¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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A TRAVÉS DE LA VENTANA
Yair entró a la mansión con el pequeño equipaje de Jadella y vió al Conde preguntar:
«¿Está segura?»
Jadella miró a Yair que había entrado y el Conde Lucían siguió su mirada para ver a Yair. Entendió casi de inmediato y se levantó del suelo sin mostrar alguna expresión facial que lo delatara.
«lo haré Archiduquesa»
Los ojos de Jadella se iluminaron para Lucían y Leonor para que el Conde continura con un disimulado...
«así que no se preocupe, quédese aquí y nosotros iremos al Palacio Imperial para informar al Emperador que no se siente bien y la familia Reiban no podrá asistir al banquete»
En ese momento Yair soltó el aire que está reteniendo por las peligrosas palabras del Conde. Vio a su señora relajar la mirada como si de verdad eso fuera lo que le hubiera pedido.
«se lo agradezco Conde Lucían»
«por favor ponte cómoda»
Sujetó la mano de su esposa Leonor.
«será mejor prepararnos para el banquete, ya nos hemos retrasado bastante, no te preocupes»
Miró a Yair que se inclinó en símbolo de respeto y saludo cordial.
«es seguro que Sir Yair se encargará del cuidado de la Archiduquesa»
Leonor volvió a mirar con fiereza a Yair, aunque al final sólo soltó un enojado:
«¡Hump!»
Lucían se llevó a su esposa sonriendo muy carismático a Yair.
«entonces se lo dejo a Sir Yair, por favor asegure a la señora, pronto vendrá la jefa de los mayordomos y les guiará a la habitación que ocupará la Archiduquesa»
«gracias, Conde de Turín»
Lucían no dijo nada ante el agradecimiento del caballero y se fue con Leonor.
***
Tal y como lo había dicho el Conde, Yair los vió irse al banquete del Palacio Imperial y él se quedó cuidando de Jadella en la nueva habitación que ocuparía momentáneamente.
La vio sentada en su cama con la misma cara cansada y deprimida. El silencio era extremadamente incómodo y el caballero no sabía que hacer.
No tuvo que pensar por mucho tiempo pues Jadella empezó la conversación con una pregunta que dejó helado a Yair.
«¿Acaso Maximilian ni siquiera me respeta como la Archiduquesa de Reiban? Sir Yair»
«¿Eh?»
«soy su esposa, la Archiduquesa Reiban, entonces ¿No se supone que fui educada para estar a su lado por el resto de mi vida?, ¿Por qué me encierra sin decirme nada?»
Yair rechinó los dientes y se agarró la cabeza muy estresado y enojado.
«... eso no es cierto mi señora-»
«yo lo amo, todo el mundo sabe que amo a Maximilian y estaba felíz de casarme con él... dime Sir Yair..., ¿Cómo se supone que deba interpretar sus acciones tan... fuera de lugar?»
«se que el señor no ha actuado ni esta actuando de la mejor manera, pero le puedo asegurar que el señor jamás haría algo para dañarla»
Los ojos lila de Jadella fijaron su mirada en lo ojos negros de Yair que parecía muy seguro de si.
A este punto Jadella no se fiaba de sus palabras y optó por simplemente guardar silencio en lugar de estar de acuerdo con su caballero guardián.
[¿No me está haciendo daño justo ahora?, encerrarme, privarme de ver a mi madre, mentirle a mis amigas, abandonarme y ocultando a aquella mujer en nuestra propia casa]
Ella presionó más sus manos.
[Ni bien llegue voy a hablar con Maximilian. Sólo espero que el Conde pueda tener listo los documentos de divorcio para ese momento]
***
Pasaron dos meses más antes que Yair recibiera una carta de su señor anunciando que estaría en la mansión para el medio día y se lo dijo a Jadella que estaba con Leonor en un salón viendo mercancía para el bebé que pronto nacería.
«¡Perfecto!, ¡Tengo muchas cosas que discutir con ese hombre!»
Gritó furiosa Leonor ante la noticia y Jadella tomó sus manos.
«Leonor, por favor no»
«¡Pero-»
«es algo que debo arreglarlo yo misma...»
«Jadella» [sniff, mi niña está creciendo]
«Lucían y tú me han ayudado ya lo suficiente. Además, falta poco para que des a luz, así que no hagas cosas problemáticas ¿Está bien?»
«yo-»
«se lo prometiste a tu esposo ¿Recuerdas?»
