La Gavia una emblemática hacienda llena de historia cerca de la capital del país, la cual solo puede ser heredada por un Sámano. A veces pensamos que es solo casualidad que sucedan los mismos infortunios para el heredero, terminando solo y consagrado a favor de mantenerla en pie. Es la segunda parte de La gavia, aquí conoceremos el destino de Matías Sámano. Sobre todo las decisiones y el cambio de Cecilia. También la traición y el engaño de parte del esposo de Cecilia, creando una enemistad con otra familia importante de la comunidad. En la guerra y el amor todo es posible, es ahí donde nace el amor entre Matías y Paulina. Sin saber el porqué de la rivalidad entre sus familias. Poco a poco quedará al descubierto la causa del conflicto entre ellos.
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Sacrificarlo
Capítulo 24
Alejandro viajó en el helicóptero donde trasladaban a su mamá, no tenía cabeza para nada solo le importaba salvarla. Mariana ya los esperaba en el hospital que fue alguna vez de sus padres, tenían ahí al mejor especialista y cirujano del país. Natalia y Sofía lo alcanzarían allá, ya que Julio también iría a estar con ella. Cada segundo era valioso para salvar a Cecilia, por fin llegaron ya la esperaba el médico que trataría de salvarle la vida. Alejandro no dejaba ni un solo minuto a su madre, de inmediato era llevada al quirófano.
—Hasta aquí joven, no puede pasar.—le dijo la enfermera
—Necesito estar con mi mamá, ella me necesita.—respondía Alejandro realmente devastado, solo le quedaba esperar a que la cirugía fuera un éxito.—Vamos mamá tú puedes salir adelante, no te vayas.—decía Alejandro en voz alta
—Mi tía va a estar bien.—lo sorprendió Mariana
—Está muy mal, y si no resiste la cirugía no sé qué voy hacer.—
—Ya le avisaste a Matías, a mi tía Vanessa a todos. Voy a llamarlos, te traeré un té para que te calmes un poco.—
—Está bien, si quieres yo le llamo a Matías.—
—De acuerdo, ya vuelvo.—
Alejandro tomo su celular, respiro profundo y buscó el teléfono de la casa de Matías. Así era más seguro que le contestaría, Matías estaba trabajando en un proyecto cuando timbró el teléfono, se sorprendió al ver lo tarde que era.
☎️—Si diga.—
📲—Hermano soy yo, te tengo una mala noticia.—decía Alejandro intentando contener el llanto.
☎️—¿Qué pasa?, no te quedes callado.—
📲— nuestra madre tuvo un accidente, se cayó del caballo y quedó enredada en el estribo, así que la arrastró varios metros. Está en cirugía y se puede morir.—Matías sintió un enorme dolor, no podía creerlo.
☎️—Dime que es mentira, no mi mamá es la mejor jinete. Eso no es posible, no. ¿Dónde está?—
📲—Está en el hospital de Mariana en la capital, ven rápido porque tal vez sea la última vez que la veas.—
Matías al igual que Alejandro lloraba como un pequeño niño, y más aún porque el estaba distanciado de ella.
—No dios, no!!!—gritaba de dolor
—¿Qué sucede mi vida?—preguntó Paulina ya que hasta su habitación se escuchaba su esposo, Matías se abrazó de ella para desahogarse.
Después de controlarse un poco salieron de inmediato rumbo a la capital, después de seis horas de camino llegaron al hospital. Matías entró buscando a Alejandro, Paulina caminaba rápido detrás de él.
—¿Cómo sigue mamá?—
—Aún no sale del quirófano, tenemos que seguir esperando.—
—¿Y papá?—
—No lo sé, pensé que llegaría con Julio.—
Paulina se llevó una grata sorpresa cuando observó a Sofía y su tía volviendo a la sala de espera. Sin más espera se abrazaron fuertemente.
—¿Pero que hacen aquí?—preguntó Paulina
—Venimos a acompañar a Alejandro, estamos viviendo en su hacienda.—
—¿por qué?—tomaron asiento y Natalia le explicó todo lo ocurrido, también le mostró la cicatriz que le había dejado su madre, Paulina no podía creerlo.
