Roselin sufrió a causa de su primer amor, por una infidelidad por parte de su pareja decide separarse de forma inmediata, sin embargo, su corazón roto no dejaba de doler, por esto decide ir a un bar y beber un poco. A causa del alcohol Roselin termina pasando la noche con un desconocido que resulta ser un atractivo CEO, está intenta ignorarlo, pero ¿Podrá resistirse a los encantos de aquel hombre tan encantador y directo?
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Malentendido
Los días pasaron con tranquilidad, Roselin se había adaptado a la empresa, tampoco era tan difícil para ella, sin embargo, con cada día que pasaba también era más y más cercana a Sebastián, siempre que estaban a solas este buscaba inteligentemente el momento para besar a Roselin, aunque ella tampoco se quejaba.
Sebastián cada vez era más insistente, Roselin de vez lograba evitarlo con excusas, pero no siempre podía huir, su extraña y cercana relación se fue haciendo cada vez más incontrolable, pues, Roselin había pasado de huir de Sebastián a huir de él todas las mañanas, una actitud muy cobarde de su parte.
Al llegar a la empresa como era común notó que Sebastián estaba un poco más estresado de lo normal, también estaba más agitado, era como su estuviera preocupado, pero Roselin no sabía la razón, pues, este no le había comentado sobre alguna reunión o algo, solo sabía que estaba caminando de un lado a otro.
—Buenos días, ¿Pasa algo? Te ves muy agitado.
—Buenos días, en realidad…
El rostro de Sebastián mostró un poco más de preocupación, esto preocupo a Roselin, pues el rostro de este, en sí era difícil que Sebastián cambiará sus expresiones, era un profesional controlando tanto sus emociones como sus expresiones, esto hacía muy difícil descifrar lo que pensaba.
—¿Es tan malo?
—Depende de la forma en la que veas… lo que pasa es que los niños solo dicen las cosas sin pensar.
—Estoy confundida… ¿A qué te refieres? ¿Qué tienen que ver los niños? ¿Qué niños en primer lugar?
—Hablo de Santiago, el problema es que le dijo a mi madre… le dijo a mi madre que tú le contabas cuantos todas las noches y la cuestión es que quiere conocerte.
—¿Por qué quiere conocerme su madre? Solo leía cuentos para Santiago, no hice algo más.
—El detalle está en que tal vez mi amado hijo se refiriera a ti como su segunda madre… no sé como lo tomó mi madre, pero quiere conocerte.
—Señor CEO, debería explicar bien la situación, yo más que nadie deseo evitar malos entendidos o momentos incómodos.
—Lo hice, mi madre no me cree, al parecer es imposible que mi hijo se le tomará tanto cariño a una simple asistente.
En definitiva la suerte no estaba del lado de Roselin, ella no era la persona para retar al destino, esta vez solo dejaría que las cosas pasarán y ya, no estaba dispuesta a intentar llevarle la contraria al destino natural de las cosas. Tal vez si ella misma le explicaba su simple situación de empleada a la madre de Sebastián esta entendería el malentendido, Roselin deseaba huir de todo tipo de relación, era más que obvio que no quería tener malos entendidos con nadie o relacionarse en medio de una familia problemática.
Sebastián estaba en una familia problemática, bueno en realidad sí, su anterior esposa era conocida por ser escandalosa y muy caprichosa, su madre era conocida por despreciar a las personas que no tuvieran un estatus similar al de ella y de por sí la prensa siempre estaba al pendiente del más mínimo acto de Sebastián.
—¿Cuándo quiere que nos reunamos?.
—Esta noche.
Roselin se sorprendió tanto que su rostro se puso totalmente pálido, parecía un fantasma, incluso sus labios estaban pálidos, sus piernas temblaron levemente hasta que recobró sus sentidos.
—¿Por qué tan pronto?
—No lo sé, mi madre no acostumbra a dejar nada para después.
—E… está bien, tendré que ir a mi casa antes.
—Está bien, lamento tanto esto.
—No se preocupe, en realidad solo estoy un poco sorprendida.
—Santiago no vendrá hoy, puedes concentrarte únicamente en tu trabajo.
—Gracias, señor.
Roselin fue a su oficina e intento terminar su trabajo lo más pronto posible, su mente comenzaba a divagar por momentos, pero ella intentaba concentrarse, antes de que lo notará ya era hora para irse, se despidió de Sebastián y fue directamente a su casa.
Sebastián estaba más preocupada por la situación que la misma Roselin, él conocía a su madre, aunque Roselin realmente fuese su pareja o algo a sí intentaría ni presentarla nunca a su madre. Él adoraba a su madre, pero también debía admitir como era realmente está, lo que Sebastián más anhelaba es que su madre no dejara salir esa parte de su personalidad que él tanto detestaba.
Cuando ella se lo proponía podía hacer que cualquier persona se deprimiera, su madre juzgaba a las personas por lo que tenían y después por su personalidad, esto llevó a que Sebastián viviera un matrimonio arreglado, un infierno en vida propia.
Sebastián esperaba que al menos su padre acompañará a su madre, este tenía una actitud tan calmada y serena que sin esfuerzo alguno lograba controlar la personalidad de los demás, en específico la de su madre.
Sebastián notó que su jugada salió realmente mal, fue sucio usar a su hijo y ahora el karma estaba cobrando por su mala jugada.
Cuando Roselin se fue Sebastián no pudo evitar mirar su reloj y suspirar, deseaba con mucha fuera que el tiempo se congelará y no tener que reunirse esa noche, él sabía que Roselin intentaría arreglar el malentendido, pero su madre no querría aclarar absolutamente nada.
Sebastián se levantó de su asiento y recogió sus cosas, al subir a su auto para ir a su casa no pudo evitar pensar un poco más en todas las estupideces que había hecho para llamar la atención de Roselin.
Había hecho tantas cosas que Sebastián comenzó a reconsiderar lo que sentía por aquella hermosa y coqueta mujer, más que coqueta era simplemente encantadora. Pero sin importar que tanto intentará creer Sebastián, no sabía la razón de su fiel insistencia, tenía cualquier tipo de mujer a su disposición, pero se había tomado a Roselin como un fuerte capricho, no sabía ¿por qué esa mujer se había clavado en lo más profundo de su mente?.
Incluso había roto los límites de espacio e insistencia, siempre intentaba que Roselin cediera a estar cada vez más cerca de él, la besaba sin previo aviso y solo ella estaba rondando por su cabeza casi todo el tiempo. Sebastián quería entender que era lo que sentía. Tal vez si estaba más cerca de Roselin encontraría aquella respuesta que tanto lo atormentaba.