De la noche a la mañana pasé de ser un asesino a un joven de la época antigua que desde su niñez ha sido maltratado.
Ahora soy Keyler hijo de un archiduque, mejor dicho, para él soy un bastardo, lo único que me alienta es que estoy en una novela donde se encuentra mi villana favorita.
- Bien hermosura, cambiaré tu destino junto con el mío.
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SERÁS MI PRESA.
Brayan quien ahora es Keyler recordó que aquel hombre al que mató, lo golpeaba incontables veces y no solo eso, hasta había intentado tocarlo muchas veces pero el anterior dueño nunca se lo permitió haciendo que recibiera más golpes.
- Hay alguien afuera!!!._ Gritó el joven.
En eso una sirvienta entró, viendo la espantosa escena de Ruben muerto, porque así se llamaba ese hombre.
- Qué sucedió??!!.
La sirvienta se encontraba asustada por aquella escena.
- Limpia todo esto y llevatelo.
- Por qué te haría caso?._ Dijo esa sirvienta con tono de superioridad, olvidándose del miedo.
- Viste lo que le hize? La siguiente seras tú por no obedecerme.
- Tu hiciste eso?.. ._ *tartamudeando*
- Si, has lo que te dije o acabarás peor!
- De inmediato.
Había pasado media hora en que esa sirvienta ya había limpiado todo ese desorden.
- Ahora tráeme agua caliente y ropa digna de poner, soy el hijo del archiduque es lo menos que merezco.
- Pero usted no tiene ropa...
- Consiguemela!!!
- Si joven._ Dijo esa sirvienta con miedo, no podía reconocer a la persona que le estaba dando órdenes, desde que llegó el siempre había sido callado y se dejaba maltratar.
- En que tanto piensas, muévete.
- Enseguida._ Dijo la sirvienta marchándose de ahí.
- Tengo que hacer muchos cambios aquí, empezando por esa clase de hombre que tiene este cuerpo como padre, el archiduque Tomás.
Una vez que salió ese nombre de la boca de Keyler, se dio cuenta que también se le hacía conocido y no era por los recuerdos de ese cuerpo.
- Espera un momento.... estoy en la novela *Mi querida Thalia*? Maldita sea, ahora todo es más claro, tengo diesiceis años y cuando cumpla diecisiete moriré a manos de mi madrastra, solo soy un extra.
~1 hora después~
- Tenga Joven._ Dandole la ropa.
- Tanto te has demorado?
- Fui al pueblo para comprarle esta ropa con todos mis ahorros._ *temblando*
- Te perdono, te devolvere el dinero que gastaste una vez que solucione algo.
- Si..
- Dónde está el agua caliente?
- Ahí lo traigo Joven.
La sirvienta ingresó los baldes de agua que estaban afuera como también pasó cosas de aseo para Keyler.
- Te puedes retirar, tu trabajo aquí acabo y después te busco para pagarte lo que has gastado.
- Si joven.
Keyler agarró todo y se empezó a bañar, se dio cuenta de todas las cicatrices que tenía en su cuerpo, pero eso no era ningún problema, porque ahí existe la magia y buscara a un mago para que elimine todo rastro de golpe o marcas.
Después de terminarse de bañar y cepillarse los dientes, se empezó a secar para ponerse la ropa que le había conseguido aquella sirvienta.
- Me queda bien, es justo de mi talla, en mi anterior vida fui guapo y en esta también lo soy._ Dijo Brayan con una sonrisa en su rostro.
El joven salió de ese cuarto que era todo un desastre y caminó sin rumbo, iba a explorar ese lugar en donde se estaría quedando.
- Si que es hermoso este mundo, nunca en mi vida me imaginé que estaria vestido de esta manera tan elegante a lo antiguo y que viviría en una mansión más grande que mi lujoso apartamento.
- Quién eres?._ *acercándose a Keyler*
- Me hablas a mí?
- Acaso vee a alguien más?
- Contestona.
- Conteston!
- Eres muy guapa.
- *Sonrojada*
- Eres Esther verdad?
- Cómo lo sabe? Acaso es un acosador?!!!
- No lo soy Guapa, solo lo escuché.
- No me llame Guapa, estoy comprometida y se vee muy mal que me llame así.
Keyler le sonrió por ver como ella hablaba tan formalmente.
- Tienes los ojos del mismo color que el mío.
- Pero a ti te quedan mejor preciosa.
- No me llame así!
- Es un gusto conocerte, mi nombre es Keyler._ Besando la mano de la joven.
- Keyler? No eres el hijo del archiduque Tomás? Dijeron que vivía en otro lugar, qué hace aquí?
- Lo quieres saber?
- Si.
- Eres muy curiosa.
- Y?
- La curiosidad mató al ratón.
- Yo no soy ningún ratón!!
- Pero si serás mi presa.
- En sus sueños.
