Entre la oscuridad y el eco de la sangre derramada, dos almas se cruzaron:
Elara Veyren, que deseaba liberarse del dolor, y Nyssa, que ansiaba una nueva vida.
El destino unió sus caminos.
Cuando Elara murió, Nyssa fue arrastrada hacia la luz, encadenada a ese cuerpo que dejaba de latir.
Cuando abrió los ojos, no estaba en el campo de batalla.
Estaba en la iglesia, vestida de novia… el día de la boda de Elara.
Pero ya no era la tímida joven.
Ahora, detrás de aquellos ojos grises, habitaba la mirada letal de La Furia Silente.
“Bien…
Me dan un matrimonio forzado, un esposo frío, una familia que la vendió…
No saben lo que acaban de desatar.”
Su sonrisa, apenas torcida y peligrosa, fue la primera señal de que la historia había cambiado para siempre.
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Las reglas dictadas
Fue directo al recinto donde estaba la gran casa de dos pisos con un jardín enorme junto a la gran pista de los soldados, no pensaba volver a la ceremonia donde nadie la quería
Entro despacio cuando los soldados la vieron murmuraron con ojos pícaros.
– ¿Acaso nunca vieron una mujer? Parecen pubertos ... El comandante estaría encantado con ustedes si lo sabe - sonrió
Los soldados se miraron, dieron un saludo y se fueron, Elara entró mirando la gran casa, cuando dos mujeres llegaron con cara fruncida.
– ¿y el comandante? ¿No debería estar en la ceremonia?
Elara las miró seriamente, algo que las dos mujeres les pareció más que molestia.
– ¿Acaso eta sorda? - dijo fuerte la mayor.
Elara sonrió dándole una cachetada – Espero que sepas a quién te diriges Cleutilde .. Esta es mi casa, como señora del comandante una palabra más y te corto la garganta.
Todos los empleados se miraron, Cleutilde apretó el puño
– ¿Cómo se atreve? El ama debe ser Selene.. Ella es quien merece al comandante no usted
Elara levantó la ceja, se sacó lentamente los zapatos de punta muy hermosa para esa época.
– ¿Dijiste Selene? ¿Acaso.. Selene sé caso con el comandante? - se acercó con zapato en mano.
Cleutilde dio un paso atrás– No . .. Pero ella
Elara no espero tomó su mano clavando con fuerza en su mano, la mujer grito con agonía frente a todos. La joven a su lado gritaba
– No.. No.. ¿cómo se atreve?
– Ahora tu querida.. – sonrió maliciosamente, Clavándole el otro taco en la mano — Que les quede bien claro.. El que diga que Selene es la dueña de la casa la próxima no será un taco.. Yo cortaré yo misma las manos y si es posible les sacaré las lenguas.. ¿Entendido?
– Sí... señora- dijeron todos
– Llévenselas, sus gritos son fastidiosos.
Elara conocía bien a esas brujas en los recuerdos , las mismas que ayudaban a Selene a tratarlas mal, fue directo a la oficina de Darius, disparó al cerrojo al ver que estaba cerrado, todos temblaron, nadie podría creer que la tímida y tonta Elara ahora apuñaló a dos mujeres y sepa disparar.
Esto alarmó a un soldado y fue a avisar al comandante que seguía en la ceremonia.
– Quiero que mis cosas se pasen a otra habitación, no pienso estar con ese idiota.. Y saquen las cosas de Selene afuera.— ordenó Elara quien tomo una caja de fósforo y una botella de Licor
Los empleados corrían como locos haciendo lo que decían, mientras Cleutilde vendaba su mano con Cecilia.
– Esa maldita.. No se saldrá con la suya..
–Tranquila cuando comandante venga no le durará nada esa actuación.
Elara cerró el libro en su regazo terminando de leer las reglas de los soldados y de la casa, más sonrió al saber que una vez que se casaba con él tenía el mismo respeto de autoridad ante los demás .
– Que bien la pasaré ...- suspiro esperando a la familia del momento llegar .
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En la ceremonia Darius estaba hablando con Selene quien le sonreía como toda coquetería y se hacía la tímida
Cuando llego su soldado de guardia muy nervioso.
– Comandante.. - susurró en su oído.
Darius abrió los ojos tensando todo. – Esa mujer.
– ¿Qué ocurre Darius? - Selene tomó su mano muy preocupa
– Elara ... lastimo a Cleutilde y Cecilia .. Tengo que irme.
– Iré contigo.. Pobre Cleutilde.. Seguro Mi hermana está enojada porque tú me trataste bien..
Darius suspiro ,– Tranquila, no dejaré que les haga nada.
– Iremos también.. Esa niña me escuchará - dijo Víctor.
En la puerta, Elara permanecía sentada ,con los pies en el barandal de madera, ojeando algunos informes de Dariu, sus cuentas y todo lo relacionado que debía saber.
A sus pies, varios baúles y cofres.
Noto en auto frenar, mientras ella bajó, Selene rápido pego un grito de llanto aferrándose a Darius
– ¿Qué es esto? ¿Acaso perdiste la cordura Elara?- dijo Fuerte Darius.
– Mis cosas.. Hermana porque .. ¿Porque te desquita conmigo? - llora.
– Elara esto ya es suficiente.. ¿Cómo te atreves a hacer tal escándalo?
– Ay miren.. Una familia tan unida por la misma Mierda y falsedad – sonrió caminando con la botella– Esto.. Son las cosas que Selene tiene que sacar de esta casa..
– ¿Pero... Tú no puedes mandar eso? ¡Este es mi recinto! - dijo furioso Darius
– Claro.. Y yo me casé contigo Comandante- mostró su anillo – ¿Acaso olvidas las reglas?– Tiro su reglamento en su píes.
