La historia de Brandon Nixon y de Rita Valdéz es un relato conmovedor de resiliencia y redención. Después de que un evento traicionero lo dejara en silla de ruedas, Brandon se encuentra en una encrucijada, no solo enfrentando las limitaciones físicas, sino también el dolor emocional de una traición. Rita por su parte busca desesperadamente un respiro del ambiente tóxico creado por su esposo agresivo. al aceptar el trabajo, como cuidadora de Brandon, Rita no solo encuentra un escape temporal, sino también una oportunidad de sanar y de reconstruir su vida. A través de su mutua dependencia, Brandon y Rita desarrollan una amistad inusual, pero fortalecedora, demostrando que incluso en medio de la adversidad, la esperanza y la compasión pueden florecer, ofreciendo nuevas perspectivas de vida y de amor.
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Capitulo 12 Más enérgico que anoche
*RITA
Fue una noche para recordar, desperté con una sonrisa en los labios, todo mi cuerpo olía a él, tenía impregnado su almizcle en mis sabanas, era agradable. Toque a mi lado y ya no estaba, eso no me molesto, podía imaginar que la situación lo haya desconcertado al pasarle el calor del momento, pero estoy segura que lo disfruto, pude sentirlo enérgico y sus jadeos no eran de alguien que lo fingiera. Si fui elegida para su descarga de energía bienvenido, no tenía ánimos de comprometerme pronto, ni de enredarme en una relación. Y que él no se quedará significaba lo mismo.
Me incorpore enérgica, tome un baño recordando cada segundo entre sus brazos.
Mis labios danzaban de la emoción, había experimentado el #rg@sm#.
Salí luego de ese baño relajante, tome una pastilla del día después, no quería un estado no planeado.
"TOC" "TOC", escuché en mi puerta.
-Si. Respondí.
-TIENE UNA LLAMADA DE SU JEFA. Me informo el mayordomo.
-Gracias, ya bajo. Le respondí.
Termine de alistarme y baje a atender la llamada.
📞SOY RITA. Anuncie.
📞RITA, QUE SUERTE, NO ATENDIAS TU CELULAR, NECESITO EL INFORME DEL PASIENTE DE LA CAMA DOCE, LO SOLICITA EL DOCTOR GARRIDO. Me dice apresurada mi jefa.
📞Muy bien, enseguida voy. Le respondí y corte.
-Aqui tiene café. Me dice el mayordomo pasandome una taza.
-Muy amable... Le avisa al señor Brandon que me llamo mi jefa de enfermería, debo entregar un informe. Le pedí.
-Le pasaré su mensaje. Me dijo.
-BUEN DIA RITA... ¿DÓNDE VAS?. Me pregunta Noel haciéndose presente.
-Buenos días Noel... Debo ir al sanatorio. Le aviso tomando el café apresurada.
-Puede llevarte Samuel. Me dice haciendo señas a uno de seguridad.
-No es necesario, pido un Uber. Le digo.
-Insisto... Samuel, lleva a Rita al sanatorio. Le indica serio.
-Acompáñeme señorita. Me dijo Samuel.
-Bueno... Gracias. Le dije despidiéndome de Noel.
-Supe que redujo al agresor del señor. Me comenta Samuel al subir al vehículo.
-Si... Corren rápido los chismes. Le digo con una mueca.
Me llevo al sanatorio y me resultó raro que bajo junto conmigo.
-Gracias Samuel. Le dije mirándolo.
-De nada. Me respondió.
Camine hacia el interior y el me sigue.
-¿Necesitas algo? Le consulto.
-No Rita. Me respondió.
-¿Por qué me sigues?. Le consulto.
-Solo la protejo. Me responde.
Al escucharlo imaginé que eso ordenó el señor Brandon, de seguro para que su exesposa no intente nada contra mi, no habrá quedado nada contenta con la escena que le arme la vez pasada, al hacerle creer que andaba con él.
-De acuerdo... Solo mantén tu distancia mientras trabajo. Le dije y el asintió.
Llegué hasta donde estaba mi jefa y me dirigí a enseñarle donde había dejado el informe que aseguraba no encontrar.
Después atendí a unos pacientes colaborando con el doctor Garrido.
En una de esas consultas no podía creer quien ingreso, era la exesposa de Brandon con un niño de dos años, tenía los ojos marrones y el cabello oscuro, se ve que era fruto de sus engaños, pero como lo ocultó, me preguntaba al verla.
-BUENOS DIAS... ¿QUÉ TIENE EL PEQUEÑO REY?. Le pregunto el doctor.
