¿Qué harías si estuvieras enamorada de tu hermano adoptivo?
Kira Moreau fue adoptada a los cinco años y desde entonces ha visto cómo su vida cambia de la noche a la mañana, pasando de una vida simple y ordenada a una vida lujosa.
Hoy, a sus veintidós años, es el rostro de las joyerías Moreau y, tras una campaña, debe mudarse a la casa de su hermano mayor, Nero. ¡Y ahí descubrirá un sentimiento abrumador que cambiará para siempre sus vidas! ¿Será que este sentimiento es capaz de superar tabúes? ¿Puede el amor vencerlo todo?
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Capítulo 13
Tan pronto como salí de la mesa, pagué la cuenta y me dirigí a la casa de Camille, no puedo dejar de pensar en Tom lanzando todo su encanto sobre Kira y lo peor es que no sé si a ella le estaba gustando o simplemente estaba siendo amable.
Quería cortar la lengua de él cuando se ofreció a llevarla a casa, pero en fin, no había mucho que hacer. Necesitaba salir y resolver los problemas que yo mismo había causado. Estaciono mi coche y el portero ya me libera la entrada, cuatro pisos nos separan y ya sé que solo habrá confusión, metí la pata al no venir ayer y hoy ignoré su existencia.
Camille, 30 años. Abro la puerta con mis llaves y Camille se levanta del sofá viniendo a mi encuentro. A diferencia de lo que imagino, me besa; correspondo para evitar cualquier vergüenza, aunque confieso que no tenía la menor gana. Ella comienza a desabotonar los botones de mi camisa, quitándomela y pasando las manos por mi abdomen, bajando por la bragueta de mi pantalón y abriéndola.
Desata el albornoz que está puesto y lo lanza al suelo, quedando desnuda frente a mí. No puedo negar que su cuerpo es hermoso y escultural, y mi instinto toma el control. Vuelvo a besarla tocando sus senos, mientras ella masajea mi miembro dentro de la ropa interior, se arrodilla como una buena niña y empieza a succionarme por completo, haciendo que mi cabeza se incline hacia atrás por el placer.
Cuando estoy a punto de alcanzar el clímax, se detiene y vuelve a besarme; mis pensamientos se van lejos y cuando abro los ojos, la única persona que veo con la boquita inflamada de tanto chupar es Kira. Ella me sonríe y entonces la empujo hacia el sofá, beso sus labios ávidos de deseos mientras me posiciono entre sus piernas y la pene profundo y placentero. Ella gime pidiendo que entre más hondo, me pierdo en un vaivén frenético pensando en sus ojos azules, hasta que ambos llegamos al éxtasis juntos. Coloqué mi rostro en su cuello, controlando la respiración, hundido en su intimidad.
— ¡Yo también te extrañaba, solo que no imaginaba cuánto tenía de hambre querido!
Me sobresalto al escuchar a Camille hablar, y salgo de ella rápidamente poniéndome de pie, estoy tan confundido que incluso la imagino en su lugar.
— ¡Ay Nero, porque saliste así tan rápido, está escurriendo todo en mi sofá!
Se queja aún con las piernas abiertas. Recogí el albornoz del suelo y lo puse debajo, limpiándola.
— ¡Perdón! Pensé que había escuchado mi celular...
Inventa una excusa para intentar justificar mi acto de descontento y sorpresa repentina.
— Si hubiera estado sonando, ¿cuál habría sido el problema? Es sábado, quien quiera que fuera no era importante...
— Sabes, las cosas han cambiado, mi hermana está en casa, podría ser ella.
Ella se levanta y va al baño a limpiarse, vuelve aún desnuda.
— No es una niña, amor, ella sabe que tienes una mujer que también te necesita.
— No tiene a nadie aquí, Camille, no puedo hacerme el desentendido sobre su estancia en mi casa.
— Kira ya es mayor y tiene a Nico, ¿o te olvidaste? Según recuerdo, él es el hermano favorito, ¡ja! Ya me dejaste ayer para ir tras de ella, me quedé esperándote hasta quedarme dormida y no apareciste, ¿cómo debo quedarme en toda esta situación?
— Bueno, los encontré juntos y estuvimos conversando; acabé olvidándome y además tenía esa reunión hoy.
— Pues entonces, ya cumpliste con tu rol de hermano con los dos, ahora te necesito solo para mí... ¿Qué te parece si tomamos un baño y regresamos a lo que estábamos haciendo?
— No será posible, tengo mucho trabajo.
Ella comienza a llorar, se sienta en la butaca y se desmorona.
— Nero, ¡soy tu prometida, caramba! Fuiste tú quien me pidió que me casara contigo, y ahora no le das la mínima importancia a mí ni a nuestro compromiso; llegué después de una semana sin vernos y no hiciste ninguna cuestión de estar conmigo.
— Las cosas están un poco tumultuadas en este momento, hermosa, ten paciencia, que todo se resolverá.
— ¿Más paciencia de la que ya he tenido? Siempre soy el segundo plano, la empresa en primer lugar, sus diseños, ¡incluso Kira está delante de mí! No soy un artículo de decoración que puedes usar cuando necesitas ir a algún evento importante, ¡y mucho menos una bøcetä ambulante para saciarte cuando te dé la gana!
¡Me irrito con ella y conmigo mismo!
— No trates a las personas de mi familia como si fueran cualquiera, ellos son todo para mí y todo lo que soy se lo debo a ellos. Kira es mi hermana y siempre será lo primero.
— Ese es el problema, yo seré tu esposa y seguiré estando en segundo lugar en tu lista de prioridades. Conmigo es con quien vas a vivir. Tendrán su propia familia y ¿no entra en tu mente que yo también necesito formar parte de esa tu listita selecta?!
— No voy a seguir discutiendo contigo, ¡ese tu celoso exceso ha pasado completamente de límites! Nunca ha sido un problema, desde que estamos juntos Kira nunca te ha tratado mal en las pocas ocasiones que ha estado contigo. Nunca ha necesitado quedarse en mi casa o ha venido a París, ¿por qué ahora que necesita hacerlo para un trabajo que yo la invité, estás armando problemas? Camille, ni siquiera han pasado setenta y dos horas desde que Kira llegó a París y ya comenzaste con este infierno. ¡Sin contar que no sé qué habrán conversado el viernes para que la chica salga de casa tan alterada!
— ¿Ella ya fue a llorarte?
— ¡No! A diferencia de ti, Kira no mencionó tu nombre ni lo que sucedió, se mantuvo discreta y en su lugar. ¡No está aquí para armar líos y mucho menos para interponerse en mi vida o causarme problemas!
— Entonces, ¿estás diciendo que soy un problema para ti?
— Estás queriendo poner palabras en mi boca, pero si quieres oírlas, te las diré. ¡Sí, Camille! Desde que nos comprometimos hace tres meses, te has convertido en una persona extremadamente posesiva que ve problemas donde no los hay. Nunca te he dado motivo alguno para dudar de mi integridad, siempre te he tratado bien, te he respetado, pero desde hace un tiempo, estas peleas infantiles me están frustrando. No es ninguna novedad para ti, ya que tuvimos una conversación muy seria antes de ir a visitar a tus padres. Te lo he dicho, pero lo repetiré para que, cuando me canse de todo, no digas que no te lo advertí. ¡No voy a tolerar más esta tontería de celos sin sentido, sobre todo si están dirigidos hacia Kira!
Termino de ponerme la ropa y salgo de allí, cerrando la puerta, ¡furioso!
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