Despreciada y desterrada por su manada, traicionada por su Alfa, quien la acusó falsamente de infidelidad para proteger su orgullo, Cristal da a luz en secreto a sus adorables gemelos. El destino, sin embargo, la obliga a volver al mundo que la hirió, aceptando un trabajo para curar a un misterioso y frío Rey Lobo, un hombre que carga con una maldición y un corazón roto.
Mientras el Rey encuentra en ella una inesperada luz en su oscuridad, Cristal descubre un inquietante parecido entre él y sus hijos. Sus vidas se entrelazan de forma irreversible, justo cuando su pasado regresa con sed de venganza. Con su exmarido y la hija del Rey conspirando contra ella y sus hijos, la verdad oculta sobre el origen de sus gemelos sale a la luz.
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Capitulo 10:Conocer el amor
El silencio en la habitación daba mucho espacio para la imaginación. Cristal podía escuchar los latidos fuertes de su corazón en sus oídos.
El recuerdo de lo que habia sucedido en el salon se repetia en su mente como un bucle infinito. El recuerdo de su aroma que todavia seguia impregnado en ella. La seguridad con la que el Rey Alfa habia pasado por encima de Eishter hasta obligarlo a retractarse... Las palabras que habian salido de sus labios... el habia dicho que ella era su omega.
¿El pensaba de esa manera? ¿o solo lo habia dicho por el calor del momento?
—Omega...sigues temblando
Cristal levanto la cabeza y observo al alfa sentado al otro lado de la habitacion. Ella seguia sentada en el mismo lugar, con sus hijos abrazando su cuerpo. Fue incapaz de mantenerle la mirada. Aquellos ojos oscuros la miraban tan fijamente, como si estudiara cada uno de sus movimientos. La hacían sentir debil y sumisa. El aroma de su furia seguia levitando a su alrededor.
El alfa se puso de pie y camino hacia ella. Antes de llegar a ella sus hijos se pararon como un escudo protector. El alfa sonrio. Se puso de rodillas. Su mirada escaneo a los dos pequeños niños que lo miraban valientes. Mirando sus rostros de cerca podia detallar aquel parecido del que hablaba Lion. Esos ojos felinos que lo veían como si fuera una amenaza... eran iguales a los suyos.
—Pequeños... no voy hacerle daño a su madre. Solo quiero ayudarla a calmarse. Esta temblando de los nervios.
Los niños miraron hacia su madre, la omega temblaba encorvada en su lugar, con la mirada perdida y los ojos aguados. Los gemelos se miraron dudando. Aiden volteo hacia el alfa y lo miro serio.
—Prometa que no va a dañar a mi madre.
El alfa asintió con una sonrisa cálida en el rostro—Lo prometo.
El niño estiro su dedo meñique con total seriedad.
—Por la garrita.
El alfa solto una risa suave, estiro su meñique tomando el del pequeño niño y asintio.
—Por la garrita. Lo prometo. Cuidare de tu madre.
El niño sonrio y se hizo a un lado.
El alfa se acerco con calma a la omega, estaba de rodillas ante ella, dejando salir su aroma. La omega jadeo en su lugar, sus ojos lo miraron cristalinos, el alfa abrio los brazos.
—Ven aqui omega—su llamado se hizo presente y el cuerpo de la omega cayo flácido entre sus brazos. El alfa se acomodo en el mueble con la omega entre sus brazos, su cabeza descansando en su pecho. Un suspiro satisfecho escapo de sus labios. La omega se pegaba de el buscando su calor. Y eso lo hacia sentir tan bien. El hombre miro a los dos pequeños niños que lo observaban atentos, abrio sus brazos invitándolos a venir con el. Los niños no lo dudaron, se cobijaron a cada lado de su cuerpo y abrazaron a su madre, siendo rodeados por el aroma del Alfa.
El rey alfa los miraba descansar en sus brazos. Todos habian caido rendidos ante su aroma. Los miraba y se preguntaba... ¿Asi se sentia tener una familia de verdad?
Los miraba y un instinto protector despertaba en su interior. Su alfa ronroneaba complacido. Era aquí en donde quería estar. Porque esa pequeña e indefensa omega había despertado su alma con su dulce olor.
Lo habia hecho desear mas de lo que podia recibir.
El recuerdo de aquel alfa vino a su mente. ¿Por qué razón el había dicho todas aquellas cosas?. Había estado conteniéndose de intervenir. Había escuchado cada palabra. Era evidente que se conocían.
¿Sería el padre de sus hijos?... No. Era imposible. Los niños no llevaban su olor, ni siquiera se parecían a él.
Y lo peor es que tendría que volver a verlo. ¿Cuánto más deseaba castigarlo su propia hija? No era suficiente con el tormento con el que vivía diariamente. No había sido su culpa, y nada de lo que hicieran para castigarlo podría lograr hacerlo cambiar de parecer. Se lo había dicho a su antigua esposa tantas veces. Por que se empeñaba en intentar cambiar sus sentimientos cuando ya le había dejado claro tantas veces que no pasaría.
¿Era su culpa que ella se hubiera obsesionado con el hasta el punto de morir por ese supuesto amor?
Ella lo habia condenado. Y el no podia sentir mas que lastima por la vida tan miserable que ella habia decidido vivir. Por la manera tan patetica en la que ella habia decidido acabar con su vida.
¿Asi de horrible podia llegar a ser el amor?
El no lo sabia. No podria. Porque el... nunca habia amado a nadie.
Lo habia intentado con todas sus fuerzas, en serio que se habia esforzado. Pero parecia imposible forzarlo. Y el lo sabia.
¿Como puede alguien que nunca fue amado, conocer el amor?
y por qué tengo la extraña sensación que esa omega no es su hija 😯
Espero que esos locos no le hagan nada a ella y los cachorros