Beatriz Salinas, conocida como Bea, asume con entusiasmo la vida; sin embargo, pronto su vida cambiará de un momento a otro y una vorágine de emociones, sentimientos y acontecimientos la podrían llevar a conocer al verdadero amor.
Bea desconoce que tras ella existe una persona obsesionada con acabar con su existencia; y que la vida perfecta que creía tener se puede desmoronar en cualquier momento.
¿Podrá Bea liberarse de quien quiere lastimarla?
¿Podrá Bea reconocer el amor de su vida en medio del caos que se avecina?
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3. Cambio de opinión
Después de un par de horas, Bea se está despidiendo de su amiga Ara, el taxi ya llegó por su joven amiga, quien pareciera no querer dejarla sola; sin embargo, sabe que su amiga irá con su novio a otro lugar.
- "¿Estás realmente segura, Bea?", preguntó Ara.
- "Él es muy lindo conmigo, ya llevamos un año, acabo de cumplir veintidós, y quisiera saber cómo se siente lo que sigue", respondió Bea.
- "¿Te estás dando cuenta de lo que me respondes? No te escucho decir que estás completamente enamorada y quieres disfrutar todo el amor que puedan sentir. No te juzgo Bea, pero siempre pensamos que nuestra primera vez debería ser por amor, y no solo por deseo, temo que te estés apresurando y luego te arrepientas. Pero si ya lo decidiste está bien, no olvides protegerte. Lo lamento, yo, ya debo irme", dijo Ara antes de salir presurosa y dejando a su amiga muy pensativa.
De otro lado, en el salón VIP, Bruno está tomando otro trago, mientras ve a algunas mujeres bailar en la pista, si no estuviera con Bea ya hubiese abordado a algunas de ellas.
- "Bea no es el tipo de mujer que realmente te guste, es muy linda sí, pero no es... Digamos que no es de aventuras fuertes, no podrá seguirte el paso", dijo Kevin.
- "Y no quiero que lo haga. Amigo, esa niña tiene material para convertirse en la señora Alcázar que mi familia preferiría, solo quiero comprobar si sirve en la cama; si pasa la prueba pondré un anillo en su dedo y fecha de matrimonio, que la abuela tanto quiere", respondió Bruno con media sonrisa.
- "Tú nunca te conformas con una, ¿será ella la elegida?, nunca te había visto esforzarte tanto por una mujercita", preguntó Kevin, algo incómodo.
- "Kevin, no seas idiota, podrá llegar a convertirse en mi esposa, pero jamás la única, es lista en muchas cosas, pero demasiado inocente en otras, tengo su confianza ganada, jamás sabrá lo que ocurre; además no voy a desperdiciar estar con una virgen, nunca he tenido una y la voy a disfrutar", expresó Bruno bebiendo otro sorbo de su trago; aunque pensaba que no había tenido una virgen gratis, aunque eso no le iba a decir a su amigo; Kevin puede ser despreocupado en muchas cosas, pero Bruno sabe que el código moral de su amigo, está más arriba que el suyo.
- "Y si no te gusta esta noche, si no hay material para...", dijo Kevin.
- "Shhh, ahí viene, si no hay material, habrá que terminar con ella", manifestó Bruno, mientras se ponía de pie, y extendía los brazos para abrazar a Bea.
- "Voy a buscar con quien bailar, los dejo solos. Ten cuidado, Bea... me voy, me voy", manifestó Kevin, con aquella mirada de molestia que tiene desde que Bruno sale con Bea.
Bea se sentó al lado de Bruno, quien la empieza a besar, aumentando la intensidad y la pasión, mientras recorre despacio el cuerpo de su novia. Aquellos besos en el cuello la empiezan a estremecer, pero cuando siente las manos de Bruno introducirse debajo de su ropa, y acariciar directamente su piel, ella se preguntó si es el momento correcto para dar el siguiente paso.
- "Creo que no es el momento", dijo Bea nerviosa, frenando el avance de Bruno.
- "Claro, osita. Tengo el lugar preparado para nosotros, lo vamos a pasar muy bien, te lo aseguro", manifestó Bruno susurrando en el oído de Bea.
Luego se pone de pie y toma la mano de Bea para salir del lugar y llevarla al hotel que había reservado. Ella iba caminando tras él, de pronto dejó de avanzar; Bruno volteó a verla, suspiró ahora que se le había ocurrido, pensó.
- "Bruno quiero ir a casa, en verdad lo siento, pero aún no estoy lista", dijo Bea, mirando a Bruno y tratando de mostrar una sonrisa.
- "Bea ya lo habíamos hablado, no puedes hacerme esto", expresó Bruno, con mirada fiera.
Ambos se quedaron mirando, Bea miró fijamente a Bruno, se dijo a sí misma que no podía actuar como una niña asustada, tal vez había aceptado, pero tenía derecho a cambiar de opinión. Bruno apretó fuerte la mano de la joven que tenía en frente, le molestaba ese cambio de actitud, y se decía que no se lo iba a permitir, no aceptaría un no por respuesta.
Por otro lado, William Salinas tiene veintisiete años, es el hermano mayor de Bea, y es un detective muy acucioso; en la estación de policías, ve que su comandante está muy tenso y se acerca a verlo.
...William Salinas...
- "Salinas, tu turno acabó hace rato, ya deberías haberte ido", comentó su comandante.
- "Tenía que terminar mi informe, tomaré mis vacaciones la siguiente semana y no quería dejar nada pendiente. Lo veo muy preocupado, señor", manifestó William.
- "Ninguna huella, tres chicas muertas, mismo modus operantis, las secuestra y ninguna pista, debemos encontrar algo y pronto, las retiene por dos meses, alguien debe saber algo", expresó con preocupación el comandante.
- "No estoy en el caso, pero escuché algo, recomendaría ver la conexión entre las víctimas, tal vez con ello se pueda dar un mejor bosquejo de quien es el asesino", manifestó William.
- "Por ahora lo único que tenemos es que todas tenían cabello castaño y ojos miel, de entre 20 a 25 años, ninguna actividad en común; igual se va a ampliar el perfil, ya vete, debes descansar, tienes que declarar en una audiencia mañana y debes estar despejado. Encontraremos al asesino", afirmó el comandante.
- "Claro que sí", dijo William y fue a guardar sus cosas.
Cuando el hermano de Bea iba a subir a su moto, sintió un fuerte dolor de cabeza, no era la primera vez que ocurría, pensaba que era por la gran cantidad de trabajo, pero está última vez lo ha dejado muy preocupado, porque tuvo que llamar un taxi para ir a su departamento, en ese estado le era imposible manejar.