Mildred es una mujer que siempre se ha dedicado a su marido y a sus hijos, dejando su carrera en segundo plano. A cambio, su esposo se quedó con su mejor amiga, lo que le costó su amor y ahora lucha por reiniciar su vida. Ella todavía lo ama y lo que más desea es olvidarlo.
Valentín comenzó desde cero y se convirtió en uno de los mayores empresarios de Nueva York y de los Estados Unidos. Es un hombre frío, calculador y extremadamente sistemático. Le gusta aparecer con mujeres hermosas y jóvenes. Tuvo un romance de un año con una modelo considerada la más bella del país. Tuvieron un par de gemelos, pero antes de que nacieran los niños, ya no estaban juntos. Las mujeres dicen que no tiene corazón, que es frío, sistemático y temido. Sin duda, es una persona muy importante e imponente; se dice que trabaja con la mafia, y algunos incluso especulan que es parte de ella.
La Navidad se acerca y él necesita urgentemente ayuda con su familia; ella, por su parte, necesita dinero y una oportunidad para mudarse de ciudad. Sus destinos se cruzan y, de un lado, hay un corazón roto que quiere olvidar un amor; del otro, un corazón que nunca ha amado ni se ha dejado amar. Dicen que en Navidad suceden milagros, ¿será cierto?
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Capítulo 4
Mildred
Me quedo pensando en lo que Marie me dijo, Dios mío, para muchos 10 mil dólares puede ser poco, en mi caso me ayudaría bastante y más aún que me dijo, que el tal Valentin está desesperado y posiblemente pague más.
Que Dios me ayude, necesito mucho ese dinero y no me importa si es sistemático, mi padre y mi hijo Benjamín también lo son, sé cómo tratarlos.
Ok, ahora es esperar.
Al otro día, faltando 18 días para Navidad.
Los chicos y Valentín llegando a la empresa.
Bernadete viendo que llaman al ascensor en la planta baja – Apuesto a que es el Sr. Valentín, Martin, Héctor y Ruy.
Marie – Solo espero que el Sr. Valentín esté más tranquilo hoy.
Bernadete – Debe estar furioso, eso sí. Todavía no ha conseguido a nadie, un limón es dulce comparado con lo que debe estar él.
Marie – Entonces Be, tengo una conocida mía, en realidad hermana de mi mejor amiga, que está interesada en la vacante temporal.
Bernadete – ¡Gloria a Dios! Por el amor de Dios, Marie, díselo ya al Sr. Martin o si quieres le digo yo.
Marie – Es que es muy simpática y querida, tengo miedo de meterla en un lío.
Bernadete – Sin duda es un gran lío, ¿pero no conoce a Valentín?
Marie – ¡No!
Bernadete – ¡No lo puedo creer! ¿En serio?
Marie – No vive en Nueva York, está de viaje y necesita dinero, me contó un poco de lo que le pasó.
Bernadete – ¿Y le contó cómo es el Sr. Valentín?
Marie – Sí, la hermana no quería que le dijera nada más, solo que fue a atender y me quedé a solas con ella y me lo fue contando.
Bernadete – Bueno, si lo sabe y aún así quiere, deberías pasarle el contacto. Él la entrevistará y ahí el problema es de ellos, Marie, si ella acepta y si a él le gusta. Sin contar que estará más tranquilo, por favor, ¡pásale el contacto!
En eso se abre el ascensor y ellos entran.
Ellas, como siempre hacían, se levantan – ¡Buenos días, señores!
Valentín pasa y ni mira, ¡tenía una cara pésima!
Héctor, Ruy y Martin – Buenos días.
Martin sonriendo – No le hagan caso, Valentín está insoportable o más insoportable, no ha encontrado a nadie todavía.
Bernadete mira a Marie.
Marie – Señor Martin.
Martin, que estaba entrando, se gira – Sí.
Marie – Este número es de una mujer que está interesada en la vacante, pero para serle sincera, no la conozco, soy muy amiga de su hermana. Vino a pasar la Navidad a casa de su hermana, la conocí ayer y le comenté sobre la vacante, se mostró muy interesada.
Martin sonríe y toma el número – Esta puede ser nuestra salvación del infinito mal humor de Valentín.
Ellas se ríen.
Martin – Gracias Marie, a pesar de que Valentín es como es, siempre reconoce, créeme que si la contrata, seguro que te llevas una bonificación por la ayuda.
Él entra.
Bernadete – Mira a ver si me da un poco, porque estaba temblando de miedo de hablar.
Marie riendo – Espero que se entiendan.
Bernadete – Ese es el problema, difícilmente le gustan las candidatas y a las que se presentaron por el dinero les encontró millones de defectos.
En el despacho de Valentín.
Martin – ¡Novedades y buenas! Marie ha encontrado a una interesada.
Valentín – Solo espero que no sea como las que vinieron, sin ningún interés en el trabajo.
Ruy – Pero esa pelirroja, wow, buenísima.
Valentín – La quiero para trabajar en mi casa, para hacer lo que hace Nani cuando la necesito.
Héctor riendo – En mis sueños o mejor dicho, en tus sueños.
Martin – Escucha hermano, tienes que ser más tolerante o no vas a encontrar a nadie.
Valentín – ¡¡¡Lo estoy intentando!!! Pero tienen que estar de acuerdo en que todas las que se presentaron solo querían el dinero.
Héctor riendo – Y al bombón de aquí.
Ruy – Querían pillar al bombón.
Martin – Disfrutar del dinero de nuestro bombón.
Valentín – ¡Váyanse a la mierda! Saben que necesito a alguien competente y cualificado. Para pillar, ya puedo elegir yo.
Héctor – ¡Eso! ¡Humilla a los simples mortales!
Ellos se ríen.
Valentín – ¿Ya has llamado, Martin?
Martin – Respira hermano, voy a hacerlo ahora.
Valentín – Quiero que venga ahora por la mañana, lo antes posible, en caso de que no funcione con esta tenemos que seguir buscando.
Martin – De acuerdo.
Llamando…...
Mildred
Estoy en casa de Ade, Linda todavía está dormida y Ade y Leo ya se han ido, aprovecho y hago unos panettones y donuts, son tan amables conmigo que tengo que encontrar la manera de agradecérselo. Estoy terminando de rellenar los donuts y suena mi celular, no sé quién es, espero que sea Marie o de la empresa en la que trabaja, Carters.
Mildred – Hola.
Martin – Hola, ¿con quién hablo?
Mildred – Soy Mildred.
Martin – Mildred, la que me pasó tu contacto fue Marie, soy Martin, responsable de recursos humanos de las empresas Carters. Y sobre la vacante temporal en casa del Sr. Valentín Carters, ella me comentó que tenías interés, ¿es correcto?
Mildred – Sí, realmente tengo interés en la vacante.
Martin – Estupendo, ¿tendrías disponibilidad para venir esta mañana a la empresa a hablar con el Sr. Valentín?
Mildred – Claro, pero necesito que me envíes la ubicación, no sé dónde está.
Martin incrédulo – ¿No sabes dónde está la oficina del Sr. Valentín Carters? (era muy conocido)
Mildred – No, y sinceramente tampoco conozco al Sr. Valentín.
Martin pensando, mejor aún…...
Martin – Te voy a enviar entonces la ubicación, ¿en una hora podrías llegar?
Mildred – Creo que necesitaré un poco más, una hora y media, ¿puede ser?
Martin – Combinado, te estaremos esperando.