Mi nombre es Fernanda, vivo en una época donde las mujeres vivimos esclavas de las normas morales, de los valores, ética y las disque buenas costumbres de la sociedad.
Hoy estoy en el fango, cometí el peor error de mi vida, creer en las promesas de amor de un falso hombre y aquí estoy embarazada, siendo la peor mujer para la sociedad, la gente me mira mal, me hace un lado y todos me dieron la espalda por qué soy una mujer indecente.
Pero la vida me tenía que abrir los ojos a golpes, entender que no todos son buenos y no todos son malos, como la mujer que se convirtió en mi suegra, ahora no se ¿debo odiarla o quererla?
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CAPÍTULO 16
Ya no lo soportaba más y estaba por pararme cuando escucho que la señora Pina dijo, pero en un tono de orgullo. – Claro que pronto serán papás y es algo que nos hace muy felices, mi esposo y yo ya les pedimos ser sus padrinos de bautismo.
De hecho, estuvimos hablando de si iba a ser niña o niño, nuestro Jorge está esperando una niña, una princesita y Fernanda quiere un niño, dice que espera que se parejas a Jorge, que sea igual de noble y guapo que él, para que los dos cuiden de ella.
Yo tambien deseo un niño, que tenga la belleza de sus padres, porque los dos son hermosos, hacen una pareja perfecta, están hechos para estar juntos; si alguien me preguntara, yo diría que para Jorge no hay mejor mujer que Fernanda, este jovencito supo escoger bien y sus hijos van a hacer perfectos.
Yo me quede sorprendida, la señora Pina realmente me estaba defendiendo y eso que a ella no le gustaba meterse en problemas, hasta el señor Hugo apoyo la plática de su esposa, haciendo que quedara claro que Jorge era mío, que era el papá de mi bebé, sus palabras y sus aclaraciones hacían que cualquier duda que hubiera sobre la paternidad de mi bebé quedara clara, pero lo más extraño fue que en ese momento la señora Gloria iba llegando al restaurante, que al escuchar lo que estaban diciendo se acercó diciendo. – Creo que mi futuro nieta o nieto va a ser hermoso y solo espero que nazca sano, que su parto sea sin ningún problema.
Me le quede mirando a Margarita que se miraba bastante molesta, aunque no entendía por qué estaba tan enojada con la noticia de la boda, al final solo nos felicitó y Gloria que se sentó con nosotros le pidió un plato de posole después de esos solo se retiró, aunque las cosas no terminaron ahí, las personas del pueblo que nos conocían que estaban cenando al escuchar que nos íbamos a casar se fueron acercando para felicitarnos.
La señora Pina que estaba sentada a mi lado me dijo. – Fernanda, no te sientas mal, tienes un gran hombre a tu lado que te va a proteger y tambien recuerda que nos tienes a nosotros siempre te vamos a defender no vamos a dejar que nadie vuelva a hablar mal de ti.
Con timidez le dije gracias y después de eso llegaron los platos con la comida, cenamos mientras que la señora Pina y la señora Gloria hablaban sobre los arreglos de la iglesia.
La señora Pina quería estar en todos los arreglos tambien le dijo que ella iba a poner una parte de las flores, quería que la iglesia estuviera hermosa para ese día; fue algo lindo escucharlas hablar de la boda y me emocionaba todo lo que estaban proponiendo.
Terminamos de cenar a las 9:30, yo al ver la hora me preocupe sabía que mi padre se iba a molestar, íbamos 30 minutos tarde, no quería tener más problema, menos que le dijera algo a Jorge, pero en el momento que salimos del restaurante todos me llevaron a la casa.
La señora Pina al ver a mi padre le dijo. – Buenas noches, Arturo, disculpa por traer tan tarde a Fernanda, pero estábamos tan emocionados al saber que íbamos hacer sus padrinos de boda, que la plática se alargó.
Mi padre dio las buenas noches y dijo que no había problema, mi madre tambien salió a saludarlos, todos entraron a la casa; mi madre les ofreció algo para tomar todos quisieron café, esta vez yo quise ser atenta y le dije a mi madre que yo los iba a preparar.
Mi casa no era grande, tenía cuatro cuatros, al entrar por la puerta era un pasillo, largo, llegabas al comedor y a un lado estaba la cocina, era todo lo que había; la mesa del comedor era grande, ahí se sentaron todos hablar, mientras que yo iba a la cocina a preparar los cafés, Jorge fue conmigo y me ayudo.
Era café de talega, era preparado por mi mamá, tenía bastante en frascos, que se echaba en una bolsa de manta, con unos trozos de canela y piloncillo, que servía como endulzante; se dejaba en la hoya con agua a que hirviera por unos 5 o 20 minutos y ya que estaba solo se servía en los jarros que estaban hecho de barro, perfectos para las bebidas calientes.
Le dimos un jarro con café a cada uno y nos sentamos hablar con ellos, la verdad yo no hable mucho, Jorge era el que más opinaba, sabía muy bien lo que quería para la boda, hasta lo que tenía preparado para la fiesta.
Mi padre dijo que se iba a encargar de la comida, propuso birria, arroz rojo y frijoles puercos, tambien dijo que se encargaría de la bebida que serían aguas frescas de piña, limón y lima.
