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Mafiosa Obsesión

Mafiosa Obsesión

Status: En proceso
Genre:Mafia
Popularitas:4.3k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Rubí huye a Nápoles buscando escapar de Diego Salvatore, un pasado que la asfixia con su enfermiza obsesión. En Italia, creyendo encontrar un respiro, se topa con Donato Valletti, un capo mafioso cuyo poder y magnetismo la atrapan en una red de intrigas y deseos prohibidos.

Donato, acostumbrado a controlar cada aspecto de su mundo, se obsesiona con Rubí, una flor exótica en su jardín de sombras. La seduce con promesas de protección y una vida de lujos, pero la encierra en una jaula dorada donde su voluntad se desvanece.

Diego, consumido por la culpa y la rabia, cruza el Atlántico dispuesto a reclamar lo que cree que le pertenece. Pero Nápoles es territorio Valletti, y para rescatar a Rubí deberá jugar con las reglas de la mafia, traicionando sus propios principios para enfrentarse con el mismísimo diablo.

En un laberinto de lealtades rotas y venganzas sangrientas, Rubí se convierte en el centro de una guerra despiadada entre dos hombres consumidos por la obsesión.

NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 22

POV RUBY

El salón de baile era un mar de lentejuelas y sonrisas falsas. Yo, me movía entre la multitud con mi bandeja de champán, sintiéndome como una intrusa en un mundo que no era el mío. Cada copa que servía era un recordatorio de la distancia que me separaba de esas vidas lujosas.

Camila ya estaba en la mesa, rellenando las copas con su habitual gracia. Nos cruzamos con una mirada cómplice.

—¿Te imaginas estar del otro lado?— me susurró, con un brillo travieso en los ojos.

—Ni en mis sueños más locos— respondí, riendo suavemente. La idea de ser una de esas mujeres con vestidos carísimos y joyas deslumbrantes era tan absurda como atractiva.

Sofía llegó con otra bandeja, y nos reunimos en un rincón, lejos de los oídos curiosos.

—¿Vieron el vestido de la esposa del alcalde?— dijo Sofía, con los ojos llenos de diversión. —¡Parecía un pastel de bodas gigante!—

Reímos juntas, imaginando la escena. Era fácil burlarse de la ostentación y la superficialidad de esta gente.

—A veces me pregunto qué se sentirá tener todo ese dinero— admití, con un suspiro. La curiosidad me picaba, aunque sabía que el dinero no era la respuesta a todos los problemas.

—¡No te creas todo lo que ves!— me reprendió Camila, con su sabiduría callejera. —El dinero no compra la felicidad. Mira a todos estos ricos infelices, llenos de preocupaciones y secretos—

—Tienes razón— asintió Sofía. —Prefiero mi vida sencilla, con mis amigos y mi familia—

Brindamos en silencio, con nuestras copas de champán a medio llenar. A pesar de estar rodeadas de lujo y opulencia, sabíamos que nuestra verdadera riqueza se encontraba en otro lugar. En la amistad, en el amor, y en la alegría de las pequeñas cosas.

—Pero bueno, ¡al menos nos pagan bien por ver todo este circo!— dije, con una sonrisa pícara.

Reímos de nuevo, sintiéndonos unidas por nuestra situación compartida. Éramos las chicas del champán, las observadoras invisibles de un mundo de excesos y secretos. Y aunque no pertenecíamos a ese mundo, sabíamos que podíamos encontrar la felicidad y la satisfacción en nuestra propia realidad. Por ahora, eso era suficiente.

En ese momento el murmullo del salón se intensificó de repente, como si una corriente eléctrica hubiera recorrido el ambiente. Un grupo de hombres de traje, con rostros serios y miradas escrutadoras, irrumpió en el salón, rodeando a un hombre joven que destacaba entre la multitud. Estaba tatuado, era increíblemente guapo y emanaba un aura de poder que se podía sentir en el aire.

Sofía y yo nos pusimos de pie de inmediato, con las bandejas de champán en las manos, listas para ofrecer una copa o un trago. Sabíamos, sin necesidad de que nadie nos lo dijera, que ese hombre era alguien importante. Alguien con poder.

El hombre se detuvo frente a nuestra mesa, su mirada recorrió las copas de cristal. Luego, sus ojos se clavaron en mí. Fue una mirada intensa, y penetrante, que me hizo sentir como si estuviera desnuda.

Tomó una copa de champán, sin apartar sus ojos de los míos. Su mirada era tan intensa que sentí que la bandeja temblaba en mis manos. Traté de mantener la compostura, de no mostrar el nerviosismo que me invadía, pero era inútil. Su presencia era abrumadora.

Bebió un sorbo de champán, sin dejar de mirarme. Sus ojos oscuros parecían leer mi alma, y descubrir mis secretos más profundos. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, en una mezcla de miedo y fascinación.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el hombre apartó la mirada y se alejó, rodeado de sus guardaespaldas. El murmullo del salón volvió a la normalidad, pero yo seguí temblando.

Su mirada, y su presencia, habían dejado una huella imborrable en mí. No sabía quién era ese hombre, pero sabía que nunca lo olvidaría. Algo en su intensidad, en su poder, me había atraído de una manera inexplicable.

