Ella lo ama a pesar del a gran diferencia de edad.
Él solo la ve como su hermanita menor.
¿Podrá triunfar el amor?
Para quienes han leído Rosas Amarillas esta es la historia de Cameron y Lizet desde que la llama creció en el corazón de una pequeña adolescente.
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Tiempo
En la vida nadie se salva del efecto boomerang
Lizet quedo pensativa hasta que la voz e su amigo irrumpió
-Voy a decirte algo linda, hay algo de lo me arrepiento en cuanto a mi relación con Edu- Lorenzo aparto la lapicera con la que jugaba y la observo.
-¿Existe algo de lo que te arrepientes?- rio incrédula acomodando su cabellera negra a un costado
Lorenzo asevero con la cabeza y curvo sus labios.
- Si cariño… haberlo hecho esperar tanto por mí\, porque mientras esperaba pasaba el tiempo\, no solo a él\, a mí también- sonrió recordando las locuras que hizo el argentino para conquistarlo- tiempo para decirle que lo amaba\, tiempo para besarlo\, tiempo para enojarme y reconciliarme… Tiempo cielo y el tiempo no vuelve. Su amigo se inclinó hacia adelante apoyando los antebrazos en sus piernas
-Muchos te van a decir que lo puedes recuperar, pues lamento decirte que es mentira, tengo 32 años aun deseo recuperar mis 22, pero ya ves, sigo aquí. ¿Lo entiendes corazón?
-Solo no quiero salir lastimada- Lizet suspiro contrariada
-Mira princesa en el amor nada es seguro, pero dos años atrás no te hubieras imaginado que ese bombón vendría por ti o me equivocó
Ella solo pudo aceptar, Cameron estaba allí, todo lo que había esperado estaba sucediendo.
-Entonces que esperas, no te digo que te lances de una, pero aprovecha una sesión de besos furtivos, unos celos aquí y allá y luego lo devoras para no dejarlo escapar. Aprovecha el tiempo, no lo pierdas
El platinado se puso de pie y se acercó a ella para darle un beso en la frente- ahora andando, vamos a ponerte más bella, ese bombón se va a derretir de solo verte, -
-Me gusta tu idea- Tomo su bolso para abandonar la oficina del brazo de su amigo
Las palabras de Lorenzo la llenaron de vida, de seguridad. Debía entregarse a lo que sentía, tenía arriesgarse, lo hizo antes sin ninguna chance, esta vez todo era diferente.
Saludaron al personal y se dirigieron al estacionamiento, Lorenzo iba entusiasmado detallando cuales son los tratamientos que se harían, Lizet negaba escuchando las locuras de su amigo hasta que sus ojos quedaron clavados en una dirección, su estómago se estrujo y cada musculo de su cuerpo comenzó a tensarse.
-¿Qué sucede linda? – El rubio al no recibir respuesta siguió la mirada de Lizet- ¿Esa mujer es Denisse? Si no me equivoco la hija del director de técnica. ¿Pero a quien abraza? Lorenzo tenía su cabeza ligeramente inclinada y sus ojos entrecerrados tratando de distinguir quienes eran esas personas.
-El bombón- afirmo Lizet envuelta en celos, una vez más la desilusionaba
Lorenzo no omitió palabra solo tomo la mano de Lizet y la guio al vehículo.
Cameron estaba a unos metros abrazando animadamente a una bella morena que no dudaba en apretarlo aún más a su delicada figura.
El empresario ajeno a lo que sucedía jamás pudo imaginar que tan inocente acción con una de sus ex conquista y amiga de la universidad lo pondría en la espada y la pared.
Se alejó del abrazo con una sonrisa y por instinto volteo descubriendo como Lizet subía a una camioneta negra
-Lizet- susurro y sus ojos se abrieron asombrados
-¿Qué? dijo la hermosa mujer junto él
Los ojos de Cameron siguieron la camioneta que paso junto a ellos, las verdes esmeraldas se cruzaron con su mirada cuando lentamente el cristal polarizado terminaba por cerrarse perdiéndola de vista
-¿La conoces?- pregunto curiosa su acompañanta
-Si es la mujer más importante de mi vida
-Wow esto es nuevo Cameron Anderson, encontró el amor
-Que puedo decirte, espere demasiado. Se encogió de hombros sintiendo una profunda preocupación
-Seguro lo malinterpretó- su mano llevo el cabello hacia atrás lleno de frustración\, parecía que nada podía salir bien.
-Te invito almorzar, y me cuentas-
-Denisse gracias, pero no creo, mejor no.
-Hey debes comer, de paso puedes conocer a mi niño.
-¿Te cásate?- la miro sorprendido
-Sí, pero me divorcie- Sonrió la morena, y sus profundos ojos verdes lo vieron coqueta.
