Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Sentimientos encontrados.
Aarón.
Domingo 10 de Abril:
- Últimamente te noto algo distraído ~Kristen llama mi atención~ ¿Estás bien?
- Sí... Es solo... ~la miro~
Ella está dormida en sus brazos mientras ella acaricia su pelo. Últimamente, Ella no quiere que Kristen salga de nuestra casa, incluso ha tenido que dejar muchas de sus cosas aquí.
No me molesta la idea de que pase tiempo aquí en casa, pero me asusta que... Elena regresé. No porque nos vea, sino porque no quiero que se cree un drama frente a Ella.
No he dejado de pensar en nuestro reencuentro en NY, esa mujer logró revolver mis sentidos como tiempo atrás, me asusta que eso sea lo suficiente fuerte como para hacerme olvidar todo el sufrimiento que me causó. No quiero perdonarla, aún siento todo muy resiente a pesar de que Ella cumplirá los cuatro años.
Tampoco quiero arruinar esto, esto que estoy viendo justo ahora. Kristen me ha soportado muchos desplantes y ama profundamente a Ella, me lo ha demostrado, ahora... Ella ya está muy encariñada, incluso ya la llama "mami".
No quiero ser el chico inmaduro de antes, tampoco quiero estar involucrado en romances fallidos, no quiero darle eso a mi hija. A lo mejor si formalizo todo como debe ser, mis pensamientos y alucinaciones con Elena desaparezcan.
- Cariño ~le sonrió~ ¿Y si te vienes a vivir definitivamente aquí?
Me mira sorprendida. Sé que ella ha querido algo serio y estable desde el primer momento, creo que se lo merece, también me lo merezco. Merezco ser feliz.
- ¿Estás hablando en serio? ~me mira fijamente~
- Sí, ya estamos cansados de que tengas que irte casi siempre que vienes ~sonríe~
Con cuidado se levanta de la cama con Ella en sus brazos, seguramente la dejará en su habitación. Cuando regresa, cierra la puerta y luego da un grito lanzándose sobre mí.
- ¡Viviremos juntos! ~dice saltando sobre mi regazo~ ¡Seremos una linda familia!, ¡soy madre de una princesa!
Río levemente, pero... "Soy madre de...", por alguna razón siento una leve operación en el pecho, pero lo ignoro.
- Quiero que en esa semana traigas lo necesario ~aparto un mechón de su cabello y lo pongo detrás de su oreja~ Ella estará muy feliz.
- Apuesto que sí ~me besa~
Me quito el pantalón de pijama y se quita el short de la suya. Nos besamos y siento como toma mi falo y acaricia su intimidad contra él.
- Eres muy pervertida ~jadeo cuando lo introduce lentamente dentro de ella~
- Sí, lo soy ~gime y comienza a mover sus caderas~
- Me encanta ~la tomo del cuello y la beso~
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Al día siguiente:
- Señor, Anthony Vannucci está aquí ~dice tras la línea~
- Hazlo pasar ~cuelgo~
Aunque sea mi pareja, lo que amo de Kristen es que no mezclan lo personal con lo laboral, sabe que aquí en la empresa soy su jefe.
Anthony Vannucci es un italiano amante a las carreras, es quién busca crear un nuevo equipo, pero necesita un patrocinio. El hombre es hijo de uno de los mafiosos italiano más grande de Europa Bernardo Vannuci. Su mafia está ligada con la Di Lauro; los que gobiernan prácticamente toda Nápoles.
Obvio se hacen pasar como grandes empresarios, pero los que sabemos la realidad, somos conscientes de que son muy peligrosos cuando se lo proponen.
Anthony quiere mis Bellerose sean la cara y marca de su equipo, ya tiene corredores y solo necesita los autos de carrera. Aunque el equipo lleve mi apellido él será el dueño y representante de este.
- Déjame decirte que tu MX33 ya está entre mi colección ~sonrío y me levanto para saludarlo~
- Eres rápido.
- Siempre ~ambos nos sentamos~ Bueno, espero que tengas una respuesta, pero antes, quiero decir que estás emergiendo en la industria automotriz y esto será un saltó a la gloria para ambos. Tengo a correderos entrenados y muy buenos que quieren crecer como pilotos de NASCAR ~lo veo cruzar una pierna sobre la otra~ Tu marca en un Stock Car... Bellísimo.
- Tienes razón ~me recuesto en el espaldar de la silla~
- Obviamente, aunque todo será por cuenta mía, tu marca y tú serán muy importante en las carreras, creo que eso lo sabes ~sonríe~
Kristen entra y le entrega una taza de café a él y la mía la deja sobre mi escritorio, no paso desapercibido como la mira. No me molesta, reconozco que mi chica es realmente hermosa y con una figura para verg*s.
- Tu secretaria es una diosa... ~se voltea para verla por detrás~
- Sí, en la cama lo es más ~lo miro fijamente y él ríe alzando sus manos~
- Tranquilo, seremos socios, ya sé que no la puedo ver ~suspira~ ¿Entonces?, ¿serás mi marca de NASCAR?
