Tres amigos, tres historias diferentes. Un solo destino.
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Almas desnudas.
— Chuli, yo... no sé qué decir, esto es tan repentino y sorprendente. Pero de verdad, yo también te quiero, creo que siempre te he querido, pero siempre estuve confundida y algo equivocada. Pero ahora que sé lo que sientes, que quieres estar conmigo de verdad, yo también quiero estar contigo, quiero ser tu novia y compartir mi vida contigo.
El me sonrió y juro que fue la primera vez que vi esa sonrisa, me fijé en lo lindo que era, tal vez es por lo cerca que lo tenía, es que desde aquí todo se veía tan distinto. La barrera de la amistad se había eliminado entre nosotros, nuestra relación había cambiado, y ahora lo veía como un hombre, como el hombre que me quería y al que yo admiraba y con quién quería estar. Ahora me quedaba claro que papá tenía razón, amar es una decisión que se toma y se mantiene.
Él me abrazó con fuerza, sentí su calidez y su amor en ese abrazo, supe entonces que tomé la decisión correcta al quedarme con él. Esa tarde hablamos de muchas cosas, nos reímos muchísimo, y también lloramos, nos abrimos el uno al otro de una manera que jamás lo hicimos con nadie. Y con cada palabra, gesto y mirada, supe que estaba en el lugar correcto, con la persona correcta.
Así que al finalizar la noche, me fui a dormir con una sonrisa en el rostro, y con la certeza de que mi corazón estaba en las manos correctas. Y por primera vez en mucho tiempo, sentí que estaba en paz y feliz con la decisión que había tomado. Y eso, eso era lo más importante.
Chuli.
Salí muy tarde de casa de Rut, era casi media noche, nunca me había quedado tanto tiempo, pero estaba muy feliz, sentí que le había entregado mi alma a esa mujer está noche y también sentí que ella me entrego la suya. Era extraño, yo tenía entendido que la entrega entre un hombre y una mujer, nace cuando tienen relaciones o se besan, pero ella y yo ni siquiera nos besamos, solo nos abrazamos y fue todo. Pero la profundidad de nuestra plática, desnudarnos el alma fue maravilloso.
— Pensé que te quedarías a dormir allí, estaba a punto de irme ya.
Escuché esa voz y juro que me quedé aterrado, mi jefe estaba allí, al parecer había venido a asegurarse de que yo...
— ¿Que hace aquí? ¿Esta loco?
— Vine a asegurarme de que mi muchacho hiciera las cosas bien, pero al parecer mis preocupaciones fueron de más, lo hiciste más que bien ¿Verdad? Ven súbete al auto, te llevo a tu casa.
Me subí y lo seguía mirando extrañado. Es que no entendía porqué se preocupaba tanto por mi.
— No me mires así, yo solo quiero que seas exitoso en todo, quiero que todo te salga bien porque te mereces todo.
— Es que no entiendo porqué usted y su hermano se toman tantas molestias por mí. Yo no soy más que un empleado y ustedes se portan conmigo de una manera que me hace sentir abrumado.
— Perdóname si mis acciones te incomodan, tal vez en ti estoy proyectando todos los deseos que tengo reprimidos, deseos de las cosas que haría si mi hermano estuviera con nosotros, no se si te conté que cuando éramos chicos, unas personas se robaron a nuestro hermanito menor, que a estas alturas debe tener más o menos tu edad, y que no sabemos dónde está, ni que fue de él. ¿Sabes? Tarid y yo éramos muy pequeños aún, pero yo lo recuerdo todo, el bebé allí acostadito en su cuna, tenía unas manitos muy pequeñas, y era tan frágil y tan lindo, y yo no lo pude proteger cuando se lo llevaron, tengo aquí el recuerdo de ese día, y me siento culpable. Si tan solo hubiera sido más grande, si hubiese tenido más fuerza, tal vez como el hermano mayor y valiente lo hubiera protegido.
Mi jefe estaba llorando, hablaba con mucho dolor de su hermano y me di cuenta de que llevaba consigo una gran pena en el alma, y me sentí muy mal por él.
— Lo siento muchísimo jefe, lamento de verdad lo que pasó con su hermano, no creí que usted cargara con algo así, y lo entiendo. Perdoneme por hacerle revivir eso.
— Desde que te conocí Chuli, yo he proyectado en ti a mi hermano, quiero hacer por ti todo lo que haría por el, quiero cuidarte y ayudarte a ser grande, es lo que haría por Alexei, de alguna manera quiero retribuirle todo lo que no le puedo dar, porque no se dónde está, ni se donde buscarlo.