«Ugh..., bien»
Abrazó a Jadella sentada a su lado.
«pero prometeme que me avisaras si ocurre algo, enviaré a Lucían por ti de inmediato»
Jadella asintió abrazandola.
«si»
Cuando se soltaron los ojos de Jadella divisaron un hermoso colgante con el dije de tres girasoles entre las mercancías que revisaban, lo tomó en sus manos y se lo dió a Leonor.
«este me gusta mucho, quiero dártelo»
«...haha... girasoles huh... Perfecto para la familia Turín»
«si»
Al final, Leonor solo pudo ver desde la ventana del estudio de Lucían como su amiga se subía al carruaje y se iba de regreso a la mansión del Archiduque Reiban.
Y en su cuello resaltaba el collar con los tres girasoles con pétalos de oro y semillas de diamantes que le dió Jadella.
Lucían le besó el cuello con ternura por la espalda.
«ella estará bien cariño»
«...no puedo evitarlo. Jadella es muy frágil, debido a que fue maltratada en el Ducado Horteira desarrolló el temor de enfrentarse correctamente a ese tipo de situaciones»
«pero ya dió un gran paso Leonor»
«...¿Le diste los documentos de divorcio que pidió?»
«si, se los dí, le dí varios por si el Archiduque se pone agresivo»
Ella dio la vuelta y abrazó a su esposo.
«¿Qué demonios le pasa a Maximilian?, ¿Por qué trata a Jadella de ese modo?, pensé que ambos se querían luego de verlos tan felices en su boda hace más de medio año»
«lo matrimonios arreglados no siempre van bien querida»
«incluso si así fuera ¿Cómo puede ignorar que Jadella es su esposa?, ¿Debería ser irrespetuoso de ese modo a la Archiduquesa de Reiban?, lo que hizo no fue diferente a ignorar la posición que Jadella posee»
«ciertamente eso es grave, puede que no tenga ningún sentimiento por ella, pero debe respetar el puesto que le dio»
«¡¡Y lo que me molesta más es que los sirvientes de la casa Reiban no hacen nada!!, ¡Sobre todo ese caballero!»
«¿Sir Yair?»
«estoy segura que ese hombre sabe lo que esta pasando, pero sigue con la boca cerrada y lo peor de todo es que resultó ser muy leal al Archiduque. Se mantuvo muy al margen de no decir algo que pudiera afectar de la mala manera a Archiduque»
«lo sé, pero por favor ahora piensa más en ti. Tienes que cuidarte, el embarazo está en una etapa muy delicada, sólo vuelve a descansar»
Leonor miró su enorme vientre, tan grande que hace meses se le fue imposible ver sus pies.
«sólo soportarlo un par de meses más Leonor»
«está bien, pero cuida de Jadella en mi lugar en esos dos meses que me concentro en nuestros bebés»
«si»
***
Jadella descendió del carruaje devuelta a esa mansión de la que Leonor la sacó hace dos meses.
Los sirvientes la prepararon para la llegada de Maximilian y cuando estuvo lista volvió a pasar por el pasillo en dónde el cuadro de bodas estaba en sus tonalidades opacas como lo había visto antes de irse con Leonor.
Se detuvo allí mismo mirando el enorme cuadro casi de la misma altura de la pared. Tan concentrada estaba que sólo pudo salir de ese trance cuando escuchó al caballo cerca.
Sólo pudo volver hacía atrás dónde una enorme ventana le daba la vista perfecta a la entrada de "su" mansión.
«¡¡¡¿...?!!!»
Su entorno se volvió oscuro, sus pupilas se dilataron al ver la entrada.
Ahí veía a su esposo llegando.
Bajando de su caballo.
Y de ese único caballo que había llegado también bajó aquella mujer con cabello rojo y ojos verdes con un hermoso vestido morado.
[¡¿Te la llevaste contigo Maximilian?!]
Su corazón se sintió sumamente herido y sin poder controlarse adecuadamente las lágrimas salieron de sus ojos y recorrieron su mejilla hasta caer en gotas hasta el suelo.
Como si fuera un instinto, Maximilian levantó la mirada y vió a aquella ventana en dónde Jadella estaba viendolo a él.
Su expresión cambio rápidamente al ver los ojos llorosos de su esposa, era un sentimiento amargo que prefería no tener.
En cambio Jadella sólo pudo pensar con algo de rabia por primera vez en su vida...
[...¿te fuiste sólo con ella y en cambio a mi me dejaste aquí y trataste de encerrarme?]
