Fernanda y Francisco.
Una historia de amor que va mas alla de todo los prejuicios.
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Cap 24
Estábamos esperando todos en sala, mi hermano y Fátima ya se habían ido, hasta que un doctor salió.
_ Familiares de Lucio Gaitán _ hablo el doctor y rápidamente Teresa acerco.
_ Yo soy su esposa doctor _ respondió ella.
_ Se encuentra estable afortunadamente el golpe en la cabeza no afecto nada, ya lo llevamos en una sala normal, ahora mismo está sedado en el transcurso de la tarde despertará _ dijo el doctor y se retiró de la sala de espera luego vino una enfermera y nos llevó donde estaba Don Lucio.
Cuando entramos el tenía la cabeza vendada y también tenía oxígeno, Tere se acercó a él y toco sus manos, la mano de ella temblaban, y seguía llorando sin parar.
Francisco, se acercó a ella y la abrazo, yo estaba parada en una zona de la habitación sin decir nada.
_ Te juro a pesar de todo no soportaría perderlo, no entiendo que le pudo haber pasado _ dijo Tere y seguía llorando.
_ Eso lo sabremos cuando él despierte madrina, lo importante es que ya está bien _ le dijo Francisco acariciando la mejilla de la señora, yo solamente estaba hay mirando.
_ Ya lo sé, pero pudo ser peor que hubiese pasado, si no lo encontraran a tiempo, no quiero ni imaginarlo _ dijo la señora sollozando fuerte.
_ No crees que ya es hora de que ustedes dos vuelvan a enfrentar la vida juntos, esto pudo a haber sido una señal madrina _ dijo Francisco y la señora se sentó en la cama y paso sus temblorosas manos por el rostro de Don Lucio, pero no respondió a lo que le dijo Francisco.
_ Porque no te vas a casa Fernanda _ me dijo Francisco cuando se dio la vuelta y se fijó en mí.
_ Estoy bien, voy a esperar a que despierte _ le dije y él solo asintió con la cabeza.
Luego de eso Salí nuevamente yo en la sala de espera y estaba sentada en unos de los bancos mirando las redes sociales, cuando Francisco vino y me trajo un sándwich y jugo de frutas.
_ Imagino que no almorzaste _ me dijo pasándome lo que trajo, yo solo negué con la cabeza.
_ Gracias _ le dije tomando de él lo que trajo.
Se sentó a mi lado, no dijo nada solamente saco su celular del bolsillo y jugo con él.
Una de las chicas de recepción lo llamo y él se fue dejando su celular encima del banco.
Fije mi mirada en el y vi que de fondo de pantalla tenia una foto nuestra que nos habíamos sacado hace años o antes de casarnos, yo estaba con mi ropa de colegio.
Con un impulso tome su celular como lo dejo encendido no estaba bloqueado y entre directamente en su galería.
Estaba viendo las carpetas de las tantas imagines y videos que tenia, hasta que abrí la carpeta de favoritos.
Al principio había sus fotos y en la parte final todas las fotos que nos habíamos sacado antes de casarnos.
Entre en una de las fotos, era una que nos habíamos sacado en mi habitación, me pareció raro que el siga teniendo nuestras fotos, estaba tan concentrada viendo las fotos que no me di cuenta de que el ya había regresado y que estaba parado frente a mi, observándome.
Me di cuenta de su presencia, y baje lentamente su celular encima del banco nuevamente.
_ Lo siento _ le dije casi en un susurro, me moría de la vergüenza, se me fue la mano.
El solamente sonrió y negó con la cabeza y volvió a sentarse a mi lado, tomando su celular.
_ Recuerdas las fotos _ me dijo de repente luego de un corto tiempo de silencio.
_ Que fotos _ le pregunte fingiendo no saber a que se refería.
_ Estas fotos PRINCESA _ me dijo, mirándome con una sonrisa.
_ Tu crees que es momento de bromas _ le dije enojada cuando me dijo princesa.
_ No estoy bromeando, tu sabes perfectamente que eres mi princesa _ volvió a decirme acercando su rostro al mío.
_ Ya cállate no digas estupideces _ le dije intentando alejar mi rostro de el pero me detuvo.
_ Si no me callo me vas a volver a callar con un beso _ me dijo y prácticamente nuestros labios se rozan.
Mi corazón empezó a trabajar a mil, porque siempre tengo que sentirme así cuando lo tengo cerca.
_ Ya quisieras _ le respondí y mi pecho subía y bajaba, con rapides.
_ Porque te pones tan nerviosa _ me dijo y acerco aun mas su rostro al mío y nuestros labios quedaron pegados.
La tentación era mucha y no resistí y termine besándolo, porque tengo que ser tan débil cundo se trata de el.
Cuando nos separamos por falta de aire, ambos teníamos nuestras respiraciones aceleradas.
_ Que suerte la tuya princesa que lograste casarte con tu príncipe azul _ me susurro al oído mandando mil corrientes por todo mi cuerpo.
_ Iba a ser suerte, si es que el príncipe fuera de verdad, pero al final resulto ser todo un farsante _ le dije y me levante del banco.
_ Dices que soy un farsante y que me desprecias, pero mira no puedo acercarme a ti, porque te pones tan nerviosa cuando me tienes cerca princesa _ volvió a decirme levantándose del banco y se acercó de nuevo a mi tomándome de la cintura.
Metió su mano debajo de mi blusa y mi piel se eriza cuando siento su tacto.
_ Que crees que estás haciendo, este no es el lugar para tú juegos _ le dije y volvió a mostrarme su perfecta sonrisa.
_ Solamente una pequeña demostración de que tú eres mía princesa _ volvió a decirme con su voz totalmente cambiada, me lo dijo de una manera ronca y sexi a la vez y para que negarlo mojo mis bragas con eso, no sabía que podría evitarme solo con eso, y más después que dejo una pequeña mordida en mi oreja.
Para sacarme de él lo empuje y volví a sentarme en el banco mirándolo mal, y él se apoyó en la pared cruzándose de brazos y mirándome con una maldita sonrisa.
Aunque estaba frustrada por lo que paso el muy maldito me había provocado y era imposible no reconocer que en la posición en la que estaba y con su estúpida sonrisa se veis malditamente sexi el condenado y mis bragas se mojaron aún más.