– Que... ¿Darius? Ella puede hacer eso.. Yo no hice nada..- lloraba más fuerte agarrando su brazo
– Artículo 3, sección A: La señora de la casa Kaelthorn es la que decide la orden del hogar– Empezó a recitar, Darius abrió los ojos – Artículo 8 sección 7: Familia femenino de consanguíneo de la esposa solo puede recibir en el recinto hasta que esta decida.. Si está soltera deberá abandonar inmediatamente el lugar.
– ¿Hermana .. Porque eres tan cruel? Solo quería estar junto a ti.. Comandante, cuanto lamento esto.
– Artículo 1, sección A: La mujer del comandante y Esposa misma tiene el mismo derecho que el mismo, su autoridad es igual que el sí es negada ante sus sirvientes.. Perderán la mano derecha — miró a Cleutilde y Cecilia – Esas dos dicen que la mujer de la casa es Selene.. ¿Acaso el comandante es tan débil que no puede seguir las reglas? Que mal ejemplo
Elara estaba tan cerca de él que hasta le limpio el hombro, todos los soldados estaban mirando esperando algún regaño como siempre lo hacia hacia ella, pero esta ves el estaba callado con los puños cerrados .
– Elara.. ¿ Cómo hablas así a tu marido ? ¿ qué clase de mujeres eres ? - grito Mireya.
– Su esposa.. Y como tal merezco su respeto. ¿ Acaso crees que me callaré como tu ? - la miró de arriba abajo– Una Mujer sumisa sin gracia.
– Madre.. no la enojes más, solo esta molesta, es mi culpa.. Tendré que irme – sollozo Selene.
– Hazlo o lo quemo todo ¿tiene dos minutos? ...
Selene buscó la mirada de Darius, pero solo miro a sus soldados quienes empezaron a murmurar. No podía negarse, si iba contra ella lo dejaría en vergüenza.
– Toma tus cosas Selene, es mejor que te las lleves.
Selene lloraba– Pero.. Solo quería compartir con usted... ¿Porque eres tan cruel hermana?
– Un minuto – habría la botella
– No lo harías… - Murmuró Darius como un reto, pero Elara sonrió mirando el reloj de mano
– Tick.. Tack.. ¿muy seguro comandante? - levanta la ceja.
– Comandante.. La señora miente nosotros no dijimos nada ella solo entro y nos atacó- dijo en desespero Cleutilde
– Sí, ella entró prepotente.. Solo fuimos amables..- agregó Cecilia
Selene quien tenía las manos en el rostro apretando el brazo de Dariu sonrió mirándola.
– Parece que el comandante cree mujerzuelas en vez de su Esposa.. Que mal, entonces lo llevaremos a juicio. Seguro le encantará al juez Federal.- dijo sin más Elara
Sabía que el Juez era el contrario de Darius, el podría dejarlo sin nada como también llevarlo a lo más alto aunque Darius ganó con sus méritos todo , sin su ayuda no era nada.
– ¿Tienes pruebas de su falta de Respeto? - pregunto firme
Elara rodó los ojos, cuando alguien hablo detrás eran tres empleados.
– Nosotros estuvimos presentes, Cleutilde le hablo mal a la señora apenas llego, la señora solo actuó en defensa porque ella la ofendió diciendo que Selena debería ser la dueña y aunque esté casada con usted Elara no se merecía respeto- dijo el hombre más viejo.
Elara lo miró bien, era Gregori, el más viejo de los empleados y los otros dos eran sus nietos, le pareció raro su ayuda pero seguro investigará el porqué
Cleutilde y Cecilia negaron, Darius frunció el ceño, puede que no le agrade a Elara pero decir eso en frente a todo y sacarle respeto era como fallarle el respeto a el, en su casa
– Comandante es mentira.. Ella los pago para que hablen.. - dijo desesperada – Señorita .. Ayúdeme..
Selene frunció el ceño, si Darius sabía que ella les ordenó a molestarla dejaría de estar detrás de ella, se apartó de ella actuando más.
– ¿Cómo pudieron hacer eso? Cleutilde.. Cecilia.. Pensé que eran buenas- dijo con tal vergüenza Selene.
La mujeres palideció viendo como estaba poniéndose en su contra.
– Están despedidas, Guardias llévenlas fuera de mis tierras. ¡Ahora ! - ordenó Darius
Elara suspiro ya harta– Bueno.. Termino el tiempo – esparció el Licor
–! Alto¡Soldado Damián, lleve las cosas de la Señorita Selene a la cada cerca de mi recinto con las de sus padres – ordenó!
Selene apretó los dientes, Elara todos los ojos pero con tenerla lejos le bastaba, tomo un trago de Licor para entrar dentro.
– Lamento esto comandante.. No quería ser un problema..- bajó la cabeza tímida
Darius miró a Elara en ese momento, su actitud tan diferente lo carcomia dentro, y lo estaba intrigando, no escucho a Selene y entro.
– Pero.. –
Apretó los dientes furiosa, los soldados llevaron sus cosas, Pero todo el camino no dudó de reclamar a su padre pero Víctor estaba igual de sorprendido, no le convenía ponerse encontrá después de su amenaza
– ¿Cómo se le ocurre sacarte? - grito Mireya furiosa – Está muy altanera.. Mi pobre niña, sabía que sería un problema esa maldita niña.
– Mami.. El comandante ni se puso de mi lado.. ¿ Que hice de malo? - llora
– Tranquila, ya verás seguras le dará un buen castigo a tu hermana , mañana seguro volverá a llorar por su atención, como siempre.
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