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333 Anexos

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Status: En proceso
Genre:Romance paranormal / Aventura Urbana / Mitos y leyendas
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: 𝐏𝐨𝐢𝐬𝐨𝐧

Su personalidad le permitió continuar con una vida que no recordaba.
Su fortaleza la ayudó a soportar situaciones que no comprendía.
Y su constante angustia la impulsó a afrontar lo desconocido; sobreviviendo entre una fina y delicada pared que separa lo inexplicable de lo racional.

NovelToon tiene autorización de 𝐏𝐨𝐢𝐬𝐨𝐧 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una cursiva peligrosa

  — Eviten viajar fuera de Holdes por los siguientes dos meses, eso es todo.

Mikaely nos interceptó justo en mi hora de salida, la cafetería permanecía con las luces amarillas encendidas mientras que Dagan bajaba de su moto para ofrecerme su abrigo. Al verse compartieron saludos con normalidad, en su último encuentro las cosas emanaban pesadez e inconformidad con el contrario, tal parece que esa primera confrontación fue por mera casualidad.

Nadie allí habría imaginado que la mujer del suicidio frente a mi apartamento era la preciada hija primogénita de un influyente partidista político. El bebé está registrado como desaparecido y la noticia traspasó los límites de Hiuston para llegar a las prensas extranjeras.

  — ¿Sientes frío? Podemos parar a tomar algo caliente, ¿quieres?

La humedad de su cabello hacía que las puntas plateadas de su cabello se vieran más oscuras que de costumbre. Su ofrecimiento y amabilidad le salían con una sinceridad y transparencia pura a diferencia de ocasiones anteriores.

  — Vamos por panes de chocolate antes de ir a casa —propuse.

  — Excelente, me gusta tu iniciativa —asintió orgulloso.

No tuvo reparos en acelerar con tal de llegar en el menor tiempo posible. Bajo el casco, nuestros cabellos eran grandes esferas de telerañas; le di mi queja por su poco cuidado a lo que se disculpó entre risas.

  — Ven, yo te arreglo —sonrió.

  — Si eres de los que hacen la coleta por el cuello, déjalo.

La riña entre su insistencia y mi rotunda negación nos estaba divirtiendo; él me despeinaba cada vez con más rapidez, fue cuestión de segundos para que diera la impresión de haber sido golpeada por un rayo. Su sobresaliente estatura no me dejaría despeinarlo y con la agilidad que posee no valdría la pena intentarlo.

Avanzamos con dirección a nuestra panadería favorita; un pequeño local con decoración hogareña e improvisada tenía impecables exhibidores, Dagan no se resistió y soltó una risilla, esas que solamente se producen al tener alto nivel de felicidad.

  — ¡Oh, qué bueno verlos de nuevo chicos! ¿Vienen por las tartas de fresa?

  — Hoy no —dijo Dagan. Su forma de señalarme con ambos brazos me hizo reír—. ¡Mi cría ha optado por panes de chocolate! ¿No es eso genial?

Ella no dudaba en seguirle el juego haciendo una dramatización innecesaria sobre lo triste que debió ser mi vida sin haber probado su preciada sección de chocolates. Los dejé seguir con su acto de asombro por mi elección de la noche hasta que saciaran sus ganas de divertirse.

  — Haré que le añadan unos bocaditos, son de nueces y avellanas —de su rosado delantal tomó una libreta y al terminar de escribir nuestro pedido, se acercó a una ventanilla tras su espalda— Rina, son clientes fijos. No olvides los especiales.

  — Claro.

Una chica castaña asomó la cabeza por el rectangular espacio. Hicimos un fugaz contacto visual cuando tomó el papel antes de dar media vuelta. Poseía un celeste deslumbrante en las pupilas capaz de exponer detalles microscópicos sobre los distintos tonos causados por la luz, como si fuera un prisma.

Sonrió ampliamente cuando avisó que nuestra orden estaba lista, pero al revisar la nota debió percatarse de algún error y no dudó en tomar un bolígrafo para corregirlo. Rodeó el mostrador sosteniendo una caja entre las manos, encima de ella aguardaba la factura corregida.

