VENDIDA.

Días después Sienna se siente un poco mal y en el hospital le dan información que pueda haber un problema con su cuerpo, ya que este no se encuentra en óptimas condiciones para cargar a dos bebés.

Le informan que su útero no está completamente desarrollado debido a la mala nutrición y fuertes hematomas que ha sufrido por años.

Gracias a estos problemas puede haber complicaciones durante el parto.

Pero el hospital no cuenta con los instrumentos necesarios para verificar a profundidad su estado.

Así que Sienna tendrá que volver a la ciudad de la que una vez apenas pudo escapar, para checar su salud.

La sola idea la aterra, pero no tiene opción si es que quiere mantener su embarazo con seguridad.

Edgar amablemente se ofrece a acompañarla.

Dejan a su vecina el cuidado de los niños y se embarcan en el regreso a ese horrible lugar que alguna vez fue su hogar.

Los dos se hospedan en un recinto justo al lado del nosocomio.

El primer día revisan todos los archivos relacionados con la salud de Sienna hasta ese momento.

Monitorea los latidos de las bebés y efectivamente Sienna daría luz por cesárea, ya que su cavidad no es apta para dar a luz de forma natural.

Pero deben esperar para recibir el segundo informe más detallado.

Al salir del hospital Sienna cree ver a alguien conocido.

Pero no le da importancia, ya que se encuentra agotada por todos los exámenes y el peso de su cuerpo.

Aunque su barriga no es grande, es un trabajo duro cargar con dos niñas dentro de ella.

El segundo día le informan que una de las pequeñas tiene el ritmo cardíaco más leve que la segunda.

Esta es la más pequeña y delicada.

Sienna necesita medicamento y mucho reposo.

Edgar, que no se ha apartado ni un solo segundo del lado de Sienna anota todas las indicaciones atentamente.

Sí Sienna sigue a pie de letra todas las instrucciones no habrá complicaciones y llegará a término sin problema alguno.

Ya con la certeza de que no es nada grave, ambos respiran aliviados.

Antes de marcharse del hospital, Sienna se dirige al baño dejando a Edgar a unos cuantos pasos de ella, pagando las cuentas médicas.

De pronto ve como una mujer ingresa y se para junto a ella en el lavamanos.

__ ¡Pero mira qué sorpresa! ¿No eres la maldita pordiosera?

Sienna reconoce la voz de Anaís y se aleja apresurada.

__ Maldita zorra. ¿Cómo te atreves a llevar en tu asqueroso cuerpo al hijo de mi prometido?

__ No sé de qué me habla señorita. Este niño no tiene nada que ver con el joven Emiliano.

__ ¿Crees que somos estúpidos? Emiliano te ha buscado por todos lados para deshacerse de ti. ¿Quién crees que me mandó aquí?

Entro en pánico al escuchar esas palabras y miento descaradamente para salvar a mis hijas.

__ ¡Por favor! Le aseguro por mi vida, que este niño es hijo del hombre que se encuentra afuera conmigo. No tiene nada que ver con el señor Emiliano.

__ Ja Ja ¡Claro! Qué más se puede esperar de una sucia puta que disfruta de abrir sus piernas a cualquier bastardo.