Es la historia de Nico, el hijo de Anna y Enzo, aunque no es necesario leer la anterior para comprender esta.
Nicolas Parisi un CEO que no creía firmemente en el amor, concentrado en su trabajo, un día se fijó demás en su secretaria, una joven con una belleza inigualable que él empezó a desear.
Cada vez era más las veces que él se perdía en sus pensamientos al pensar en Helena, su secretaria, una chica con noble apariencia y que aparentaba inocencia, él empezó a sentirse más atraído por ella.
Helena empezó a invadir sus pensamientos con más persistencia, lo que hizo que el interés de él fuera aún mayor. ¿Podrá Nicolas conquistar a Helena?
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Veintidós
Helena hacía una semana que estaba con Ciara, la muchacha en verdad necesitaba mucha ayuda, lastimosamente ella había escuchado al chico del que estaba enamorada, y con el que había tenido sexo, menospreciarla y decir que ella estaba desesperada porque alguien le hiciera el favor y que él era el mejor candidato, y ese favor ahora tenía forma dentro de su vientre y ella estaba perdida, no sabía que hacer con todo lo que había llegado a su vida. Por suerte ya había pasado la fase de llorar día y noche y ahora estaba en una que solo quería permanecer abrazada de alguien que la quisiera, Helena la había convencido para dar un paseo y ahora estaban caminando por el centro de la ciudad mientras hablaban, dos chicas de la misma edad prácticamente y cada una con un Parisi en sus entrañas.
- Helena, yo te sigo mirando y sigo sin creer que mi hermano sea tan imbécil, como puede no recordarte a ti y sí a la tonta de Samantha.- Ciara seguía pensando en el mismo asunto desde que se enteró quién era la verdadera mujer de su hermano y además madre de su hijo.
- No lo juzgues Ciara, es algo que no está en sus manos, no es que me haya abandonado porque quiso- trató de que la chica entendiera por enésima vez el asunto- lamentablemente para mí y para su hijo él no nos recuerda y ella lo está utilizando.
- Pero sigo sin entender por qué no le dices la verdad.- la chica trataba de convencer a Helena para que hablara con su hermano.
- ¿Qué me garantiza que suceda como me dijo ella, y cuando yo le cuente quién soy, él solo vea en mí la secretaria que se revolcaba con él y en ella a su pobre prometida a la que no respetaba? Eso sería peor para mí, creo que a eso sí no lograría sobrevivir.- Helena quería que ella la comprendiera, pero también quería garantizar que Ciara no le contaría nada a su hermano- Además, ella me amenazó únicamente por estar junto a Nico, imagínate que me haría si sabe que espero un hijo suyo.
- Eso es otra cosa, si sabes quién es mi padre¿Por qué no dejas que él se encargue de esa sinvergüenza?
- ¿ Te imaginas que tu hermano esté enamorado de ella de verdad? ¿Crees que perdonaría alguna vez a tu padre si a ella le sucediera algo? Tu padre sufriría mucho con eso y además ¿Crees que aceptaría el niño si por su culpa no está con Samantha? Yo no quiero nada obligado, mi hijo no es una moneda de cambio Ciara, no importa si tiene un padre que lo quiera o no, tiene una madre que sería capaz de hacer cualquier cosa por él, y lo primero es protegerlo de quien sea, hasta de su padre si es necesario. - Ciara solo caminaba a su lado y escuchaba lo que Helena le decía mientras tocaba su vientre - Mi hijo es lo más preciado que tengo en mi vida, y si Nico nunca más me recuerda, yo viviré con eso, con lo que no podría vivir es con que él culpara a mi hijo de estar separado de la mujer que él escogió.
- Sí, es verdad lo que dices, gracias Helena, si no llegas a venir, yo no se que hubiera hecho, ahora me doy cuenta de que puedo seguir, que duele, pero que no se termina el mundo por eso, por el contrario, aquí dentro hay un mundo nuevo- le dijo acariciando su abdomen aún plano- y voy a luchar porque sea el niño o niña más feliz de este mundo, con padre o sin él.