Son gente brava, pero soy leales en sus negocios y hombres de palabra, no se meten con quién no se meta con ellos. No me está pidiendo lavar dinero, ni nada que tengo relación con drogas...
- No quiero absolutamente nada ilegal aquí y mucho menos lavarás dinero con mi apellido ~digo con seriedad~
- ¡Excelente! ~se pone de pie~ Pronto nos estaremos reuniendo para concretar todo como debe ser.
Nos despedimos y lo sigo hasta la puerta, veo como sigue derecho sin ni siquiera mirar a Kristen, de eso hablo. Está fuera de su alcance porque es la mujer de su socio (o sea, yo).
- Que porte... Un hombre sexy sin duda ~frunzo el ceño~
- ¿Sí? ~se gira, me mira y ríe. Me cruzo de brazos y finjo molestia~
- Obviamente, no más que tú ~pestañea varias veces y río~
- Falsa ~ríe y vuelvo a mi oficina~
Las ventas están elevadas, y la producción del Bellerose MX33 es maravillosa, ya tengo planteado nuevos proyectos entre esos la creación de Stock Cars.
Mi celular suena y contesto al ver que se trata de Valerie.
- ¿Qué pasa?
- No sé como ha pasado, solo me distraje un momento, te lo juro que la tenía a la vista, solo... No sé en qué momento paso ~está alterada~
- Valerie, cálmate, ¿qué fue lo que pasó?
- Al recoger a la niña de la escuela, me pidió pasar por un helado e ir al parque antes de regresar a casa y no me puede negar. Te lo juro que la veía mientras jugaba con otros niños, es solo que otro niño se calló, lo ayudé y al levantar mi vista; ya no vi a la niña ~está llorando~
Miro mi reloj, son las 8:11 PM, hace cuatro horas que salió de la escuela. Me levanto apresurado.
- Valerie, ¿dónde estás?
- Estoy aún en el parque, ya no hay ningún niño, pero no he querido moverme de aquí.
- De acuerdo, tranquilízate y ve a casa por si algo ~cuelgo~
***
Cariño, tienes que bajar la velocidad ~me dice Kristen. Mi celular vuelve a sonar y es ella quien contesta~ La niña está en casa ~la miro sin entender~ Dice que sonó el timbre y que la niña apareció justo frente a ella.
***
La niña está bien, no muestra signo de violencia y tampoco hay nada raro en su organismo ~dice el doctor~ Nuestra psicóloga habló con ella y no hay nada raro, de hecho, está muy tranquila... Y feliz.
- ¿Está seguro?, estuvo con un desconocido por cuatro horas ~le digo~
- Desconocida ~me corrige~ La niña dijo que era una mujer. No hay nada malo con la niña, así que pueden ir a casa con tranquilidad.
Ya en casa y todos en el cuarto de la niña, nos preguntamos que fué lo que pasó exactamente. Valerie aun llorar por más que le decimos que no ha sido su culpa.
- Cariño, ¿quieres contarnos quién era está mujer? ~pregunto suavemente~
- No lo sé ~se alza de hombros~
- ¿No la reconoces? ~le pregunta Kristen y ella niega~
- Sabe mi nomble ~sonríe y luego se muestra pensativa~ ¡Elena!, así she llama.
Me quedo frío y Kristen me mira sin entender. ¿Será posible?
- ¿Quién es Elena? ~pregunta y Valerie se alza de hombros antes de mirarme~
- ¿Cariño estás segura de eso? ~le digo~
- Sí, así she llama. Ella va a la estuela y habla tonmigo ~parece feliz~ Me gusta, es linda y tiene los shojos como yo, verdes. Me tompla dulces, mira ~se baja de la cama y toma dos barbies~ Me tomplo muñecas.
Reconozco las cosas de mi hija y sé que esas muñecas no han sido obsequiadas ni por Kristen, ni por Valerie, ni por mis padres y mucho menos por mí. A demás... Están en sus cajas.
Siento un nudo en la garganta y mis manos comienzan a temblar. Aunque esté molesto, sé que no le ha hecho nada a nuestra hija.
- Está bien, pero no vuelvas a irte con desconocidos, eso es muy peligroso ~beso su frente~ Para la próxima, no puedes irte sin Valerie, no debes hablar con desconocidos, princesa.
- Bueno.
Nos despedimos y Valerie asegura que se quedará un rato más con ella. Siento que mi corazón late cien veces más rápido de lo normal. Me siento en la cama y entrelazo mis dedos. ¿Cómo se atreve?
- Aarón... ¿Quién es Elena? ~la miro~
No sé que decirle, nunca le he hablado de Elena con exactitud, lo único que sabe es que se fue y nos dejó.
- Elena... Es la madre de Ella ~pasa el peso de su cuerpo de un pie a otro~
Parece sorprendida, desconcertada, molesta. Al igual que yo, creo que tiene sentimientos encontrados.