Sentí mi cuerpo estremecer, como si una corriente eléctrica me hubiera recorrido de pies a cabeza. ¿Quién era ese hombre? ¿Y por qué me había mirado de esa manera?

POV DONATO

El salón, es un avispero de aduladores y ambiciosos, me importaba un bledo. Mi presencia era suficiente para que el aire se espesara con respeto, con un aura de poder que había heredado y cultivado. Apenas había cruzado el umbral cuando sentí la mano pegajosa del alcalde aferrándose a la mía.

—Donato, mis más sinceras condolencias por la pérdida de tu padre, Vincenzo...— comenzó, con esa voz empalagosa que me crispa los nervios.

Lo interrumpí con un gesto frío. —No me gustan los lamentos, alcalde. Mi padre sabía los riesgos de este mundo— Mis palabras, cortantes como el acero, hicieron que su sonrisa se tambaleara.

—Por supuesto, Donato, entiendo perfectamente— respondió, tragando saliva. —Solo quería informarle que todo está listo para la nueva ruta. Los permisos están en orden, la policía está al tanto... todo como habíamos acordado—

Lo miré con desprecio. —Más le vale. Le haré llegar un regalo a su cuenta más tarde. Asegúrese de que todo siga funcionando sin contratiempos—

Su rostro se iluminó con una sonrisa servil. —Puede contar con ello, Donato. Siempre a su disposición—

Asentí, dándole la espalda para buscar un trago que me quitara el sabor amargo de su presencia. Este hombre es un parásito, pero un parásito útil. Y en este mundo, la utilidad es lo único que importa.

El ambiente ya me tenía hasta la coronilla, lleno de lameculos y falsos. Encima, el alcalde con sus condolencias baratas... ¡puaj! Apenas me había librado de él cuando, ¡pum!, me volteo de golpe y choco con una mujer que venía con un trago. El líquido fue directo a su blusa, dejándola como si hubiera salido de la ducha.

La miré de reojo y, ¡carajo!, la blusa blanca pegada a esas... ¡digamos que la naturaleza había sido generosa! La mujer levantó la vista y me clavó esos ojos azules, llenos de susto. Parecía un venadito asustado.

Antes de que pudiera decir nada, mi sombra, ya estaba echándole el ojo feo. Lo frené con la mano. No era plan de armar un escándalo.

—Lo lamento. De verdad, no quería...— soltó ella, toda nerviosa.

La examiné de arriba abajo. No era de las que suelen andar por estos lados. Demasiado tierna para este nido de víboras.

—Tranquila, fue culpa mía por voltearme así— le dije, tratando de sonar menos como un ogro.

—No, igual, perdóneme— insistió, sin dejar de mirarme con esos ojos que te desarman.

Me dio un no sé qué. —Tráeme otro trago y quedamos a mano— le dije, con una sonrisa de medio lado.

La mujer asintió al toque, como si le hubiera quitado un peso de encima. —Sí, señor, ya vuelvo—

Y ahí se fue, moviéndose con una soltura que no esperaba. La seguí con la mirada mientras se abría paso entre la gente. Algo en esa mujer me había llamado la atención. Y en este mundo, cuando algo me llama la atención, me aseguro de averiguar de qué se trata.

La noche prometía ser más interesante de lo que pensaba.

1
Betty Saavedra Alvarado
Diego si no te apuras perderás a Rubí
Blaka Blaka
Se ACABO ?¡¹
Maya
Ahora se pelearán por esa chica esos. 2
María Vargas
Vamos 💪Diego no me decepciones 🥰
Betty Saavedra Alvarado
En donde más duele se cuando atacan a nuestra familia Donato estas desatando una guerra
Betty Saavedra Alvarado
Ahora a luchar por el poder los Salvatore nadie los humilla
Betty Saavedra Alvarado
A luchar a no dejarse vencer Ruby saldrás adelante con tus amigas
Betty Saavedra Alvarado
Se vienen los problemas
Betty Saavedra Alvarado
Rubí a darle una lección a Diego
Betty Saavedra Alvarado
Diego eres un bruto con todas sus letras
Maya
Ojalas no sea pura boca siempre en todas las historias dicen eso y después cuando los ven caen redonditas con ese idiota
bela
Bandido....sinverguenza....Pobre Ruby pero talvez se de cuenta de lo que perdió ODIOTA
Veronica May Correa
Luego no te quejes idiota dejarla sin decir nada
JZulay
candente....!!!!! 🔥🥰😋
Karina Vazquez Gonzalez
que lujuria más placentera de los dos mucho calor 🔥🔥🔥🔥 toda la.noche disfrutando se el uno al otro ...esperemos que todo acabe bien y que diego no la.haga a un lado o la lastime ..porque hasta donde yo se el tiene mucho miedo de enamorase y ser todo para ruby excelente historia nos llevaste ala imaginación de los protagonistas
Betty Saavedra Alvarado
Diego y Ruby disfrutando su noche
Karina Vazquez Gonzalez
ahora si empieza lo bueno qur psara con ellos dos será que realmente se interese el por ella y no juegue con ella ..excelente historia nos llevaste ala imaginación escritora muchas felicidades
Yanitza Aguirre
Comenzó la pasión y deseo de estos dos ☺️ gracias
Betty Saavedra Alvarado
Diego y Ruby son fuego pasión y deseo
JZulay
waooo ....lo vas a matar de la impresión ...😋
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