-Mi hijo tiene una enfermedad congénita... SAF. Le dice en un susurró.
"Así que ella se pasó bebiendo durante el embarazo", pensé al escuchar lo que le conto al doctor.
-Ya veo. Le responde el doctor.
-Tiene su médico de cabecera... Pero en este momento no lo localizo... Él suele autorizar la receta... No me quieren dar la medicina sin ella en la farmacia. Le comenta ella, se ve que no me conoció, no se ha fijado en mi, aunque por lo general las enfermeras pasamos desapercibidas.
-Deme la receta. Le pidió el doctor y ella saca de su cartera pasándole.
-Ya veo... Muy bien. Comenta el doctor, se incorpora y le indica que coloque al pequeño en la camilla.
-Le haré un control... Cómo doctor es mi obligación hacerlo. Le dice.
-Si... Entiendo. Le respondió ella.
El doctor le hace los respectivos controles de rutina y luego le indica que sostenga a su hijo mientras realiza la receta.
-Gracias doctor. Le dijo ella despidiéndose.
Cuando salió del consultorio el doctor suspiro fregandose los ojos.
-Es una lastima cuando las madres no piensan en sus bebés y siguen con sus vicios como si nada. Comento el doctor.
Terminamos de atender los pacientes y ví la hora, quería llamar a Brandon para contarle o consultarle si él sabía eso de su exesposa, pero no encontré mi celular, se ve que lo deje en algún lado, comencé a hacer memoria dónde lo tuve la última vez y recordé que fue en la disco.
Por lo que salgo a divisar donde estaba Samuel para que me llevé, no lo encontraba.
¿Se habrá ido?. Me pregunte.
-¿A quién buscas?. Lo escuché atrás de mi.
-Me asustaste... ¿Donde te metiste?. Le pregunté.
-Fui al baño. Me respondió serio y lo veo con una paleta en la boca.
-Viste a un doctor. Le consulto divertida señalando la paleta.
-Me dio una de las enfermeras. Me dice señalando y veo a Julia que mira en su dirección y sonríe coqueta.
-Ten cuidado... Solo le gusta tachar de su lista los tipos con los que ella considera acostarse. Le comento.
-Aha... Y en qué consiste esa lista. Me pregunta.
-Hasta ahora a tachado jóvenes, solteros, casados, blancos, asiáticos... Creo que le falta divorciados, viudos, morenos. Le respondo.
Samuel era un moreno musculoso alto, estaba en el margen de lo que Julia quería probar, mejor dicho ella evaluaba como estaban armados, si existía una diferencia de tamaño.
-Y tú Rita... ¿Has tenido tu lista?. Me pregunta.
-Era casada. Le respondo.
-Pero habrás tenido antes... O durante. Me dice.
-No... Y no. Le respondo.
-¿En serio?... Nada... Algún doctor... Una guardia muy aburrida. Me consulta.
-No... Nada. Le respondo y me mira directo negando.
Se ve que no me creía, pero eso no me importaba, se que mi matrimonio no era para tirar cohetes, pero respetaba el hecho de estar casada, además con mi trabajo terminaba cansada, y nunca sentí esa necesidad de meterme con otro que no sea mi esposo.
-Llevame a la oficina del señor Brandon. Le pido y asiente aún pensativo.
Llegamos al edificio de Brandon, Samuel me indica donde tenía la oficina y me encamino a ella, mientras él conversa con la secretaria que le quería contar algo, se la veía nerviosa.
Cuando me aproximó a la puerta que es de vidrio, diviso que uno lo quiere atacar por lo que mi reacción es defenderlo.
"Seguro su exmujer envío a que lo ataquen"
Me nació de adentro protegerlo, por alguna extraña razón sentía esa necesidad, de seguro por todo el tiempo que compartimos y lo cuide, no deseaba que lo lastimen, no podía permitirlo.
Al sujeto que lo iba a increpar lo reduje, sin medir su tamaño, ni que llevaba un arma, si que dieron fruto las clases a las que asistí desde pequeña y seguía entrenando, siempre, para mantenerme en forma.
Escuche que uno grito "ES DUEÑO DE UNA"
¿Dueño?
¿Qué querían decir con eso?
Mientras sujetaba del brazo a punto de romperle el hombro al que quiso apuntar con su arma, trataba de entender que querían decir.
De repente se presentó uno diciendo ser mi padre y que me llamo "BRINNA".
¿De dónde salió este?
¿Será que la exmujer del señor Brandon armó todo esto?
Se equivocó en el nombre, deberían contratar mejores actores, pensé.
Comenzaron a relatar una historia de ficción.