-No son como los de Lizet- pensó
-Lo lamento
-Yo no, fue lo mejor, bien vamos, pero antes acompáñame a buscar los pases vip para el evento de moda
-¿Evento de moda? pregunto interesado, eso significaba que Lizet estaría allí
-Sí, quieres acompañarme realmente me haría feliz, no quiero ir sola, papá no puede y me queda un pase.
-Claro, estoy muy interesado en estar allí
-Perfecto, ahora vamos guapo, debemos recuperar diez años- la mujer sonrió y lo jalo de la mano.
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El spa era uno de los lugares preferidos de Lorenzo para sacarse todo el estrés que le ocasionaba la elaboración de los diseños de la próxima temporada, pero después de lo sucedido estaba claro que este no sería el día.
-Tiempo, yo me preocupaba por el tiempo, y el abrazado como un koala,
-Tranquilízate- la voz relajada resonó, el rubio estaba con rodajas de peino en el rostro
-Lo viste, claro… te extraño, quiero verte, - Lizet imitaba graciosamente la voz de Cameron - maldito imbécil
-Mira princesa, - Lorenzo saco una de las rodajas de su ojo y la espió- si portara tu cuerpo, no dudaría en cazar a ese hombre, tiene todas las de ganar, solo fue un abrazo, tampoco se estaban besando, ven aquí—palmeo la camilla junto
Lizet se acercó con un puchero y los ojos cristalinos aguantando las lágrimas.
-Vamos hacer que se deshaga por ti, y vas a aprovechar de ese manjar- El platinado acarició la cabellera de su amiga para consolarla
-Bien. Susurro tratando de componerse.
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La tarde en el spa cambio los ánimos, luego de realizar unas compras volvieron a al departamento; Lizet estaba un piso antes por lo que decidieron dejar las bolsas primero allí.
-Hola hermosuras- sonrió Eduardo saliendo del departamento de Lizet-
-Hola bebé, te extrañe- Lorenzo se abrazó a su novio y le dio un dulce beso
-Basta por favor, no hagan eso delante del hambriento si- Lizet sonrió tapándose los ojos
-Toma preciosa este es tu jugo de llaves- Eduardo extendió la llaves y Lizet las tomo
-Deje un regalo para ti en la sala- guiño un ojo coqueto.
-Lorenzo hizo un `puchero juguetón- y para mi nada
-Claro hermoso, pero ese te lo doy en casa- Eduardo soltó un gruñido y mordió el cuello de su novio
-Listo, gracia por el regalo seguro es hermoso, y ahora será mejor que entre o pronto veré una película triple x
-La pareja se despidió y Lizet se adentró al solitario lugar, dejo sus cosas a un costado y se descalzo para disfrutar del piso helado.
Sus ojos se iluminaron cuando en la sala se encontraba la enorme fotografía de la calle Via Madonnina, los tonos rojos resaltaban en el fondo blanco y negro
-Eduardo definitivamente eres un genio- susurro.
……
Lizet paso el resto del día encerrada, trato de ahogar sus pensamientos en el trabajo y luego de prepararse cacao caliente salió al balcón a respirar el frio aire de Milán, cubierta de una manta.
La vibración del teléfono junto a ella la obligo a dejar de ver las luces de la ciudad, dudo por varios segundos antes de atender, pero su deseo fue mayor.
No hablo solo recogió el teléfono, sus labios no dejaron salir sonido alguno
-Pequeña- la voz de Cameron podía alterar cada una de sus células- se acomodó en la silla y apretó fuertemente el edredón
-Cam. Susurro
-Te extraño, lulú, por favor no cortes- Cameron sonaba sincero, ansioso
-¿Qué quieres Cam?- dejo salir casi sin vida
-A ti- la respiración agitada de Cameron atravesada la línea
Lizet alejo el teléfono para comprobar quien llamaba, Bombón, así lo había agendado
-¿Qué?- preguntó dudosa
-Vine por ti, solo déjame encontrarte, por favor, sé que fui un idiota, sé que soy un idiota, pero no tienes ideas la falta que me haces.
El corazón latía a gran velocidad, las lágrimas amenazaban con salir, esto era demasiado para asimilar
-Lulú no te alejes de mí, por favor, por favor bebé tenemos que hablar- la voz de Cameron atravesó cada fibra de Lizet y sus defensas cayeron sin mas
- Quadrilatero d'Oro- dejo salir
-¿Qué? La voz ansiosa de Cameron
-Si puedes encontrarme allí, hablaremos- la llamada términos-
Lizet sonrió feliz, soberbio el chocolate caliente, dejando salir un gritito para luego cubrirse con la manta; mientras en el hotel Moscova alguien celebraba como un niño rodando en la cama.
-Allí voy a estar nena- susurro Cameron aun sujetando el teléfono y sonriendo a la nada.