  — Muchas gracias por su compra.

Extendió el paquete en mi dirección, pero...

  — ¿S-Sucede algo, señorita?

Aún con tal luminosidad emanando de su existencia como tal, era acosada por una decena de entes escurridizos que daban suaves mordiscos por todo su cuerpo. Su alma no parecía estar contaminada por mantener contacto con el más allá ni tampoco su aura reflejaba algún tipo de perversidad por actos pasados, entonces, ¿qué los une a ella?

  — No es... Nada —reí suavemente e intenté sostener la caja.

Antes de acercar las manos, pude ver un tachón sobre lo que decía "arándanos: 0.50 ctvs" y la corrección al costado decía "prom. Paquetes extras". Caí en cuenta de que no era la primera vez que veía esa caligrafía, definitivamente pude observarla en otro lado.

  — Tienes muy buena letra.

  — ¿Sí? Me lo dicen muy seguido —asintió feliz—. Aunque las letras cursivas me van mejor que cualquier otro estilo.

Letras cursivas, ¿hacia dónde relacioné esas palabras?

"...Retos virales de internet ponen en alerta a la policía debido a la hipnosis..."

  — ¡A-Ah, cierto! —golpeé el puño contra mi palma, típico movimiento donde alguien recibe un recuerdo inesperado—, ¿pueden guardar nuestro pedido? Volveremos enseguida.

No dejé espacio para preguntas ni reacciones, empujé a Dagan lo más rápido posible fuera del lugar. Él me siguió hasta las siguientes dos calles donde abundaban cafeterías de mayor prestigio; de cierta forma, la dulzura del ambiente mezclado con la suave brisa nocturna cooperaron para mantenerme serena.

  — La del caso hipnótico es ella —afirmé plenamente segura—. Su letra es la misma.

Mi platinado amigo se tomó el tiempo necesario para examinarme antes de responder.

  — Hay cientos de personas que se dedican al lettering, Eli. Además, en el reportaje apenas se podía ver dicho papel.

  — Buscaré la imagen en internet o contactaremos con alguien que haya usado–

  — ¿Te gustan los misterios o qué causa tal interés?

La ruda manera que usó Dagan para clavar su mirada en la mía resaltaba más allá de lo físico, rara vez utilizaba tal seriedad al hablar y eso despertaba otra especie de curiosidad.

  — Deja que te lleve a casa, debes estar cansada —su mirada fue suavizando de a poco—. Regresemos por los panes y luego vayamos a–... Eli, ¿qué estás haciendo?

Tecleé rápidamente hasta obtener el perfil que necesitaba.

  — ¡Ajá! ¿Lo ves? —apunté la pantalla de mi teléfono a su cara—. Es curioso que ella siga en redes a quienes iniciaron el famoso reto de hipnosis.

  — Parece que hablé con la pared —suspiró.

  — Y para tu suerte, aquí sobran —sarcásticamente hice notar que aún seguíamos en media acera.

Mi pasión no era stalkear personas, pero se me daba absurdamente bien hallar similitudes entre una u otra cosa hasta obtener la información de mi interés. Dos de sus cientos de seguidores capturaron mi atención más que cualquiera.

La primera cuenta tenía una foto difuminada, por lo tanto era imposible de distinguir registrado bajo el nombre Yleak_End332. La segunda fue la más extraña de ver ya que aparecía una etiqueta diferente al resto.

  — ¿Amigos en común?

Incluso antes de presionar en "ver perfil" ya sabía quién lucía un hermoso sombrero veraniego sobre un yate que cruzaba las playas del Caribe. El sol incandescente de aquella tarde hacía resplandecer a la peliroja en medio de un basto celeste que se perdía en las lejanías.

  — ¿Roxan?

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Anrai Dela Cruz
¡Necesito saber qué sucede después! ¡No me dejes esperando mucho tiempo! 😱😜
KnuckleDuster
¡Me muero por saber qué pasará en el próximo capítulo! 😍
Ludmila Zonis
¡Me he enamorado de tus personajes! Cada uno tiene su propia personalidad única y me han robado el corazón. 😍
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