Matías caminaba de lado a lado con mucha ansiedad, quería ver a su madre y sobre todo pedirle perdón. Tenía que sobrevivir, ya que sus tres hijos la amaban.
—Gabriel ya viene en camino, ¿habrá alguien en casa que vaya por el?—pregunto Alejandro a su prima Mariana, ya que ella actualmente vivía en ella.
—Si le diré al chofer que vaya por él al aeropuerto. Por cierto el notario buscaba a mi tía por teléfono y le dije que llamaran a la gavia. Mi tía me comentó que la buscarían por las escrituras de la gavia, creo todo lo puso a su nombre de ustedes tres quería heredarlos en vida.—al escuchar eso Matías se acercó
—¿por qué haría eso?—
—Tal vez presentía que algo le sucedería, o tal vez alguien la amenazo.—
—Cabe esa posibilidad, porque este supuesto accidente está muy extraño.—
Matías tenía razón no había sido un accidente, y quien descubriría eso nada más y nada menos que Ulises el hijo de Julio. Mientras su padre viajó a la capital para estar al pendiente de Cecilia, él entró a revisar el caballo de ella, sospechaba que tal vez alguna serpiente lo había mordido.
—¿Qué te sucedió amigo? Casi acabas con la vida de tu jinete.—mientras lo revisaba noto junto a su ojo la herida que le había ocasionado Alejandro con la pedrada.—Juan mira le dieron una pedrada todavía tiene rastros de tierra.—
—Eso quiere decir que no fue un accidente, pero quién sería capaz de atentar contra la señora.—
—suturaré su herida, y preguntaremos a los trabajadores que estaban cerca si no vieron a algún sospechoso.—sugería Ulises
El rumor se esparció rápidamente por la hacienda, todos estaban indignados por la tragedia, todos querían un culpable para que pagara por lo sucedido a su patrona, a la cual le tenían lealtad y respeto.
—Rocío deja de murmurar y sirve la comida que debo irme a la capital para estar con Cecilia.—dijo Alejandro
—Perdón señor es que el joven Ulises descubrió que alguien agredió al caballo de la señora, que por eso fue el accidente.—Alejandro se daba cuenta que había sido muy descuidado en esos detalles.—Yo estaba con ella y no observé nada, tal vez ella lo lastimó con su fuete cuando lo quiso controlar.—decía nervioso
—Lo dudan porque el caballo, tenía rastros de la piedra dentro de la herida. Juan comenzó a interrogar a todos los trabajadores del cañaveral, tal vez algún empleado inconforme lo hizo.—
Alejandro se levantó rápidamente y fue a sacar la escopeta para ir a las caballerizas. Ahí estaban Juan y Ulises aún revisando al caballo.
—¿Pero que intenta hacer?— preguntó Ulises cuando lo observó entrar armado, mientras Juan lo deteníasujetándole la escopeta
—Sacrificarlo, lo que le hizo a Cecilia no debe quedar así.—
—Faraon no lastimaría a su dueña, así que me disculpa pero como responsable de los animales en la gavia. Me opongo a dejar que lo lastime, sé que la señora Cecilia volverá y pedirá cuentas de su leal amigo.—insistía Ulises
—Con qué derecho te sientes, te recuerdo que eres solo un empleado más aquí. Mientras yo soy el dueño y puedo decidir lo que a mí se me dé la gana.—
—Con el derecho de que todo esto pertenece a un Sámano y usted es un Barbosa solamente. Además la señora Cecilia dijo que usted ya no era parte de la familia.—
—Cuando menos lo esperes te voy a echar, no solo a ti también a tu padre de esta hacienda.—
—Haga lo que quiera, yo solo aceptaré órdenes de la señora Cecilia o de sus hijos.—
Alejandro se marchó furioso por la confrontación con Ulises, pero estaba confiado que todo resultaría a su favor. Así les enseñaría a todos en la gavia quien mandaba.