Emma con 18 años llega a trabajar a la empresa Lamborghini, cuyo dueño es Osvaldo un CEO prepotente, que no cree en el amor. Los años pasan y ella se vuelve una profesional, que por cosas de la vida, se vuelve su secretaria, las cuales se convierten en sus amantes. ¿Ella aceptara ser su amante?.
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Soy tuya
Después de tener esto sentimientos confusos, Osvaldo no visitó por algunas semanas a Emma y decidió estar en los bares con sus amigos, ya que Andrés estaba deprimido y quería distraerse, mientras que Claudia quería consolarlo, después del trabajo siempre iban a un club.
En algunas ocasiones Osvaldo se metía con una mujer, pero él seguía solo pensando en Emma.
La actitud que ella tenía al ver que él llegaba chupeteado o con la ropa del día anterior, le molestaba, ya que hacía como si no le interesara, lo cual él lo hacía con toda intención, Osvaldo quería ver más que sea un pequeño interés, si tal vez sus sentimientos estaban confusos como los de él, pero simplemente saludaba cordialmente y hacía su trabajo.
Para Emma estaba muy bien que su jefe no la visitara, porque así pudo dedicarse a sus estudios, era la primera razón de que ella no tenía vida social, ni pareja, mientras estaba estudiando, así que se podía dedicar tranquilamente a sus estudios y al no tener a su jefe metió en su departamento todo los días, ella pudo estudiar tranquilamente.
Semanas después Andrés, Claudia y Osvaldo, despertaron en una habitación, después de una noche completamente loca, los tres se habían emborrachado, hasta más no poder. Osvaldo con los sentimientos confusos, al no saber cómo resolvernos, ni saber cómo explicarlos, había tomado pensando en Emma, que no entendía que le había hecho esa hormiga, talvez era que ella no estaba a sus pies, su indiferencia en la oficina lo mataba, llegó hasta una habitación dispuesto arrancarse esos sentimientos con otra mujer, pero estaba tan borracho que amaneció solo, ya que no pidió a ninguna mujer.
Mientras que Andrés y Claudia despertaron completamente desnudos en una habitación, Andrés había tomado tanto que la cabeza sentía que se le iba a explotar, tomo así por despecho. Él había seguido insistiendo, pero Ana le dijo que si seguía así, era mejor romper la amistad, mientras Claudia había tomado sin que hubiera un mañana, al ver a Andrés desbastado por otra mujer y no por ella, los dos habían tomado tanto, que no saben en qué momento, ni hora habían amanecido juntos, con claras señales de haber tenido relaciones.
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Osvaldo abrió sus ojos y pudo ver la luz que entraba por la ventana, se la quedó mirando, como esperando que le hablara. No podía hablar con nadie, lo que estaba sintiendo, porque ni siquiera él sabía qué es lo que estaba sintiendo, así que se fue y llegó a al departamento de su secretaria, ella recién se levantaba para hacer su rutina de deseo e ir a trabajar, pero al momento de meterse al baño escuchó, cómo se abría la puerta de su cuarto, Osvaldo no estaba al 100% sobrio, ella lo vio y un sentimiento de dolor se reflejo en él y dentro de ella sintió un sentimiento inexplicable, lo ayudó a llegar al baño le sacó la ropa y lo metió a la tina.
Osvaldo no dijo nada, solo la miraba como ella hacía todo, pero antes de que ella se fuera y lo dejara solo en la tina, él le cogió la mano, no tuvo que decir ninguna palabra, ella sabía que era lo que él quería; bañarse con ella.
Los dos estaban desnudos bañándose, él comenzó a restregarle el cabello, masajear los hombros y pudo sentir que ella está muy estresada, llegó a sus montañas y también las masajeo, ella quería hacer lo mismo que él, así que se paró y se puso atrás de él, haciendo lo mismo, enjabono el cabello, haciéndole masajes a los hombros, en un momento a otro, él la giró y la puso ahorcadas encima de él, sus miradas se encontraron, sus labios se sincronizaron, teniendo un beso, sube, despacio, pero necesitado.
El tiempo se detuvo para los dos, las caricias fueron subiendo y no eran rudas, eran suaves, como que él quiera grabar en su mente el cuerpo de ella, para Emma era una sensación diferente, no estaba haciendo rudo como le gusta, pero estaba siendo delicado como que sí ella en un momento podía desaparecer, algo dentro de ella sentía que su corazón palpitara fuertemente, al sentir que cada caricia de él, la así sentir la cosa más frágil del mundo, que él no quería que se rompiera.
Los dos terminaron sobre la cama mojados, pero no les importó, el beso todo su cuerpo, no hizo marca, solo besaba, cada vez que ella sentía sus labios en su cuerpo, que no dejaban marcas, era como si él reclamara esa parte de su cuerpo como suya.
En todas las veces que han tenido relaciones no hablan, simplemente Oswaldo ordena y ella obedecía, pero esta vez él comenzó a hablarle y decirle lo hermosa que es, cada beso que recorría su cuerpo, él decía que esa parte era suya, se posicionó en medio de sus piernas y se adentro en ese lugar secreto que solo le pertenecía a él, arrancando le un gimió de placer, aunque ella no quería admitirlo también lo necesitaba, pensaba que solo era sexo, pero tenerlo para ella, hacía que su corazón se calentará más.
Las embestidas se hicieron más y más fuertes, él pudo ver el rostro contraerse de ella, dando señales que estaba a punto de llegar al clímax, beso su rostro, sus mejillas y su oído, en el cual comenzó hablarle.
Osvaldo- déjate venir hermosa, vente solo para mí, di mi nombre, di que solo eres mía, mi hormiga_ con voz sexy y excitada.
Como si su boca no le perteneciera a hablar.
Emma- ah,ah,ah..... Os.... Osvaldo.... ahahah, sooolo soy aahaaah tuuuya, un fuerte gemido se escuchó, combinado con un gruñido de una voz gruesa llena de excitación, los dos habían terminado al mismo tiempo.
Él cayó encima de ella, él la miró y le dió un beso suave, los dos se miraron y sonrieron, esa era la sonrisa más hermosa para cada uno, él la anhelaba tanto y ella era la primera vez que la veía, algo dentro de sus pecho se calentó tanto que sentía que quemaba.