les ha pasado que a veces la vida nos tiene preparados giros inesperados, situaciones imprevistas en las que no hubieras podido imaginar verte envuelta. Esta es la historia de uno de esos reparos del destino cuyas consecuencias aún no he podido imaginar que sucedieron de esta manera.
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primer encuentro
Mientras bailaba con Lucía, Milena se sintió libre y emocionada. La música pulsante y la iluminación impresionante la hacían sentirse en otro mundo.
De repente, sintió una presencia detrás de ella. Se giró y se encontró con un hombre guapísimo, con ojos color café que la miraban fijamente. Su cabello negro y blanco era perfectamente peinado, y su cuerpo era escultural.
Milena se sintió nerviosa y emocionada al mismo tiempo. El hombre sonrió y se acercó a ella.
"Hola", dijo, con una voz suave y sensual. "Me llamo Gabriel. ¿Y tú?"
Milena se sintió un poco tartamuda, pero logró responder.
"Hola, Gabriel. Me llamo Milena".
Puedo bailar contigo, bailas muy bien , Milena hiba a decir que no , pero como siempre su amiga decidía por ella.
Lucía,- claro que si , a ella le gusta mucho bailar.
Gabriel se unió a Milena y Lucía en la pista de baile, y pronto los tres estaban bailando juntos. Milena se sintió atraída por la energía y la confianza de Gabriel.
Lucía sonrió y se alejó un poco, dejando a Milena y Gabriel solos en la pista.
"¿Te gusta la música?", Gabriel preguntó, mientras movía su cuerpo al ritmo de la música.
"Sí", Milena respondió. "Me encanta".
Gabriel sonrió y se acercó un poco más a Milena.
"Me encanta bailar contigo", dijo. "Eres muy hermosa".
Milena no sabía que decir , de repente se acabó la música y fue en busca de su amiga , dejando a Gabriel solo hay en la pista.
Milena se alejó de Gabriel, dejándolo en la pista de baile. Mientras caminaba hacia el bar en busca de Lucía, no podía evitar pensar en el hombre misterioso que acababa de conocer.
"¿Qué hay en él que me atrae tanto?", se preguntó Milena. "Es como si hubiera algo en sus ojos que me llama, algo que me hace sentir..."
No pudo terminar la frase, ya que no sabía cómo describir lo que sentía. Solo sabía que era algo intenso y desconocido.
Pero también había algo en Gabriel que la asustaba. Algo misterioso y oculto. Milena no podía explicarlo, pero sentía que había algo en él que no era completamente normal.
"¿Qué si es peligroso?", se preguntó Milena, sintiendo un escalofrío en la espalda.
Buscó a Lucía con la mirada, necesitando su amiga para sentirse segura de nuevo.
"Lucía", dijo Milena, cuando finalmente la encontró.
Lucía se acercó a Milena, curiosa.
"¿Qué pasa con el bombo de Gabriel?", preguntó Lucía.
Milena dudó antes de responder.
"No sé", dijo Milena. "Pero hay algo en él que me atrae y me asusta al mismo tiempo."
Lucía sonrió.
"Suena emocionante", dijo Lucía.
Milena sacudió la cabeza.
"No", dijo Milena. "No es emocionante. Es aterrador."
Y además no lo conozco.
Milena agarró a Lucía del brazo, tratando de convencerla de que se fueran.
"Vamos, Lucía", dijo Milena. "Ya es tarde y estoy cansada".
Lucía se resistió, sonriendo coquetamente al barman.
"No, no", dijo Lucía. "Estoy bien aquí. Además, estoy conociendo a este guapo barman".
Milena sacudió la cabeza.
"Lucía, por favor", dijo Milena. "No quiero quedarme aquí sola con... con él".
Lucía miró a Milena con curiosidad.
"¿Con Gabriel?", preguntó Lucía.
Milena asintió.
"Sí", dijo Milena. "No quiero conocerlo mejor".
Lucía suspiró y se despidió del barman con un beso en la mejilla.
"Está bien", dijo Lucía. "Vamos. Pero solo porque no quiero que te vallas sola".
Mientras salían del club, Milena se sintió aliviada de dejar atrás a Gabriel y su misteriosa atracción.
Llegaron a la casa y ,
Milena se acostó en su cama, tratando de relajarse después de una noche intensa. Pero no podía sacar a Gabriel de su mente.
Su rostro se le venía a la mente una y otra vez, esos ojos color café que parecían ver más allá de la superficie. Su sonrisa enigmática y su cabello.
Milena se sentó en la cama, frustrada.
"¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?", se preguntó.
Se levantó y se dirigió al baño, tratando de distraerse , se baño , se puso la pijama bajo a la cosina por un vaso de agua. Pero incluso mientras bebía, su mente volvía a Gabriel.
"Es como si hubiera algo en él que me atrae", pensó Milena. "Algo que no puedo explicar".
Volvió a la cama y se acostó, cerrando los ojos.
dejando que su mente volviera a la noche en la discoteca. Recordó la sensación de bailar con Gabriel, la forma en que su cuerpo se movía al ritmo de la música, la forma en que sus ojos se encontraban.
Sentía una extraña sensación de electricidad cuando se rosaban al bailar. recordar cómo Gabriel la había mirado, cómo su mirada parecía atravesarla. La sensación era casi física, como si su piel todavía sintiera el calor de su cuerpo cerca.
Milena se estremeció, sorprendida por la intensidad de sus sentimientos. No sabía qué era lo que sentía, pero sabía que no podía ignorarlo.
De repente, su mente se llenó de imágenes de Gabriel: su sonrisa, sus ojos, su cabello. Milena se sintió abrumada por la emoción, como si estuviera viviendo la noche de nuevo.
Se dio cuenta de que estaba sonriendo, y se sintió un poco tonta. ¿Por qué estaba reaccionando de esta manera? ¿Por qué Gabriel la afectaba tanto?
La respuesta la asustó: porque sentía una conexión con él que no podía explicar.
y eso le daba miedo , se repetía una y otra vez que dejara de pensar en él, que ya era suficiente al fin no lo hiba a ver más, y pensándolo bien fue muy descortés irse y no despedirse al menos
pensaba Milena , así paso la noche hasta que le ganó el sueño y se quedó dormida.