_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capítulo 11: IRIS
Mi mente es un completo océano de pensamientos y recuerdos inconclusos, ¿que acababa de pasar? Ese sujeto, ¿él acaso dijo que me mataría?. No tengo fuerzas y nisiquiera puedo abrir mis ojos aún, intento recordar lo que sucedió hace unos minutos atrás pero es cómo si alguien hubiera apretado un botón y lo lentamente lo empiezo a olvidar todo, no puedo recordar que sucedió. Ahora aunque lo quiera, ya nisiquiera recuerdo en que estaba pensando. No logro comprender que le sucede a mi cuerpo.
Sigo sin poder abrir mis ojos mientras siento que todo a mi alrededor se vuelve oscuro, a los lejos consigo escuchar una voz, la cuál a pesar de ser distante y difícil de comprender la reconozco, es la voz de Ana. Es cómo si su voz estuviera atrayendome y sacándome de dónde estaba. Ese gran vacío en el que mi mente se encontraba ya no está. La dulce voz de Ana pareciera alejar la oscuridad que me rodeaba, siento cada ves más fuerzas. Ya no me siento cansada nisiquiera siento el cuerpo pesado. ¿Qué es lo que está pasando?
_Alice, ¿sabes una cosa? El día en que te vimos por primera vez, nos pareciste algo extraña, todo parecía asustarte y no sabíamos que tenías. Estabas muy tímida y parecía asustarte el más mínimo sonido, pero poco a poco te fuiste desenvolviendo y sonreías, ver tu sonrisa era lo más bonito niña. Me recordabas a mi hermana pequeña, se parecía un poco a ti, era callada y tímida pero cuándo sonría era como ver un ángel. Jamás he visto uno pero supongo que esa hermosa sensación transmiten. De hecho aún me la haces recordar, ella tenía casi tú edad cuándo la perdimos.
Mientras Ana hablaba sentía la paz y sinceridad con la que se dirigía a mí. Consigo juntar las fuerzas necesarias para hablar, al fin lo voy a lograr.
_Ana, ¿qué sucede? -no puedo evitar toser al preguntarle, lo que provoca que sienta un fuerte dolor sobre mis costillas. El dolor rápidamente desaparece, cómo si hace unos segundos no me hubiera torserme de dolor.
_Gracias al cielo Alice -de manera borrosa logro ver como Ana sale corriendo de al lado mío. No tardo ni un minuto e ingresa nuevamente a dónde estoy, pero ¿una doctora la acompaña?.
Cabello cobriso, ojos color zafiro, brillantes y bellos atrapaban a cualquiera. Era hermosa, perfecta y la envolvía un aura de misterio, sentía que su mirada escondia mil preguntas y mil secretos. Al verme me observa con un gran sombro, el cuál trata de disimular con una delicada media sonrisa.
_Lo tuyo es un verdadero milagro niña, diría que eres única. Jamás había pasado algo así en esta ciudad, por eso es mejor que este tipo de cosas permanezcan aquí. Debo revisarte un poco, pero prometo que será rápido. -el asombro con el que la doctora me observaba cada que revisaba alguna parte de mi cuerpo eran verdaderamente inquietante. Tenía mil y un preguntas con respecto al comentario que había hecho anteriormente.
Levanto la mirada y noto que estoy en una habitación común, parece cómo si la habitación hubiera sido armado para situaciones discretas. Miro para el costado y la única a mi lado es Ana. Me siento un poco mareada, no tengo idea de lo que sucede. Mientras más intento recordar más difícil se me hace, no recuerdo nada, absolutamente nada antes de lo de hoy. Y un extraño recuerdo aparece de la nada, una situación de dolor y sufrimiento se hacen presentes en mi memoria. Iris, mi madre y yo somos las protagonistas de dicho recuerdo. No puedo evitar preguntar, las ganas por preguntar crecen cada ves más.
_Ana, ¿dónde está mi madre? -miro de reojo y logro notar que tanto la médica como Ana intercambian miradas, cómo si estuvieran ocultando algo. No soy tonta, así que nuevamente me atrevo a preguntar.
_Ana, ¿en dónde está mi madre?. -Siento cómo si me etuvieran ocultando algo. Nuevamente logro ver un intercambio de miradas. Pero esta ves la que se decide a hablar es la doctora.
_Alice, yo soy la Doctora Libana Berck y actualmente soy la encargada de atenderte. Y estoy muy segura de que tienes muchas preguntas para hacerme y prometo responderlas, pero antes debes descansar un poco más.
_Doctora Berck, acabo de despertar así que no me siento cansada nisiquiera un poco. Y si, tengo muchas cosas que preguntar, pero antes respondan. ¿En dónde está mi madre? Y por favor díganme que pasó.
_Mi niña, me duele en el alma pero debo decirte, Iris ella, no sobrevivió. El incendió acabó con ella y con todo. - los ojos de Ana se llenan de lágrimas y veo cómo hace fuerzas para no llorar.
_¿De qué incendio hablas? Mi madre...-mi mente se vuelve un caos y siento cómo mi corazón empieza a latir más fuerte. Escucho gritos y sólo gritos por lo que tapo mis oídos con las manos y cierro mis ojos. En un momento un gran silencio me invade nuevamente y en mi mente aparece ella, mi madre. Ahora recuerdo que hace tan sólo 24 hs ella me había golpeado.
_Alice por favor regresa, no te hagas esto. -los ojos de Ana se encuentran con los míos-.
_Ana mi madre me golpeó, lo hizo ayer. Ella no es consciente de lo que hace. -intentaba justificar los maltratos que recibía-.
_Mi niña eso es imposible.
_¿Pero porqué dices eso Ana?, mamá está viva, ella no puede estar muerta si hasta ayer habiamos discutido. -La interrumpo nuevamente antes de que hable.
_Es imposible, que todo esto haya pasado ayer cariño.
_¿Porqué dices que es imposible?
_Porque apenas acabas de despertar Alice.
_Ayer debí haberme desmayado o algo asi, pero hasta antes de llegar y despertar aquí, mi madre estaba viva.
_Alice, eso es imposible. Ya que hoy recién despertaste de un coma de 1 mes. Lo que conocías cómo hogar ya no está, un incendió acabó con todo. Un incendió que la propia Iris ocasionó.
Estaba en completo shock, las palabras de Ana cayeron sobre mi como un balde de agua helada. No podía creer lo que decía. Aunque por otro lado no puedo recordar otra cosa que no sea la golpiza que Iris me dio.
No me siento bien, mis manos sudan, mi corazón late con más velocidad, siento que el aire me falta. ¿Iris ya no está?