitido sentirse atraída hacia él.
Una día ella llego con una petición extraña, le pidió que la golpeara en la cara lo suficientemente fuerte como para dejarle un moretón, él no estaba dispuesto a hacer algo así.
- no me dirás que no puedes porque soy mujer ¿o si?
- por ello y porque no tengo interés en hacerlo.
- es necesario, el tiempo pasa y debo dejarte escapar. Hazlo.
- no, dile a tu sirvienta que lo haga.
- Annie no podría y no tiene la fuerza suficiente. Anda, tienes que hacerlo.
- no lo haré.
- entonces te quedarás aquí y ambos moriremos...
No, no podía hacerlo, pero ella tiene razón, si no puede irse ella morirá y él también. Respiró hondo y si, lo hizo, le dio un golpe en la cara que la hizo caer, de inmediato se acerco mientras la chica se soba la mejilla.
- creo que me pase...
- esta bien...me rompí el labio también, eso funcionará.
Después de ese golpe, ella se marchó y más tarde volvió, hablando con ella, se sorprendió al saber que ella conoce la ubicación de lo que el Duque estaba buscando, pero hasta ahora ella no ha dicho nada e incluso asegura que nunca lo dirá, pero ¿estará bien confiar en ella? Después de todo es al parecer la hija favorita de su enemigo.
- ¿que tanto piensas? Soy una mujer de palabra y si fuese a decirlo, lo habría hecho desde hace mucho.
- si ese hombre se entera, sabré que fuiste y tú, no me importará incumplir mi parte, si puedo destrozar tu cuello...
Regis poso su mano en el cuello de la chica, pero Maxine sonríe sujetando la otra mano para que ambas estén en su cuello.
- adelante...desgarra todo lo que quieras...
Maxine le mira fijamente a los ojos, haciendo que Regis se estremezca por ese contacto visual, apretó un poco las manos en el cuello de la chica, pero la atrajo hacia él para unir sus labios en un desesperado beso, uno donde no dudaba en morderle los labios a la chica, Maxine corresponde el beso, al tocar el pecho del chico, sentía la temperatura de este subir, su piel estaba cálida, el beso cada vez era más desesperado, hasta el punto en el que Regis paso sus manos hasta la cintura de Maxine y la atrajo contra si para estar más cerca; rompió el beso y se inclina besando y mordiendo con suavidad la blanca piel del cuello de la chica, Maxine sentía un cosquilleo recorrer su cuerpo, sabía lo que significaba y estaba segura que Regis se estaba sintiendo de la misma manera.