Creo que mi padre realmente no estaba tan emocionado por la boda, todo lo que decía lo hacía sin ganas, a diferencia de los demás, hasta la señora Gloria hablaba con un tono de emoción; él parecía obligado a estar ahí, hablando de una boda que no quería o tal vez simplemente le daba igual, como sea yo lo había desilusionado, ya no era su pequeña princesita.
El señor Hugo parecía que no iba a dejar que mi padre se mirara tan corto con la boda y le dijo que, si los dos ponían el tequila para la boda, ir al pueblo de Tequila a traer unas 150 botellas del mejor tequila de esos tiempos; no era exagerado lo que el señor Hugo decía, mi padre si ganaba bastante bien y si realmente necesitaba dinero así fuera para esto solo tenía que pedir un préstamo al jefe, que seguro se lo iba a dar ya que era el señor Hugo.
Mi padre realmente no quería gastar en mi boda, pero al ser idea del señor Hugo no le quedo más que aceptar y quedaron en ir en la semana a Tequila por las botellas, Jorge iba a tener que ir a acompañarlos para que les ayudara a cargar las bajas con las botellas.
La señora Pina y la señora Gloria quisieron ir a ver el vestido de novia, junto con mi madre entramos a mi habitación, que era la que estaba al lado del comedor; las dos se emocionaron al ver el vestido, hasta me hicieron que me pusiera el tocado solo para ver que peinado tenía que hacerme.
Mi madre que si estaba feliz por mi boda les dijo que ella me iba a peinar que ya sabía cómo me iba a dejar, las tres mujeres empezaron hablar sobre el peinado y fue una plática larga; tengo que ser sincera la verdad yo no sé cómo me siento en este momento, Jorge es un hombre lindo, pero realmente no lo amo y todos hablan de la boda con entusiasmo, están felices, hasta Jorge que es un joven tan serio se mira lo contento que esta, pero yo no lo estoy, no lo amor y a como se acerca los días de la boda, empiezo a sentir un peso que me cae en la espalda, que no sé cómo sostener.
Mientras ellas hablaban yo fui a la cocina con el pretexto de tomar agua, estaba sirviendo el agua, cuando Jorge se paró atrás de mí y me dijo. – No tienes que preocuparte por nada y no te sientas abrumada con los preparativos de la boda, yo me voy a hacer cargo de todo, tú solo cuida de ti y de nuestro bebé.
En el momento que dijo nuestro bebé sentí que mi estomago se hacía pequeño, se escuchó tan bien, que por un momento me hizo sentir segura, olvide ese malestar que había estado sintiendo desde que todos empezaron hablar de la boda.
Me abrazo con ternura y yo corresponde a ese abrazo, dejo un beso en mi frente, después me animo a regresar con ellas; fue una larga noche se retiraron a medianoche, todos estaban emocionados con la boda, que solo querían hablar de eso.
Después de lo que Jorge me dijo, yo empecé a sentirme más cómoda, no hable mucho, aunque si di mi opinión para el ramo de flores natural, lo quería de botones blanco y la señora Gloria me dijo que ella me lo daría.
Cuando toso se retiraron nosotros nos fuimos a dormir, pero esta noche tuve un sueño que realmente no hubiera querido tener; soñé con Marcos, que detenía mi boda y que gritaba a todos que el bebé que estaba esperando era de él, que no podía casarme con Jorge, pero no detenía mi boda para pelear conmigo, lo hacía para que todos supieran que era una promiscua, una inmoral, que no tenía el derecho de estar con nadie.
Marcos me gritaba palabras hirientes, ofensivas, de prostituta no me bajaba; yo me aferre al brazo de Jorge, le decía que no creyera sus palabras, que todo era falso, pero él me miraba con enojo, con desilusión y con cuidado hizo que lo soltara, no me dijo nada, solo salió de la iglesia dejándome en el altar, al mismo tiempo que yo le gritaba que no em abandonara, que no em dejara.
En mi sueño escuchaba las risas de toda la gente del pueblo, mis padrinos de boda me miraban de una manera que parecía les causaba asco y mis padres me decían que no querían volver a verme, hasta el sacerdote me pedía que saliera de la iglesia, que ese lugar era sagrado la gente inmoral no podía estar ahí.
Fue una horrible pesadilla, que me hizo despertar alterada, estaba sudando, mi bata de dormir estaba mojada por el sudor y mis ojos estaban llorando; tengo que decir que de todo mi sueño lo que más me dolió fue que Jorge se fuera, que me dejara en el altar, que me viera con tristeza, con desilusión.
No sé qué me estaba pasando, pero pensar en que Jorge se alejara de mi hacía que mi corazón doliera y era extraño porque yo realmente no lo quiero, se suponía que amaba a Marcos, que en ese momento tenía que estar triste por todo lo que me grito, por saber que me quería hacer daño.
Ahora no se lo que está pasando conmigo, me siento tan confundida, tan extraña y estas lagrimas que son por Jorge que no dejas de salir ¿quiero saber qué es lo que pasa?
Negocio de la costura y el bordado hacer vestidos para damas con bordados únicos eso a la larga da dinero quien sabe hasta modista llegas ser . Todo es posible