Mi Ala

Ya en dirección a la tribu Rampar, Rimei estaba en duda; su intuición le decía que su madre ya no estaba en su antigua aldea, sino en la villa de la Gran Laguna de los Exiliados.

"Tal vez esté siendo demasiado crédula o escéptica sobre los poderes que la Alada puede darnos, pero ¿será que entre todos los poderes recibí uno para saber dónde está o hacia dónde se dirige mi madre? ¡Qué don más inútil! Alada, ¿por qué no me diste algo más útil? Deja, lo dejaré para otro momento. Debo hablar ahora". [Rimei]

"Líder, creo que mi familia ya no está en mi tribu". [Rimei]

Kiay se detuvo y la miró con una expresión de duda. "Explícate mejor".

"Yo… también recibí un don de la Alada…". [Rimei]

"¿Y cuál sería ese don?" [Kiay]

"Creo, no, ahora estoy segura de que sé que mi familia ya no está en mi antigua tribu, se dirigen hacia la Aldea de la Gran Laguna de los Exiliados". [Rimei] con una mirada sincera.

"Rimei, ¿de qué estás hablando?" [Igris]

"Entonces, ¿tu don es la intuición?" [Mitis]

"No sé exactamente cómo funciona aún, pero cuando los días empezaron a pasar después de la batalla contra los Lobos Bestiales, comencé a ser precisa en cosas como recuerdos, pasado, futuro e incluso localización. Gracias a eso, sé que han sucedido muchas cosas". [Rimei]

"¿Y por qué no nos lo dijiste antes?" [Kiay]

"No tuve oportunidad, pasaron muchas cosas. Tú y Alada casi murieron, y aún estaba ese hombre de hierro en nuestra base, lo que me hizo creer que este poder mío perdía importancia". [Rimei]

"Amiga, ¡está bien! Ahora dime dónde está tu familia y en el camino cuéntame lo que ha pasado, dame detalles". [Kiay]

"Por lo que mi intuición me ha dicho, las tribus de pájaros fueron casi todas aniquiladas". [Rimei]

"¿Las tribus de pájaros? ¡Eso es imposible, Rimei!" [Igris]

"Sí, son bastante fuertes, sin mencionar que podrían huir rápidamente si encontraran a alguien más fuerte que ellas". [Mitis]

"Lo fueron. Vi la batalla mientras dormía, en el sueño de anoche. Lo que el hombre de fuego dijo es verdad, esa cosa que se llamaba dragón quemó a todos los que lo atacaron y los persiguió hasta sus tribus. Observé lo poderoso que es, la batalla fue horrible". [Rimei]

"..." [Igris y Mitis]

"¿Entonces murieron? ¿Todos ellos?" [Kiay]

"No, cinco niños de la tribu de los pájaros sobrevivieron, pero sus quemaduras eran graves". [Rimei]

"¿Es real? ¿No estás bromeando?" [Igris]

"¡Jamás bromearía con esto!" [Rimei], enojada con Igris.

"¡Cálmense las dos!" [Mitis]

"¡Ella dijo algo imposible de suceder y vio a varias tribus de pájaros siendo asesinadas por un único lagarto grande que escupe fuego! ¿Y soy yo la que está equivocada?" [Igris]

"¡Cállense!" [Kiay]

"¡No estoy mintiendo! Cuando lleguemos a la Aldea de los Exiliados, verán que no mentí en nada". [Rimei]

"Está bien, ¡vamos ya! O tardaremos demasiado, ¿o quieren que la deje atrás?" [Kiay]

"Tú ni siquiera sabes dónde está la aldea". [Igris]

"Y claro que lo sé, solo hay que seguir el río que lleva a la aldea, ¿cierto?" [Kiay]

"Y nos ha atrapado, vamos". [Mitis]

"Cuando sea más fuerte, y lo seré, visitaré tu antigua tribu sola, y les daré la paliza que se merecen por hacerte esto, Rimei". [Kiay]

En la tribu de Rampar, el anciano Doh sintió un escalofrío y un miedo por todo su cuerpo.

