Dulce Venganza

Dime, Luna, ¿Estudiaste alguna carrera? - le pregunto Eloísa.

- Si, me gradué en Diseño de modas.

- Como tu mamá y yo. - le dijo con una sonrisa.

- También estudié Italiano y Portugués.

- Que bien. Quiero que trabajes conmigo. El sueño de tu mamá y el mío era trabajar juntas. Así que ven mañana a la empresa, te contrataré. Entrarás primero como ayudante. ¿Te parece bien?

- Claro que sí, Señora Eloísa, de verdad se lo agradezco.

- Hija, no tienes nada que agradecer - le dijo Eloísa mientras tomaba su mano - espero te guste el trabajo. ¿Y dónde estás viviendo?

- Alquiler una pequeña casa, no tan lejos.

- Que bueno, me alegra que ya estés instalada.

Terminaron la reunión y Luna y la Señora Eloísa se despidieron, Luna estaba tan feliz, hacía mucho que no se sentía así de feliz.

Regreso a su casa y le escribió a su amiga Julieta, contándole todo lo ocurrido. Platicaron por horas, hasta que llegó la hora de dormir. Se despidieron, dejo su teléfono en la mesita de noche y se acostó a dormir. Con una sensación de paz y esperanza.

Mientras Eloísa, estaba en su estudio, sumergida en sus recuerdos de juventud, el haber visto a Luna, le trajo mucha nostalgia, extrañaba mucho a su gran amiga, y le dolía no poder haberse despedido de ella.

De repente unos golpes en su puerta la sacan de sus pensamientos.

- Hola, mamá, ¿Puedo pasar? - asomaba la cabeza por la puerta Daniel.

- Hola, hijo, claro pasa. - respondió con una sonrisa.

- No te Vi hoy por la empresa.

En ese momento sonó el teléfono de Daniél, el lo sacó de su bolsillo y lo atendió.

- Hola, dime Michel.

- Aquí vamos, seguro por eso no fuiste hoy a la empresa, seguro andabas con esa modelo plática.

- Mamá...

- Mamá ¿Qué?... Dime, tus eres un adulto, puedes arruinar tu vida si quieres.

- Mamá, ¿Por qué no te agrada? Ya tenemos 3 años juntos y aún no te gusta.

- ¿Quieres que sea sincera?

- Por favor.

- Ella es muy egoísta, muy ambiciosa, nunca es honesta, y tiene una reputación que no es muy buena.

- Mamá, por favor, cómo puedes decir eso, si nunca has tratado de acercarte a ella.

- Eres un adulto, Pero aún no tienes la madures y no entiendes nada. ¿Cómo quieres que piense otra cosa? Si ella lo único que ha demostrado es que vive una vida superflua, dónde solo lo que quiere es ir a clubes, beber, andar con sus amigos, eso es todo. ¿Cuándo va a madurar? ¿Es eso lo que quieres en tu vida?

- Lo que yo quiero no es asunto tuyo.

- Perfecto, entonces hasta aquí llega esta conversación, y espero que algún día madures y entiendas, antes de que sea muy tarde. Ahora, vete y déjame sola.

Daniel se dio la vuelta y salió dando un portazo, Eloísa, se sentó en su silla frente al escritorio, sentía dolor en el pecho, saco unas patillas de la gaveta del escritorio y se tomó una pastilla. Esa discusión con su hijo, le había provocado un malestar en el corazón.

Eloísa había trabajado tan duro, para levantar ese imperio, y no iba a a permitir que una arribita y manipuladora como Michel, disfrutará y despilfarrara años de trabajo y sacrificio, no entendía porque Daniel era tan ciego.