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Dos días más estuvieron todos junto a Ciara, y cuando llegó el momento de regresar ella les juró que ya estaba mejor y que podían irse sin problemas, así que lo hicieron, Helena no tenía en sí nada que hacer, pero los otros dos debían encargarse de varios asuntos. Cuando llegaron a New York, antes de salir del avión Enzo recibió un mensaje.
- Sergio- dijo llamando la atención del otro hombre- Nico me avisó que está afuera esperándome, tienes que sacar a Helena por la otra puerta lo más rápido posible y subirla al auto, para que cuando él se dé cuenta, ya ella esté dentro y no la vea.¿Helena, puedes andar rápido?- le preguntó a la chica, eran varias horas de vuelo y ella podría estar muy cansada.
- Sí, no hay problema, por suerte me puse zapatos cómodos.
- Bueno, lo hacemos así, Sergio tú llevas la maleta de Helena y deja la tuya que yo me encargo, así van más rápido y yo trato de entretener a Nico mientras tanto. - el italiano ya tenía un plan trazado, solo esperaban que saliera bien.
Como hablaron, al bajar del avión Sergio fue rápidamente con Helena de una mano y la maleta en la otra por una puerta distinta a la que saldría Enzo, vieron a Nico esperando por su padre y la fatalidad quiso que este volteara en el momento que salían y alcanzó a ver a Sergio de la mano con una mujer, el hombre olvidó el motivo por el que estaba allí y se movió hacia el lugar al que había visto se dirigían su amigo y la misteriosa mujer, pero al llegar junto a él ya ella estaba dentro de un auto con los cristales tintados y no pudo verla.
- Sergio, creí que estabas con mi padre.- lo interrogó Nico al llegar a su lado.
- Sí, estaba con él.
- ¿Puedo saludar a Amelia?- le preguntó tratando de saber quién estaba dentro y con un movimiento de cabeza señaló al auto.
- Amelia no está en el auto.- respondió su amigo.
- Yo pensé era ella, como te vi que ibas tomado de la mano con una mujer.
- No, no es Amelia¿Ya puedo marcharme? - le habló Sergio bruscamente- Tu padre me dijo que no me necesitaba porque tú lo llevarías y por eso voy a llevar a la chica que me acompaña a su casa, nada más la deje si quieres voy a verte.- el hombre intentaba llevar la conversación a que Nico creyese que la mujer que estaba dentro era su amante, así no pediría verla.
- No, quédate todo el tiempo que quieras, y ojalá Amelia no se entere.
- No te preocupes, con Amelia no habrá problemas, ella sabe que yo soy un buen chico, lo único que llevo una mala vida.- Nico miró a su amigo con cara de asombro, no podía creer que Sergio estuviera engañando a Amelia, él nunca había mirado a otra mujer desde que la conoció. - Hasta mañana entonces Nico, no olvides a tu padre.
- Hasta mañana Sergio- respondió casi por inercia y vio a su amigo entrar en el auto.
- Lo siento Amelia- le dijo a la chica cuando entró- Perdóname, tuve que hacerle pensar que eras una amante que me llevé en el viaje con Enzo o seguiría insistiendo en ver quién estaba dentro del auto.- le explicó el hombre a ella, que estuvo todo el rato con el corazón en un hilo escuchando la conversación- tendré que contarle esto rápido a Amelia, porque si él se lo cuenta a la arpía de Samantha ella es capaz de llamar a mi casa y hacerle la historia que ella se invente a mi mujer.
- No te preocupes, no me ofendiste para nada porque yo sé cuanto amas a Amelia y sé la situación que te hizo hablar así, es más, yo debería de agradecerte por evitar que él me vea.
Así partieron hacia la casa de Helena mientras veían que Nico seguía observando el auto con curiosidad.
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