"¿Está bien, anciano Doh?" [Un joven guerrero raposo]

"No es nada, chico, sentí que algo malo va a suceder en nuestra tribu". [Anciano Doh]

"¿Es algo sobre la familia de Rimei?" [Joven Raposo]

"Sí, tráelos aquí y deshagámonos de ellos, siento que debemos hacer esto cuanto antes". [Anciano Doh]

"Pero, señor anciano Doh, esto ya no es demasiado cruel, ellos no hicieron nada contra nosotros". [Mico]

"¡Cállate y haz lo que te mandé, tráelos y mátenlos ahora!" [Anciano Doh]

"Sí, señor…" Se fue y pronto regresó.

"No los encontramos, en la casa de la familia de ella no había nadie". [Mico]

"¡¿QUÉ?! ¡SÍGANLOS, TOMEN A LOS CAZADORES Y VAYAN TRAS ELLOS Y TRÁIGANLOS DE VUELTA, AUNQUE SEA SOLO SUS CABEZAS, AHORA, VAMOS!" [Anciano Doh] gritaba a todos ellos.

La familia de Rimei, su madre y su hermano, se acercaban a la villa de los exiliados, estaban muy heridos por los animales que los atacaron, y su padre también iba en esa dirección, pero él se dirigía ahora hacia la aldea de los exiliados. Después de escuchar lo que el anciano dijo, corrió hacia su casa, pero no había nadie allí, entonces corrió a toda velocidad hacia la tribu de los exiliados, ya que era el lugar más cercano al que podrían ir.

"¡No dejaré que lastimen o maten a nadie de mi familia nunca más! ¡Ya he tolerado demasiado! Ahora los advertiré", dijo, "y volveré con la cabeza de ese maldito anciano Doh... Siempre hicieron lo que querían con la familia Vimer, nunca más seguiremos sus órdenes". [Padre de Rimei, Romo]

En dirección al sur, los cinco niños alados, tres de ellos volando, arrastraban a dos más por sus piernas. Los mismos no podían volar alto ni por mucho tiempo, descansaban y volvían a volar.

"Me estoy agotando demasiado, no sé si podremos llegar a la Aldea de los Exiliados antes de morir de hambre". [Un joven alado]

"¡Cállate! ¡No tenemos opciones! ¡O llegamos allí o morimos atacados por alguna bestia que nos atacará en el suelo!" [Lapus]

"Lo sé, pero estoy cansado y tengo mucha hambre. Lapus, ¿no podemos parar y comer algo? Por favor". [El joven alado estaba casi llorando]

"No, no podemos parar, nos debilitaremos mucho y moriremos. O llegamos allí o morimos, no hay otra opción, somos demasiado débiles para cazar o luchar contra las bestias que están allá abajo. ¡Resiste!" [Lapus]

"Está bien, (llorando)".

"Lio, Lupi, Lina y Luvi, ¡lo lograremos! Y cuando lleguemos allí, dormiremos, pero ¡no se rindan! ¡Somos demasiado jóvenes para morir, o quieren que nuestros padres hayan muerto en vano!" [Lapus llorando]

Lloraban y continuaban volando en dirección a la aldea de los Exiliados, con la noticia de que las tribus de los pájaros estaban en literal extinción.

En la Aldea de los Exiliados, los jóvenes ya habían llegado allí (los que no querían obedecer a Kiay).

"Hoo, ya lo esperaba, parecía que ni siquiera Kiay quería a unos pesados que solo se quejan y no hacen nada como ustedes, ¿verdad?" [Hosfast hablaba con una enorme sonrisa en el rostro a los jóvenes cansados que se habían marchado]

"¡Cállate, maldito viejo!" [Gritaban]

Fin del Capítulo.