— Por favor jefe, ya no se ponga así, entiendo lo que dice y créame, si le sirve verme como su hermano, yo no tengo lío, usted sabe que no tengo familia, nunca he sabido lo que es tener a alguien que te quiera y te cuide con ese amor, entonces no lo entendía y me sentía incómodo, pero ahora que usted me lo explica, me siento muy afortunado de que me haya escogido justo a mi para eso, yo no seré su hermano de sangre, pero lo acepto como si lo fuera, un hermano de corazón¿Esta bien?
Lo que le dije, se lo dije con el corazón, me dolía el alma al verlo así, yo siempre lo había considerado alguien fuerte y muy inteligente, pero verlo así destruido, me dolió y mucho, el no se merecía ese dolor.
— Gracias, de corazón te doy gracias por aparecer en mi vida, desde que te conocí me he sentido menos mal, tú le has dado sentido a mi vida, y de verdad quiero que seas mi hermano, aunque mañana encuentre a Alexei, tu seguirás siendo mi hermano por elección.
Le sonreí y por primera vez lo abrace, había aprendido que los abrazos ayudan a curar las penas, o al menos, a hacerlas más sobrellevaderas. Pero él siguió llorando por largo rato en mi hombro, y me pedía perdon, no a mi, a su hermano, y lo entendí, tenía culpa y dolor. Así nos llegó la madrugada, y a eso como de las 5 al fin estaba en mi casa, me acosté y medite mucho en todo lo que había pasado esa noche. Fueron muchas emociones juntas, al final me dormí, estaba muy rendido.
Celin Junior.
Cuando fui hasta allí para vigilar que Chuli tuviera éxito, nunca imaginé que terminaría siendo tan vulnerable con el. Tal vez fue el frío de la noche, o ese tiempo a solas en el auto que me pusieron tan sensible, pero pude sacarme mucho del alma, Chuli tenía esa facilidad de tocar las fibras de mi corazón. Antes yo creía que no tenía corazón, porque siempre he sido muy duro y apático.
No tengo buena relación con mi madre y su esposo, tampoco con Cristian, el hijo mayor de Cris, siempre he preferido estar alejado de ellos, tal vez siempre he sentido que tienen la culpa de lo que pasó, Cristian era más grande que yo, pero al igual que nuestros padres no estaba allí, debieron estar allí en ese momento, ¿Porqué no estaban? ¿Que hacían que fuera más importante que el cumpleaños de Alexei? Nunca les había preguntado, solo me aleje y prefería estar así.
— ¿Donde estabas? Me tenías preocupado.
— Estaba con Chuli.
— ¿A estas horas? ¿Lo llevaste a beber o algo así?
— Sabes que no Tarid, es solo que le ayude en algo y fui a asegurarme de que le saliera bien, luego nos encontramos y terminamos teniendo una conversación importante.
— ¿Que pasa Celin, soy tu hermano y me preocupa verte así, traes una cara que dice que no estás bien.
— Estoy bien Tarid, no te preocupes, ahora me siento muy bien. Chuli acepto que lo trate como mi hermano menor, pero yo no me conformo solo con eso, quiero hacerlo oficial, ¿Recuerdas que dijimos que lo adoptaremos? Vamos a hacerlo, quiero que se llame Aleksey Rashid, tú y yo le vamos a dar una identidad y un lugar en nuestra familia, los cuales seremos tú y yo, sus hermanos mayores.
— No tengo problemas con la adopción, pero ¿Porqué quieres que se llame Aleksey? Ese es el nombre de nuestro hermano con una ligera variación, y aunque estemos por acoger a Chuli, el no va a reemplazar a Alexei.
— No quiero reemplazarlo, solo quiero vivir como si él nunca se hubiera ido, quiero seguir mi vida como si...
— Está bien, lo entiendo, Aleksey será, ¿Cuando lo haremos? Y más importante aún ¿Ya se lo dijiste y el acepto?
— El acepto ser mi hermano menor, no le hable de la adopción, lo haremos y le daremos la sorpresa.
Vi que Tarid suspiró, pero sabía que me apoyaría en esto, él también quería al Chuli, y deseaba lo mejor para el. Ese domingo nos quedamos en el apartamento todo el día, pero de repente, Máximo se apareció con malas noticias.
— Jóvenes, el señor Cristian ya confirmo, llega mañana.
— Que mala suerte. — Murmuré.