Esperanza es una organizadora de bodas que dejó de creer en el amor y los finales felices cuando siempre por una u otra razón sus romances perfectos acababan abandonandola en el día más importante de su vida, su boda. Sus padres le concretan un matrimonio pero quién sería su esposo escapa dejándola en el altar y en lugar de ser el hazme reír la otra familia pone en lugar de su hijo a su sobrino del cual poco se sabe pero mucho se comenta. Entre ellos habrá una loca historia, un contrato y muchos problemas. ¿Me acompañas a descubrirla?
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 7 BODA DE ANALÍA
...ESPERANZA...
La boda de Analía marcó un antes y un después en mi vida porque en ella encontré una gran amiga. Su boda fue de ensueño y hasta en la actualidad recuerda cuando al estúpido de Juan Cruz la presenté como Karen.
Con los contactos de él facilmente averiguaría quien era ella o mejor dicho con que figura pública se casaba así que por eso le cambié el nombre. Buscaría con tranquilidad a Karen sin éxito alguno.
Aquel idiota no era del tipo que se dejaba humillar y se quedaba muy tranquilo aunque al ver quién era el esposo de mi bella amiga se le irían las ganas de molestar.
Analía no quería mucho a Ceferino y me recomendó que anduviera con cuidado pero él era tan atento y yo prácticamente siempre estuve sola porque relaciones hasta con intimidad no había tenido jamás así que era una perfecta e ingenua inexperta.
Mi tiempo de conocer a Ceferino fue tan lindo que acabé nuevamente enamorada aunque me estaba tomando con calma todo.
Algunos medios nos fotografiaron juntos y creyeron que tal vez él era el próximo en llevarme al altar pero eso no podría saberlo si apenas estábamos comenzando a salir e intentar ponerle nombre a una relación que claramente no lo tenía.
Algunas semanas pasaron dónde algunos medios volvían a fotografiarnos varias veces haciendo más pública nuestra relación y otorgandole así más fama a Ceferino quien se mostraba encantador ante las cámaras y respondiendo con amabilidad alguna que otra pregunta.
Su restaurant adquirió fama y popularidad, mucha gente que no lo conocía comenzaba a ir a comer allí y así generó más ingresos y pudo progresar. Yo me alegraba por él quien a pesar de todo y de tener mucho trabaja seguía teniendo tiempo para mí.
Él recordó mi cumpleaños e hizo varios platillos para mí, un detalle que conmovió a mamá pero papá seguía manteniendo ciertas distancias.
Por algún motivo que yo no era capaz de identificar él no le causaba agrado a muchas personas pero a mí eso no me importaba si a fin de cuentas lo quería de todos modos y es que el amor aveces nos pone tontos y nos colocamos una venda en los ojos dónde solo vemos perfección y romanticismo dónde no lo hay.
Desgraciadamente los medios nos acosaron en cada salida que teníamos, siempre algún periodista llegaba a nuestro encuentro aumentando mi incomodidad y Analia me advertia que eso estaba lejos de ser una increíble coincidencia pero yo estaba ciega tal vez por amor o por estupidez.
El día que tan bien conocía llegó. Ceferino me propuso matrimonio y acepté creyendo que tal vez la tercera era la vencida así como suelen decir.
Él era tan dulce, tan atento y me ayudó a planear el gran día, algo que mi ex como idiota que era no hizo. Decidí usar un vestido largo bastante simple pero delicado, no quería nada que reflejara mis desastres anteriores así que opté por algo distinto.
Miré varios catálogos y busqué muchos diseños diferentes que se ajustaran a lo que tenía en mi mente hasta que lo encontré. Mi hermana mayor junto a Analia fueron a ver el vestido conmigo.
Probé aquel vestido con emocion y miedo pero no sentí que era el mío hasta que viendo distintos diseños lo encontré. Sabía que mi madre lo vería demasiado simple para mí pero yo necesitaba algo diferente para sentirlo así como un amuleto de la buena suerte.
Ceferino sabía perfectamente que no tendríamos relaciones hasta nuestra noche de bodas y no insistió al respecto, algo que me resultó perfecto y me ahorró incomodidad.
A medida que los días avanzaban los preparativos también lo hacían sin contratiempo alguno, lo que era un dolor de cabeza menos.
Seguí adelante con mi trabajo para poder irme de luna de miel cuando llegara el momento y desconectarme del trabajo, del móvil, de absolutamente todo para disfrutar mi matrimonio a plenitud.