ATRAPADA POR EL CEO QUE CAYÓ DEL CIELO
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Una noche de tormenta, la cabaña solitaria de Aiyana Tsosie en las montañas de Arizona, territorio ancestral Navajo, se convierte en el lugar de un accidente inimaginable. Un jet privado explota en el aire, cayendo un hombre herido y amnésico en un paracaídas dañando su cabaña. Lo que Aiyana no sabe es que ha rescatado a Cristopher Livingston, un CEO multimillonario que intentaron asesinar.
Aiyana, una mujer Diné en armonía con el bosque, se ve obligada a sanar al poderoso hombre de la ciudad. En la paz del aislamiento, el contraste de sus mundos desata una pasión ineludible. Pero cuando Cristopher recupera su memoria ve su vida de imperio y lujo en peligro, huye sin mirar atrás, dejando a Aiyana con un secreto que solo pertenece al linaje de su pueblo.
Tres años después, la aparición inesperada de Cristopher creara en Aiyana miedo a que le quiten su mas grande tesoro
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Capítulo 4: REPARANDO EL FORADO
Aiyana estaba más tranquila de que Cristopher estuviera mejor, pero le preocupaba el que Hania haya ingresado a su cabaña pensaba en cuantas veces antes lo habría hecho, si habría tocado más cosas, pero fue por los palos y los maderos que le pidió Cristopher, clavos, martillo y la escalera.
Cristopher: "Aiyana ahora pon la escalera bien puesta o puedes caerte y presta atención estos palos largos nos servirán de soporte del techo lo vamos a levantar un poco esta parte se debilitó con la ruptura abrupta de mi caída, pondremos estos cuadrados a lo largo uno aquí y el otro aquí, sostenidos de estas columnas de cada lado, así las maderas que pondrás encima tendrán un buen soporte".
Él se paró y ayudo a poner los palos que soportaban el techo, Aiyana puso la escalera, él le alcanzaría el primer madero, ella lo logró poner en la columna y la aseguro con clavos, lo mismo hizo del otro lado, y después con el siguiente madero, al momento de bajar de la escalera ella resbala y cae, pero Cristopher logra sostenerla en el aire.
Cristopher tenía cargada a Aiyana y la vio directamente a los ojos, viendo lo transparente de su alma, viendo su belleza, sintiendo su aroma a flores, Aiyana se quedo por segundos viéndolo a los ojos.
Aiyana: "Gracias Cristopher, bájame, tu pierna no está bien y no deberías hacer peso".
Cristopher: "Estás preocupada por algo, eso te distrajo y no pusiste bien el pie ahora subirás a poner las maderas al techo, pero ve donde pisas, las pondrás de abajo para arriba, las aseguras y con dos clavos cada lado de esos grandes, pero primero corta los filos de la madera que quedo astillada al tamaño de las maderas que tienes, para que quede exacto, me dejas nervioso ahora de no poder salir a agarrarte si te caes".
Aiyana: "Tranquilo, solo entraré a mi habitación a ver algo y salgo si".
Aiyana entro a su habitación movió aquella cama de madera de pino que le hizo su abuelo y debajo de ella había una tabla del suelo suelta que ella movió y busco debajo de una piedra envuelto en un tejido hecho por ella estaba su dinero que logro juntar al trabajar en la ciudad, ella juntaba para comprar su departamento, estaba todo el dinero intacto.
Fue a aquel estante al porte de un ropero, y busco en la caja que guardaba su ropa íntima, estaba desordenada, vio al piso y había manchas blancas, ella gritó de cólera y de asco era evidente lo que era. Cristofer entró rápido asustado.
Cristopher: "Aiyana ¡¿Qué pasa?!".
Aiyana: "Mira este asqueroso lo que hizo, se dio placer con mis prendas, cuantas veces lo habrá hecho y no me di cuenta".
Cristopher: "Cálmate yo limpio esto, mañana te comprarás ropa íntima nueva, no tengo mucho dinero, pero cien dólares te puedo dar y vas por ropa que él no haya tocado, traes placas de triplay o madera delgada y haré unas mejoras a este mueble para que ese enfermo no toque tus cosas, y hoy mismo refuerzo esta puerta, tranquila, no llores eres una mujer valiente, ve llevando las tablas para techar no te preocupes yo limpio esto".
Aiyana estaba enojada y llorando, pero fue a sacar las maderas y Cristopher limpio con cloro que había en el baño aquellas huellas del degenerado de Hania, Cristopher pensaba que eso era señal que el venía dispuesto a todo y Aiyana corría peligro.
Salió y ya Aiyana estaba poniendo las maderas, exactamente como le dijo, cuando termino, ella bajó y ayudada por Cristopher puso el aislante a esa parte cubriendolo con corteza de árbol que servía de techo raso, igual que en el resto de la cabaña ya había.
Aiyana: "Gracias por tu ayuda, quedo muy seguro, guardaré todo lo que sobro".
Cristopher: "Deja el serrucho, los clavos, trae maderas delgadas y una mediana de ancho, pero más larga que el ancho de la puerta, la aseguraremos mejor, si tienes alambre traelo tambien".
Con las maderas, clavos y alambre hizo un gran picaporte para esa puerta que atravesaba toda la puerta después de cerrarla, reforzó la puerta con las maderas delgadas y con el mismo alambre retorcido hizo armellas que puso fuera de la puerta amarrada y aseguradas desde adentro.

Cristopher: "Aiyana preciosa, mañana que iras a comprarte ropa intima iras por un buen candado, para esta puerta, cuando estés aqui adentro pones este seguro que hicimos y como esta es zona de caza compraras un rifle o arma corta, te enseñare a disparar".
Aiyana: "Tengo el rifle de mi abuelo y hay balas barias cajas, también está su arma pequeña que tenía para defenderse, pero como salí de aquí a los dieciocho años y desde los quince ya se supone que tendría un cazador a mi lado, no me enseñaron a defenderme así".
Cristopher: "Qué bueno que haya, yo te enseñaré a disparar, algo me dice que soy muy bueno en eso no quiero ver esos ojitos de susto otra vez, si solo pudiera sacar más dinero mandaría cercar toda tu propiedad al menos el rancho".
Aiyana: "Gracias por ayudarme con la puerta, ahora mientras saco la leche, doy de comer a las gallinas y hago la cena te quedas en la cama, esa pierna se inflamará".
Aiyana guardo todo y Cristopher fue a la cama, él pensaba en como ayudar a Aiyana, pero quería también recordar todo sobre su vida y recuperarse de su fractura para ser más útil para la granja.
Aiyana hizo todo lo que tenía que hacer y vino con pan de maíz, leche caliente y una ensalada con carne ahumada.
Cenaron y ella revisó la pierna de Cristopher, y si estaba inflamada, él quería darse un baño y ella le dijo que mojaría el entablillado que tenía que hacerlo con cuidado porque ahí si no pensaba ayudarlo, le dio los útiles de aseo y dejó que él se bañe primero, después se dio un baño ella.
Aiyana estaba echada en su cama, pero no lograba conciliar el sueño, pensaba en como huyo de casa y dejo a sus abuelos por cuatro años, regresando para encontrar muerta a su abuela y que su abuelo fallezca a la semana, todo por las mentiras de Hania, las lágrimas corrían por sus mejillas, ella fingía ser fuerte, pero era frágil y delicada, estar en la ciudad la hizo conocer otro mundo, si no regreso a él es porque adoraba la paz que le otorgaba el bosque y los recuerdos de cuando fue feliz con sus abuelos.