La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.
A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.
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Capitulo 22: Una nueva perspectiva
**Las fotos seguían flotando en su mente,** como un recordatorio doloroso de lo que había sido su relación con Alex. Lo que antes había sido una mezcla de amor, risas y planes a futuro, ahora se veía claramente como algo roto desde el principio. **Valeria empezó a cuestionar todo,** cada palabra, cada promesa. Todo parecía teñido de mentira.
**Esa noche, en casa de Claudia,** mientras ambas cenaban en silencio, Valeria rompió el silencio, dejando el tenedor a un lado.
—*Clau, creo que siempre he estado ciega,* —dijo, con voz apagada pero firme.
—*¿Qué dices?* —preguntó Claudia, inclinándose hacia ella.
—*Alex nunca fue quien pensé. O mejor dicho,* —Valeria respiró hondo—, *siempre lo fue, pero yo no quería verlo. Fui yo quien lo idealizó, quien le puso un pedestal, pensando que era mi todo. Y ahora... ahora me doy cuenta de que solo me estaba aferrando a una ilusión.*
Claudia la miró en silencio, permitiéndole desahogarse.
—*Creo que ya es hora de dejarlo ir de verdad,* —continuó Valeria, su voz más decidida—. *Necesito que le entregues un mensaje.*
Claudia arqueó una ceja.
—*¿Un mensaje? ¿De qué tipo?*
—*Quiero que le digas que lo perdono,* —Valeria sostuvo la mirada de Claudia con determinación—, *pero que no volveré a su lado. Que esto es el fin para mí. Que no busque más. Y que espero que encuentre lo que sea que estaba buscando.*
**Claudia parpadeó, sorprendida.** No esperaba que Valeria tomara esa postura, y aunque le dolía ver a su amiga pasar por todo esto, entendió que este era un momento de crecimiento para ella. Valeria no solo estaba dejando atrás a Alex, **estaba recuperando el control de su vida.**
—*Si estás segura... lo haré,* —respondió finalmente Claudia—. *Pero quiero que sepas que estoy contigo en esto, pase lo que pase.*
**Valeria sonrió débilmente,** agradecida por la lealtad de su amiga.
—*Lo estoy, Clau. Por primera vez en mucho tiempo, lo estoy.*
Y en ese momento, Valeria supo que había dado un paso más hacia la libertad.
**Capítulo 22: Una nueva perspectiva (continuación)**
**Esa noche, después de hablar con Claudia,** Valeria se recostó en el sofá de la sala, incapaz de dormir. Las imágenes de las fotos seguían invadiendo su mente, pero ya no sentía el mismo dolor lacerante. En lugar de eso, había una sensación de paz, como si poco a poco los pedazos de su corazón empezaran a recomponerse.
**Por primera vez en mucho tiempo,** no se sintió rota por completo. Había algo liberador en soltar lo que más amaba, en aceptar que no todo estaba destinado a durar.
**El teléfono de Claudia vibró sobre la mesa.** Claudia lo revisó y vio que era un mensaje de Alex. Le había escrito varias veces durante el día, intentando averiguar dónde estaba Valeria, desesperado por una respuesta. Sin embargo, Claudia lo había ignorado.
—*No puedo seguir ocultándoselo para siempre,* —dijo Claudia con un suspiro, mientras se sentaba junto a Valeria—. *¿Estás segura de que quieres que le diga lo que decidiste?*
**Valeria asintió sin dudar.**
—*Sí,* —respondió con firmeza—. *Ya no hay vuelta atrás. Este ciclo tiene que cerrarse. Lo que tuvimos fue hermoso en su momento, pero se ha terminado. No hay nada más que pueda darme, y yo tampoco puedo seguir aferrada a un pasado que solo me lastima.*
Claudia la miró por un momento, buscando cualquier rastro de duda en sus ojos, pero solo encontró una determinación nueva, fuerte, y algo que no había visto en mucho tiempo: **resiliencia.**
—*Está bien,* —dijo Claudia, tecleando el mensaje con rapidez—. *Le diré lo que me pediste.*
**Mientras Claudia enviaba el mensaje,** Valeria cerró los ojos y respiró hondo. Había algo definitivo en ese instante, como si al apretar el botón de "enviar", finalmente liberara el peso que había estado cargando sobre sus hombros.
**Al otro lado de la ciudad, Alex** miraba su teléfono como si su vida dependiera de ello. Cuando la notificación apareció en la pantalla, su corazón se aceleró. Abrió el mensaje y leyó las palabras de Claudia:
*"Valeria te perdona, pero no va a volver. Esta es su decisión final. No la busques más."*
**El golpe fue devastador.** Su pecho se hundió, y todo el aire parecía escapar de sus pulmones. Se sentó en el borde de la cama, sosteniendo el teléfono entre sus manos, sin saber qué hacer con esa verdad.
**Valeria se había ido.** Y esta vez, no solo físicamente.
Ella ya no era suya.
