Irina mata a su esposo, tras enterarse que tiene secuestrada a la hija de su jefe para violarla y golpearla.
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Cuerpos
Una expresión de terror se desató en el rostro del detective, al ver como era desmantelado el cuarto donde había dejado el cuerpo de Axel. Dante tenía las manos heladas, tomó una linterna de su bolsillo disimulando sus nervios para ver con más claridad. La luz apuntó un hueco lleno de huesos humanos, giro la vista y se encontró con un cráneo. Se quedó helado, intentando convencerse de que no era un sueño. "Cómo alguien podría haber enterrado varios cuerpos sin que nadie suspira nada", se preguntaba dando un paso para echar un vistazo al otro lado del cuarto.
Al rededor de ocho cuerpos fueron identificados. Dos días después Dante fue a ver a Martina. Ella estaba en su casa con su padre, no estaba segura si dar una declaración, o seguir guardado ese secreto a su padre.
—No tengas miedo de hablar, Martina— le dijo el detective, mirándola con mucho cariño— necesitamos aclarar las cosas.
Martina miró a su padre, y él le proporcionó seguridad. Matías dejó pasar a su casa al detective para que pudieran hablar con más comodidad.
—¿Desea tomar algo detective?— Matías le ofreció, mientras se sentaban.
—No, gracias.
—Martina ¿Conoces a Irina Duran?—el detective preguntó a la joven, borrando su sonrisa para ponerse más serio y hacer su trabajo.
—Sí. Trabajaba en la empresa de mi padre.
—¿Conocías a su esposo?
Martina recordó lo que ese desgraciado le había hecho. Guardo un poco de silencio antes de contestar.
—Sí.— contestó tomando la mano de su padre.
—Hable con Irina, ella me dijo que ese hombre te violo. ¿Es verdad?
Martina miró a su padre y asintió con la cabeza. Matías sintió el dolor de su hija y la abrazo. "Hijo de puta, te voy a matar", pensó con toda su rabia.
El detective les dio unos minutos para que se mejorarán, de tal afirmación.
—¿Puedo continuar?— preguntó el detective después de que Matías secó las lágrimas de su hija.
—Si— respondió Martina para terminar de una vez con ese momento incómodo.
—Encontramos el cuerpo de Axel en el mismo edificio donde vivía. ¿Qué pasó ese día, Martina?
—¿Está muerto?— preguntó Matías.
—Si, señor—contestó el detective a Matías.
—¿Quién lo mató?— preguntó Martina.
—Eso es lo que estamos averiguando. ¿Cómo fue que escapaste?— el detective volteó la mirada hacia la joven.
—Irina, me salvo. No recuerdo bien lo que paso ese día, solo recuerdo que Irina me dijo que me fuera.
—¿Martina, podrías hacer un esfuerzo y recordar lo que paso ese día?
—Me alegra mucho que ese violador esté muerto. No me hace feliz recordar lo que paso ese día, detective. Así que no quiero hablar más. — dijo la joven y se fue a su habitación.
Matías se disculpó con el detective, pero era entendible la situación.
Matías fue a ver a su hija, ella estaba sentada en su cama intentando comunicarse conmigo.
—¿Estás bien, amor?— Matías preguntó a la joven.
—Papá, no quiero que Irina vaya a la cárcel.
—No irá, hija. ¿Qué paso ese día?
—Irina no sabía que estaba ahí, cuando llegó de su trabajo ese hombre estaba queriéndome violar una vez más. Pero Irina llegó y le gritó, él se abalanzó sobre ella también y la violo, no sé cómo hizo, pero después de un rato ella lo llevó a la cocina y le clavo con un cuchillo. Él cayó al suelo y ella me dijo que me fuera. No quería salir sin ella, pero ella insistió a que me fuera.
—Debí cuidarte más mi amor, perdóname— dijo Matías abrazándola.
—Irina me salvó, ayúdala, papá.
—No te preocupes amor, ella estará bien.
—Intente llamarla, pero no me contesta.