Los Cables De Tu Corazón.

—¿Estás bien? —preguntó Gale tocando mis hombros.

Miré hacia todos lados, mí ropa ya no estaba en llamas, en mí mano traía el candelabro y frente a mí estaba Gale con la puerta del baño detrás de él.

—¿Qué? —dije confundido sin entender lo que estaba pasando.

—¿Qué pasó primo? ¿Te perdiste? —Salió Dave detrás de Gale sonriendo y apoyó su mano en su cintura.

Abrí mis ojos de par en par y luego me di la vuelta temblando, no entiendo que es lo que está sucediendo. ¿Estaba soñando despierto? Eso se sintió real. Caminé hasta mí habitación y entré, cerré la puerta detrás de mí con la respiración agitada y miré a Edwy levantarse llamándome.

—Estoy bien, —dije acercándome a la cama.

—¿Qué pasó? ¿A dónde fuiste?

—Intenté ir por un vaso de agua, pero todo está muy oscuro. —Dejé la vela encendida sobre la pared y subí mis pies a la cama—. Es difícil, —dije volteando a mirarlo.

—Iré yo, espera aquí. —Se levantó él, tomando una vela y salió de la habitación.

Apreté la frazada y miré la pared que era alumbrado por la vela restaste, ya estaba a la mitad. En cualquier momento dejaría de alumbrar. Luego de esperar por unos minutos a Edwy me levanté sediento para buscarlo, al abrir la puerta él entró con una jarra y un vaso.

—Lo siento, no encontraba la jarra.

Lo miré agarrando el vaso de agua que me ofrecía y bebí saciando mí garganta. Nunca había sentido tanta sed en mi vida, parecía como si hubiera caminado por horas, solo que mi cuerpo no se cansaba. Me volví a acostar en la cama más relajado y observé a Edwy a mi lado.

—La lluvia es muy fuerte, ¿no crees que lo necesitábamos? Hace mucho que no llovía por estos lados.

—No lo sé, —dije quitando el pelo de mi cara.

Él sonrió y me ayudó con eso, luego solo apretó mis mejillas y me dejó un beso en la frente. Lo miré algo confundido y luego me di la vuelta dándole la espalda, pero él lo aprovechó para abrazarme.

Al día siguiente, como siempre Efwy se había levantado más temprano. Me levanté y caminé hasta el baño, luego bajé a la sala y ahí estaba la familia bebiendo un té mientras hablaban.

—Buen día, —dije bostezando.

—¿Buen día? Solo mira la hora. —Apuntó mi suegra al reloj de la pared enojada.

Que exagerada, recién eran las 10 AM. No hay nada que hacer en esta casa y no puedo trabajar, ni mucho menos salir de esta. ¿Qué esperaba que hiciera? Además de todo no estarían desayunando recién si se hubieran levantado más temprano.

—Porfavor trae una taza de té para mi esposo, —dijo Edwy haciéndome un espacio a su lado.

Me senté y miré a Gale sonriendo, hasta ahora se mantenía tímido y en silencio. No lo conocía muy bien y me causaba mucha curiosidad.

—Dime Gale, ¿Cuántos años tienes? —pregunté agarrando unas galletas que se encontraban servidas en un plato.

—Tengo 18 años.

Pensé que tendría unos 25 años, no se me hubiera ocurrido que tenía menos. Miré a Dave levantando una ceja y volví a mirar a Gale.

—Eres mucho menor que Dave, ¿cómo se conocieron?

—Dave es mi profesor de medicina, así nos conocimos, —respondió él entusiasmado mientras miraba a su pareja sonriendo.

Desvié mi mirada y la dirigí a mimisposo que se mantenía en silencio, mi suegra siguió la conversación acerca de la diferencia de edad y yo acepté el té que la empleada me había traído.

—Está verde, ¿de qué está hecho? —pregunté frunciendo el ceño.

—Ah, de hierbas. Dusculpeme señor, lo hice de esta manera porque creí que estaba bien. ¿Debería tirarlo?

—No, está bien. —Bebí un sorbo y le sonreí, entonces Edwy le dijo que se retirara y seguimos en lo nuestro.

—¿Ustedes, cómo se conocieron? —preguntó Gale mirándome y luego mirando a Edwy con una sonrisa tímida.