Si que tienen imaginación, creen que soy una niña que pueden engañar tan fácilmente, no tengo esa añoranza de querer conocer a mi padre, ni que hubiera abandonado a mi madre, se muy bien que ellos fallecieron y mi abuela fue la única que me crío.
"Deberían estudiar mejor a quién quieren engañar", pensé.
Brandon me habló contándome con la voz calma lo que los otros en su relato nervioso querían decir.
"No podía creer que él les creyera"
"Era una locura lo que decían"
"De seguro mi ex tenia algo que ver en esto"
Decían que estaba bajo los efectos de una droga que me hacian creer en una realidad que no era esa. Que en realidad yo era campeona de karate y estaba en una competencia olímpica cuando me secuestraron e inducieron a esa sustancia para volverme la esposa ideal.
A qué nivel llega la imaginación para querer salirse con la suya.
Cualquiera podía ser el que planeo esto.
Tanto mi exesposo como la exesposa de Brandon.
Sin ir más lejos querían llevarme, que ingenuos, como si con unas palabras sentimentales me convencieran, de seguro me harían algo, no los conocía, por más que Noel aseguraba que era su amigo y lo conocía, al que reducí, no les creía.
El señor Brandon también tenía un amigo en quien confiaba y lo engaño con su esposa.
Al final dijeron que nos reuniríamos donde consideremos adecuado.
El señor Brandon los invito a que se retiren, era incómodo todo, no quería saber nada de esos tipos.
Suspiré aliviada abrazada a él, sentir su aroma me daba la sensación de seguridad.
-¿Te sientes mejor?. Me preguntó después de estar abrazados un rato y note que él con un control hizo que los vidrios se tornaran oscuros y no puedan vernos desde afuera.
-Si, mejor... La verdad todo esto me resulta muy raro... No le habrás creído nada a esos tipos. Le digo sería.
Él suspira profundo apretándome contra su cuerpo y posa un beso intenso en mis labios.
-No dejaré que te hagan nada. Me susurró alzándome en sus brazos.
-No debes hacer fuerza. Le digo preocupada, pero ignora lo que le comento llevándome a una puerta que tenía apartado atrás de un librero, ingresamos a una habitación.
Lo siento más enérgico que anoche, me despoja de mi ropa, me invade con ímpetu, le correspondo con la misma energía.
-No me rechazaste. Me dice agitado mientras me sujeta contra su cuerpo sin dejar de moverse y besarme con lujuria.
-Debia hacerlo. Le consultó y él sonríe negando.
-Es que anoche... Fue glorioso y quería revivirlo. Comenta jadeante.
-Si... En eso coincido contigo. Le respondo.
Los dos sentimos que despegamos del suelo, somos tan apasionados, que al entrar en contacto estallamos en un deseo desenfrenado por sentirnos.
Lo beso de manera intensa, no soy de charlar durante el acto, a él lo veo deseoso de hacerlo.
Se retira mirándome a los ojos.
-¿Qué estamos haciendo?... ¿Qué me haces?. Me pregunta.
-No es obvio. Le digo con una mueca. Él sonríe robándome el aliento con sus besos.
-Me refiero... A esto... A qué somos. Me dice.
-Quieres ponerle un título. Le consultó.
-No quiero que me olvides. Me dice.
-¿Por qué lo haría?. Le pregunto y siento que me aprieta contra él emitiendo un gemido agudo.
Sentí que me llenó de él nuevamente.
-Nunca tendría con una mujer así... Con ganas de sentirla completa... Debo confesarte que estudie tu historial médico. Me dice.
-Si, lo sé. Le respondí.
-Lo sabías. Me pregunta.
-Si, sabía que uno de tus requisitos era conocer el estado de salud de quien tenías cerca, no querías que te contagien de algo, al tener miedo a los gérmenes. Le comento.
-No tengo miedo a los gérmenes. Me dice serio.
-Y no te preocupes... Me cuido... Para evitar estados no esperados. Le comento.
-Lo se... Estaba detallado en tu informe medico. Me responde.
Me llevo de la mano a un baño que tenía ahí, invitándome a que me bañe con él.
Por lo general él era muy reservado en ese sentido, no quería que nadie lo interrumpa en su aseo personal. Pero ahora quería tenerme con él, lo sentí muy afectuoso.
-Rita se que no te operaste del apéndice. Me dice en un momento.
-¿Qué?... Si... Eso me dijo Ram... Cuando una vez me desmaye por un dolor intenso aquí. Le digo señalando.
-No figura en tu informe medico... Se ve que te mintió... Vamos a reunirnos con ellos. Me dice dejándome pasada por su determinación.